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viernes, 20 de enero de 2012

SILENCIO EN LA NIEVE (VesCine)

Entrevista a Víctor Clavijo

 

Fotografía de ikirufotografía
Comentabas en la rueda de prensa sobre la paradoja de buscar un asesino en medio de una guerra…
Me parece muy interesante como paradoja o como reflexión moral o ética, sin entrar a juzgar moralmente ni hacer un juicio de valor sobre si los Divisionarios eran malos o buenos porque eso son juicios actuales.
Un asesino en serie en cualquier contexto bélico me parece curioso. Plantea la parajoda  de si a este señor que han matado en esta guerra le hubieran asesinado de un tiro en una trinchera, es una muerte anunciada a fin de cuentas, pero la necesidad de investigar estas muertes, de aclararlas…me parece curioso.
La necesidad para el personaje de Arturo de encontrar al asesino en serie mostrada en un contexto de sangre, matanzas…
¿Has tomado referencias para crear tu personaje?
Lo primero que hice fue comprar la novela, me la leí y me quedé enganchado al thriller. Fue el primer contacto, luego me leí Embajador en el infierno de Torcuato Luca de Tena, que me encantó. Ví todos los documentales posibles sobre la División Azul, todos los documentales y documentación gráfica de la época me lo ví, todo lo que cayó en mis manos lo tomé como documentación.

Puede que haya a gente que no le guste porque la película trata sobre la División Azul, la guerra es un contexto para la historia…
Es que la guerra es un contexto, la película no trata de hacer un juicio moral sobre la División Azul ni de los divisionarios, que son gente como tú y como yo, personas con sentimientos, con emociones, entendibles… las hay en todas partes. Creo que es una de las virtudes de la película, que no hace un juicio de valor, la cámara se pone a la altura de los personajes y trata de contar de fondo el día a día de esos soldados, que se fueron allí por cuestión ideológica, otros por aventura, por lo que fuese.
Si hubiese sido en lugar de los nacionales, los rojos, la historia hubiera sido exactamente igual.
Totalmente, con los rojos, con los confederados, con los nazis… con cualquiera. Es una historia de un asesino en serie con un contexto bélico. Sólo que en este caso es también una historia de españoles en la Segunda Guerra Mundial, que hasta ahora nunca se ha tratado y apunta un poco cómo fue el día a día en el frente ruso, cómo no se entendían con los alemanes y tampoco compartían realmente muchas de las barbaridades que los nazis cometían por el camino.
Por otro lado, los alemanes admiraban el coraje de los españoles aunque los consideraban muy indisciplinados.. pasaron mucho frío, mucha hambre… todo está apuntado en la película.
La película no da pie a dobles entendimientos de si unos son los buenos o los malos…
La película los protagonistas son soldados, no hay juicios… el que quiera encontrar dobles sentidos lo hará aquí y lo hará en Saber y ganar, pero aquí no hay nada de eso.
El cine tiene la obligación de provocar una duda moral al público y que sobre todo que entiendan a los personajes, aunque sean opuestos ideológicamente, a mí me gusta poder llegar a entenderlos y sentir cuáles son sus motivaciones porque creo que ese es el trabajo del actor, ponerse en la piel del otro y hacer al espectador entender otra vida.
¿Cómo fue el cambio de rodar en Alicante y en Lituania con el frío?
Empezamos en Lituania, aunque yo no rodé en Alicante. Lo mío tcasi todo fue interior, salvo un par de secuencias en la nieve, pero era en interior en palacetes lituanos que simulaban ser palacetes rusos… con frío de morirse, no había calefacción central. El frio era de 25º, 15º bajo cero… y rodar con esa temperatura es un obstáculo para un actor, porque la primera atención es a calmar ese frío, no puedes estar concentrado en otra cosa, fue muy complicado pero interesaba hacerlo así. Es impñosible contar esta historia de la División Azul si no cuentas ese frío polar y si el actor no es capaz de entender eso para contar su personaje.
Eres uno de los actores que más apoya a los cortometrajes, bien por el apoyo de los directores noveles o por el formato, ¿cómo ves el salto del corto al largo?
Lo veo complicado tal y como está ahora el cine, pero complicado también para directores de prestigio o cierto reconocimiento de taquilla o público.
El salto es complicado con la crisis. A mí me interesa apoyar y me gusta pero también tiene su lado arriesgado. He hecho muchísimos cortos, y otros muchos que no he hecho, pero siempre te enfrentas a un director que no conoces, a una sensibilidad que no conoces si no puedes ver un trabajo previo… a veces son historias que sobre el guión que están bien pero luego el plus está en el talento del director y cuando terminas de hacerlo y ves el montaje hecho, ahí sí veo cosas que en la lectura no ví, pero también puede pasar lo contrario, siempre es arriesgado… intento hacer pero también intento decir no porque los últimos años he trabajado mucho gracias a Dios, y cuando tenía un hueco libre meterme a hacer un cortometraje… hay que saber parar y elegir con cuidado.
¿Has pensado en escribir o dirigir alguno?
Es una cosa que en su tiempo me rondó la cabeza pero cada vez tengo más claro que no… para ser director hay que tener dotes de mando y yo no sirvo.. me gusta mucho trabajar con los actores pero meterse en la planificación de una historia, de visual… quizá siento que no tengo la formación adecuada para hacerlo yo. Aún así he escrito cortometrajes, tengo algunos en el cajón, como mucha gente tiene, y si en un futuro me animo, los tengo ahí.
Hablando de tus próximos proyectos, ¿qué tal ha ido el rodaje de Holmes?
Mucho frío, se rodaron muchas secuencias en exterior en la sierra de Madrid, pero ha ido bien, en el plazo previsto, ahora vamos a esperar a verla montada. Con muchas ganas de verla, ha sido un rodaje muy ameno, tanto como por el director como con el resto de los compañeros.

Desde aquí le deseamos mucha suerte con los proyectos y esperamos verle algún día con su propio cortometraje bajo el brazo.

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