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sábado, 12 de enero de 2013

PENELOPE CRUZ (Amalia Enriquez)


PRESENTA PELICULA EN MADRID Y CANCELA ENTREVISTAS MINUTOS ANTES DE LA HORA PREVISTA

El "no" de Penélope Cruz

Con el tiempo, escribir un blog te convierte en un poco psicóloga. Después de casi cuatro años contando las cosas “a mi manera”, intuyo cuáles son aquellos temas que despiertan más interés, los que me proporcionarán más halagos y, sobre todo, aquellos que provocan alergia en los seguidores. Uno de ellos es Penélope Cruz. Cada vez que ella es protagonista de un post, los lectores “claman al cielo”. Me preparo para una nueva retahíla de improperios que siempre respeto, aunque no comparta la mayoría de ellos..


 
La Cruz tiene mucha fotogenia, es guapa y controla como nadie los objetivos
Los que me seguís sabeis que no soy sospechosa de no ser “pro Penélope”. Desde que la conozco y entrevisto, nunca me ha dado motivos para cambiar mi opinión sobre ella, aun siendo consciente –a veces- que su manera de enfrentarse a los medios de comunicación no siempre es la correcta y deseada, sobre todo por la prensa española.
Una lluvia de paragüas rojos

La inmensa mayoría de la gente de aquí desprecia a la actriz. Cuestionan su comportamiento esquivo, distante, antipático e inaccesible cuando está entre nosotros, siendo cercana, simpática y cordial cuando se encuentra fuera de nuestras fronteras. No voy a rebatir ni defender una evidencia, pero las cosas siempre esconden detrás un motivo que las justifica.
Vaya por delante que siempre me he llevado bien con Penélope Cruz. Su hasta hace poco -y bien ponderado- representante, Antonio Rubial, me facilitó el acceso a ella siempre y cuando se enmarcase en unas pretensiones lógicas y posibles. El comportamiento de la actriz conmigo nunca ha dejado de ser impecable. Jamás una mala cara, ni un veto, ni una mala respuesta. Eso hizo posible que, cuando otros la criticaban por no conceder entrevistas, yo siempre la justificaba porque me gusta juzgar en función del comportamiento que la gente tiene conmigo.
Siendo consciente de que cuando los actores llegan a un status (como el que tienen Banderas o la propia Pe) apenas son dueños de su agenda y de su tiempo libre, sería conveniente que se tomaran un poco de interés por conocer las decisiones que adoptan la gente de su entorno y que, en menor o mayor medida, afectan a su imagen y al criterio que, en función de sus actuaciones, los demás se forman de ellos.
Elegante y sofisticada frente a un espejo roto 

Viene esto a cuento porque, esta semana, después de confirmarme que tendría –con otros compañeros- una entrevista con Penélope Cruz, una hora antes de la misma son sus agentes de prensa la que la cancelan “por falta de tiempo”. Una ya es “perro viejo” en esta profesión y, aunque mi disposición es siempre creer lo que me dicen, me gustaría saber cuál fue la auténtica razón de esa anulación.
Rumores apuntan a que la actriz no quería enfrentarse a preguntas personales, relacionadas con un acontecimiento privado que verá la luz en unos meses, aunque me resisto a creer que alguien con su experiencia y maestría en el arte de esquivar cuestiones incómodas, se arriesgue a estar de nuevo en “bocas negativas” por evitar unas preguntas que ni tan siquiera sabía que podrían llegar a realizarse.
La mayoría de las veces perdemos la razón por las formas. Y esta es una de ellas. Es inadmisible y una falta de respeto con el tiempo y trabajo de los demás, cancelar una entrevista minutos antes de la hora prevista. Salvo por una razón justificada (y la falta de tiempo no lo es, dado que concedió otras a compañeros también citados), la palabra está por encima de cualquier firma contractual.
Desconozco si Penélope es consciente de esta incidencia. Malo si lo sabe y peor si la desconoce. Tan importante como uno es saber de quién rodearse. Y, lo evidente en este caso, es que nadie ha estado a la altura de las circunstancias. La mentira tiene “la patas” muy cortas…y hasta ahí quiero leer!!

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