( Texto basado en la obra original Cincuenta sombras de Grey )
Un hombre con un traje raído, se escondía agazapado cerca de la mansión de los Grey. Tenía una botella de whisky metida en una bolsa de papel marrón, fumaba compulsivamente y de vez en cuando bebía, tragos largos que paladeaba. Oculto entre unos setos, no era visible para nadie y de esta forma observaba sin dificultad el movimiento de entradas y salidas en la casa..
- Salió mal lo del helicóptero, pero no te vas a salir con la tuya. ¿ Cómo imaginar que pilotaba tan bien ? Te crees muy listo porque tuviste tu oportunidad, que debió ser para mi. Creíste que habías acabado conmigo por haber tocado a tu putita, pero no tienes ni idea de lo que hiciste. Tengo talento de sobra, pero nunca tuve oportunidad de demostrarlo. Tu a una universidad de las mejores, yo a una estatal. No obstante conseguí mi objetivo. Obtuve una beca en Princetown..., hasta que tu te cruzaste en mi camino. Siempre tú, maldito Grey. Sé muchas cosas de ti. - una risa sarcástica sacude el cuerpo sucio y desgarbado de aquel hombre
Ambos somos de Detroit, yo de los bajos fondos, pero pude hacer mi carrera, bastante brillante por cierto, y pude entrar en la editorial, y ahora... tú lo has fastidiado todo. Estoy en la calle y dudo mucho de que algún editor requiera mi trabajo. Pero no creas que he terminado contigo. Lo volveré a intentar. Mil veces si es necesario. Tu disfrutas de todo: dinero, posición, familia y una bella mujer que sin duda va contigo por el dinero, Bien, pues todo eso se te va a terminar, te lo aseguro Christian Grey.
Con un gesto de dolor cambia de postura
-Joder... aún me duelen las costillas de las patadas que me dio el guardaespaldas. Ja, ja, ja, dijo que me mataría si me volvía a meter con Ana. ¡Está buena la putita! También a ella le llegará su hora.
Continúa su vigilancia, pero nada parece ocurrir en la casa fuera de lo normal. Tan sólo ha salido una mijer rubia, bastante alterada, se ha metido en su coche y se ha largado. En el interior, por lo que puede ver desde su escondite, se lo pasan bien. Hay risas, cantan y bailan; se están divirtiendo
- Y mientras yo aquí hasta sabe cuándo- vuelve a beber y tira el cigarrillo ya apagado.
Seguimos tumbados en el suelo del pabellón del embarcadero. Yo reclino mi cabeza sobre el pecho de Christian. Estamos rodeados por flores y corazones. Nos hemos prometido, y después de ponerme el anillo, me ha hecho el amor suave, dulce, lento, espléndidamente sensual, y totalmente vainilla. Permanecemos en silencio enlazadas nuestras manos y nuestros cuerpos. Ha sido un total frenesí, del que hemos de recuperarnos. Christian acaricia mi rostro y yo permanezco con los ojos cerrados. Quiero que este momento no acabe nunca.
- Mírame, nena, mírame. ¿ Eres feliz ?
- Christian, nunca lo he sido tanto. Te quiero, te quiero muchísimo
- Cielo, tus palabras me desconcentran cada vez que me lo dices. Yo también te quiero, Ana, más de lo que te imaginas
Me mira con la mirada más dulce que he visto nunca. Una luminosa sonrisa ocupa su rostro y me pregunta:
- ¿ Por qué no nos casamos mañana ?
- Christian ¿ cómo ?
- En Las Vegas. Cogemos el avión y nos plantamos allí y en media hora nos hemos convertido en marido y mujer, que es lo que estoy deseando, que seas mia
- ¡ Pero si ya lo soy !
- Pero de esta forma será oficial
- Quieres decir, que casándonos no tengo escapatoria
- Exacto, nena
- Pero si no voy a ir a ninguna parte. Nunca me marcharé. No me parece buena idea. Nuestras familias no lo aceptarán
- ¿ Qué clase de boda quieres, con mucha gente, sólo con la familia, en los ecos de sociedad? ¿ qué quieres Ana?
- Christian, no deseo una boda suntuosa. Sólo la familia y los amigos más allegados, nada más.
- Hecho una boda sencilla. Ya tenemos cómo, Ahora ¿ dónde?
- En casa de tus padres estaría muy bien, pero creo que primero hay que contar con ellos. Quizá sea un problema organizar todo
- No nena, mi madre estará encantada. Además se le da muy bien organizar eventos. De acuerdo ya sabemos dónde. Ahora falta cuándo, y ha de ser rápido. La doy como mucho un mes máximo. Estoy impaciente porque seas mía. Déjalo todo en mis manos
Llegamos tarde a casa. ha sido un día de lo más excitante. Muchas situaciones diversas y a cada cuál más intensa. Por unos momentos, nos sentamos en el salón, frente al gran ventanal viendo las impresionantes vistas de Seattle.
Al cabo de unos momentos, Christian me toma de la mano y me dice
- Vamos a la cama, Ana. Ha sito un día muy especial, y estoy agotado. Necesito relajarme
- Y ¿ qué clase de relajamiento necesita señor Grey?
- Señorita Steel, usted lo sabe de sobra.
Abrazados y felices nos encaminamos al dormitorio, que como cada noche es una explosión de amor antes de dormirnos.
"Mami, mami, despierta, despierta. Mami está tumbada a mi lado dormida. La toco y está muy fría. La tapo con mi mantita y yo me tumbo a su lado en la alfombra verde, sucia y, acaricio su cabello. Algunas veces sentada en el borde la cama, deja que la peine su larga y preciosa cabellera negra. Al cabo de un rato vuelvo a despertarla: mami, mami, despierta, tengo hambre y mucha sed. Ella sigue sin escucharme, dormida. Acerco una silla y voy hasta la pila y bebo agua. Busco en la nevera algo de comer. Encuentro una sustancia extraña y meto un dedo y me lo llevo a la boca, sabe mal y no me gusta. Veo un paquete de guisantes congelados, lo abro y cojo un puñado y me los como. Están fríos. Al cabo de un rato me duele la tripa y tengo ganas de vomitar. Vomito. Tengo dos coches y juego con ellos. Estoy cansado y me duermo al lado de mami, que sigue dormida. De repente unos golpes me despiertan:
Mami, mami, despierta. El hombre malo ha vuelto. Me acurruco en un rincón y cuando entra me increpa ¿ qué coño ocurre aquí? quítate de el medio imbécil. Yo corro a meterme debajo de la cama. Da una patada a mami y ella no se mueve. Da media vuelta y sale de la casa echando la llave. Yo espero escondido. Se hace de noche y me quedo dormido. La tripa me duele y tengo hambre. Unas voces y muchos ruidos, me despiertan. No es la voz del hombre malo, es una voz de mujer . Dice ¡ Dios mio ! y empieza a buscar algo. Creo que es a un niño. Yo me encojo más en mi escondite. Ella se agacha y me ve. Alarga su brazo para cogerme. No quiero que me toque, no me toque, y empiezo a patalear y lloro y doy patadas para que comprendan que no hablo y no quiero que me toquen. Pasa un buen rato y entre ella y otro hombre, consiguen sacarme del escondite. " Pobrecito", dice la mujer y me acaricia. Me da un vaso de leche calentita y lo bebo de un trago. Después me envuelve en una manta de muchos colores y me saca a un coche. Empiezo a llorar, quiero estar con mami, mami ven a por mi. Miro por la ventanilla del coche y veo que a mami la sacan en una camilla totalmente tapada. ¡ Tenia tanto frio ! "
- Christian, Christian, despierta amor, despierta
Anastasia mueve con fuerza los hombros de Christian tratando de despertarle, pero él sigue convulsionando y por sus mejillas corren las lágrimas. Anastasia está asustada, no consigue que reaccione. Se abraza a él y juntan sus llantos. Le besa, le abraza, mueve con fuerza sus hombros, hasta que por fin Christian lentamente va despertando
- Christian, es una pesadilla. Cálmate amor mío, ya ha pasado
- Ana, Ana. No me dejes, no te marches
- No voy a ir a ningún sitio. No me marcharé nunca, Christian. No voy a dejarte, por favor serénate
- Ana, lo he visto tan claro, lo he vuelto a vivir. Nunca lo había visto tan real
- Dime qué has soñado, cuéntamelo Christian, cuéntamelo. Alíviate de tanta carga emocional, amor mío
-Me veía de pequeño, junto a mi madre biológica. la llamaba y no se movía. La tapaba con mi manta. Tenía un hambre atroz y no había nada que comer. Luego llegaron unos policías y me llevaron de allí y ya no vi más a mi madre. ¡ Oh Ana , qué terrible !
- Si cielo. Nadie tiene derecho a vivir algo semejante. Pero te has liberado, lo has visto y ahora sabemos de dónde proceden algunas de tus Sombras. La protección, el afán por la comida, la elección de las chicas todas iguales... todo Christian tiene su origen en esas vivencias. Pero ya han pasado, ya están fuera, amor mío. Descansa
- Ana, tu eres mi talismán, mi mundo, mi todo. No me dejes nunca
- No mi vida, nunca, nunca te dejaré.
Pude calmarle a base de caricias y besos. Conseguí que volviera a dormirse. Abrazado a mi, y con su mano enlazada a la mía, acariciando el anillo de compromiso.
Una semana más tarde, nos reunimos todos en casa de los padres de Christian. Hacía un día precioso para hacer una barbacoa en el jardín. También estaban Kate y Ethan.
Teníamos una conversación intrascendente sobre nuestras preferencias culinarias, en perfecta armonía. Christian leía distraídamente un periódico financiero. Entra Mia llevando una revista en la que a primera plana decía:
" El soltero más codiciado, uno de los hombres más importantes de Seattle, se acaba de comprometer en matrimonio. Le ha "cazado" una señorita residente en la localidad. Desconocemos su identidad, pero habrá que ver lo que dice cuando tenga que firmar el acuerdo prematrimonial"
Christian interrumpe su lectura y fulmina con la mirada a su hermana que se queda sin saber qué decir. Yo me quedo perpleja. No tenía ni idea de esos acuerdos. no digo nada. Carrick se aproxima hasta donde estamos y dirigiéndose a mi, dice
- Ana, no es por ti. Pero creo conveniente que deberiais hacerlo
- Desde luego señor Carrick, lo que decidan. No es la primera vez que firmo un contrato, aunque no de estas características, claro.
Christian me mira con gesto furioso y contrariado. Mirando a su padre dice tajantemente
- He dicho que no. No voy hacer ningún acuerdo prematrimonial. Y no quiero seguir hablando de esto. Por favor padre, dejémoslo ya
- Creo que eso debierais discutirlo en privado- dice Grace- Así que venga, venid para adentro y dejémosles solos para que hablen
- Christian, de verdad que no me importa. Deben pensar que deseo tu dinero. Ellos tratan de protegerte
- Pero a mi si. No voy hacer ningún acuerdo. Ana ya una vez te fuiste y conocí el amargo sabor de tu ausencia. Si decides abandonarme, llévate todo lo que quieras, porque sin ti a mi lado nada tiene valor. Tú eres mi mundo. Principio y fin de mi vida. Ahora olvidemos el tema. No quiero volver hablar más nunca, de ello
Y como si fuera la cosa más natural del mundo, me toma de la mano se levanta y entra buscando a su madre
- Mamá ¿ te importaría que nos casáramos aquí ?
- Naturalmente que no hijo mío. Estaré encantada
Los siguientes días fueron de compras compulsivas. A Christian todo se le hacía poco, y acompañados por el asesor de imagen, me hizo un ajuar en el que no faltaba ningún detalle. Yo estaba escandalizada por el importe de las facturas, y constantemente trataba de frenar su exagerado gasto.
- Puedo permitírmelo señorita Steel- respondía a mi protesta con una sonrisa feliz.
A nuestro enlace acudieron nuestros respectivos padres, y fue Ray quién me llevo hasta el altar. Mi madre muy emocionada se abrazaba al brazo de Bob. Grace y Carrick, estaban radiantes, exultantes de felicidad. Kate, Mia, Elliot y Ethan fueron nuestros acompañantes y testigos. Fue una ceremonia preciosa e inolvidable
- Puedes besar a la novia- dijo el reverendo Walsh
Christian se inclinó sobre mi y tomando mi cara entre sus manos, me besó dulcemente, me abrazó y me dijo:
- Ana, ya eres mía. Para cuidarte, protegerte y amarte. Ahora todo lo mío será tuyo, y así será hasta el fin de nuestros días. Te quiero, te quiero pequeña.
No pude evitar que los ojos se me llenasen de lágrimas, pero ésta vez era de felicidad. Abrimos el baile y Christian, nervioso me decía
- Vamos a irnos pronto. Estoy impaciente porque nos quedemos solor
-Christian, ten paciencia. Hemos de atenderlos
-Pero es nuestra fiesta. Haremos lo que queramos. Un ratito y ya, ¡ Ah ! no permitas que nadie te quite el vestido. Ese es un placer que es mio
- Christian, Christian... te quiero
Grace me llamó a un parte y abrazándome me dijo
- Nunca te agradeceré bastante lo que has hecho por mi hijo. Le veo tan feliz, tan enamorado... Gracias Ana. Me alegro enormemente que formes parte de mi familia. Te habrás dado cuenta que siento debilidad por él y lo orgullosa que me siento de ver hasta dónde ha llegado, y lo que ahora es... gracias a ti. ¿ Cómo no me di cuenta antes?
- Grace, Grace... no te atormentes. ¡ Claro que si lo hubieras sabido lo hubieras evitado !, pero esa mujer es una bruja y él era muy joven. No te atormentes, piensa que ahora es feliz. Piensa solamente en eso.
- ¿ De qué habéis hablado? - me pregunta Christian mientras me acerca una copa de champán
- ¡ Oh ! cosas de mujeres. Ya sabes...
- No, no lo sé. Nunca me he casado- dice riéndose
- Me ha dado la bienvenida a la familia. Carrick también ha hablado conmigo en el mismo sentido. Me encuentro muy satisfecha por tener una nueva familia.
- Ve preparándote, nos vamos en cinco minutos. Despídete de tu madre y de Ray. Yo lo haré de los mios, pero vámonos ya.
Salimos a hurtadillas huyendo de los abuelos de Christian que se han pasado la noche demostrándonos lo que nos querían. Nuestros amigos han organizado una pasarela por la que tenemos que pasar . Hacen una especie de arco con sus brazos y nosotros vamos en dirección a nuestro coche pasando por debajo. Al llegar al vehículo, Christian abre la puerta para ayudarme a entrar con lo complicado del traje.
- Espera Christian, tengo que tirar el ramo
Me vuelvo y lanzo mi precioso ramo en tonos rosas y blancos al aire. Los hábiles brazos de Mia lo recoge y comienza a dar saltitos contenta. Taylor, que será nuestro chófer me dice muy emocionado " Enhorabuena, señora Grey "
Escucho por primera vez mi nuevo apellido y unas cosquillas en el estómago que hacen sonreir.
Ya dentro del coche, Christian me toma la mano y mirándome dulcemente, comienza a acariciar mis nudillos. Nuevamente ha adivinado mi estado de ánimo y sabe que estoy muy nerviosa. Nerviosa por todo: porque nos hemos casado, porque la fiesta ha sido un éxito, porque hemos estado rodeados por las personas que nos importan, y porque vamos camino de nuestra luna de miel. El viaje lo ha organizado Christian y estoy muy intrigada por saber dónde va a llevarme.
- ¿ Dónde vamos Christian?
- Al aeropuerto
Taylor condice el coche hacia la terminal y para al pie mismo del avión. ¡ Cómo no el avión particular de Christian ! Taylor abre la puerta de Christian, sale y se dirige hacia mi lado. Me ayuda a salir y cuando estoy de pie, me toma en sus brazos y me conduce hasta la escalerilla y la sube conmigo. Me deposita en el suelo al entrar en el avión
- ¡ Christian ! ¿ qué vas hacer?- le digo cuando me toma en brazos
- Todos los recién casados toman a sus esposas en brazos para pasar por primera vez la puerta de su hogar. Bien, pues éste es uno de nuestros hogares. Eso es lo que hago- Yo me abrazo a su cuello y le beso en la mejilla total, absolutamente feliz.
En la puerta están la azafata y Stephan, que ya conozco desde el día del planeador. Christian me coge por la cintura y le pregunta cosas técnicas referente al tiempo, si el aire está a nuestro favor, etc. Todo está en orden, parece ser
Christian , me coge de la mano y me muestra todas las dependencias del avión: la cabina, la cocina, nuestra cabina y el baño anexo a ella. La cabina nupcial está decorada en tonos blancos, dorados y marrones. Es de madera noble y de exquisito gusto, es bastante amplia para ser en un avión. El cuarto de baño está también decorado en tonos blancos, de mármol.
- Vamos nena, tenemos que sentarnos. Vamos a despegar enseguida.
Nos sentamos y abrochamos los cinturones. Christian sabe que los despegues y aterrizajes son terroríficos para mi. Me toma de la mano me la aprieta y masajea mis nudillos para tranquilizarme, mientas me mira sonriendo. Yo a la expectativa hasta que el avión, toma la altura requerida. Stephan comentó a nuestra llegada que en Boston habría turbulencias, y eso me tenía desorientada. Pregunto a Christian
- ¿ Dónde vamos ? ¿ Qué dijo Stephan de Shannon? Es Irlanda ¿ verdad ?
- Si cielo, pero sólo a repostar ¿ por qué ?
- Pensé que iríamos a Nueva York, al Caribe, no sé. Pero a Irlanda...
- No vamos a Irlanda nada más que para repostar. Vamos a Londres, nena
- ¡ A Londres !
- Siempre decías que era lo que más deseabas
- ¡ Christian ! - le digo abrazándole y besándole-. Siempre he deseado conocer la tierra de mis autores preferidos. Gracias amor, gracias
-Después iremos a Paris, y después a Mónaco, a la Costa Azul.
Estrecho fuertemente su brazo y apoyo mi cabeza en su hombro. El me mira feliz comprobando el entusiasmo que siento por la luna de miel que él ha organizado con todo su amor.
La azafata nos ha preparado como cena un auténtico banquete de bodas, exquisito del que no falta ningún detalle. Yo no tengo mucho apetito, es un día muy intenso, de nervios y felicidad. Pero he de comer para complacer a Christian y porque según le veo, nervioso, excitado, presiento que va a ser una noche muy, muy especial.
- ¿ Qué desean como postres? - nos dice la azafata
- Christian, yo no puedo comer más- él se ríe porque sabe que he comido a la fuerza
- No queremos postre, no nos cabe nada más, Muchas gracias- le dice amablemente a la azafata que parece derretirse ante la mirada de Christian
Una vez que se aleja, me dice quedamente
- Mi postre serás tú, nena. Ven
Me toma de la mano y me conduce hacia nuestra cabina. De nuevo me toma en brazos y entramos riendo
- ¿ Va a ser así cada vez que entremos en algún sitio? - le pregunto divertida
- Siempre que entremos casados en algún sitio por vez primera, Ana. Quiero que todo el mundo sepa que eres mi mujer
Como había deseado durante todo el día, él fue quién me quitó el vestido de desposada, comenzando a cada momento una sinfonía de amor y caricias, de total entrega a mi. Lentamente deshizo mi peinado dejando el cabello suelto que me caía sobre la espalda. Lo fue peinando despacio con sus dedos " qué cabello tan hermoso tienes, nena"
Yo reclamé también mi parte. El me había desnudado, pero permanecía vestido
- Christian, quiero desnudar a mi marido
- Soy todo tuyo - me dijo levantando los brazos para que hiciera lo que quisiera.
Desabroché lentamente los botones de la camisa y a cada uno daba un ligero beso sobre su pecho. Ya no se tensaba, ya no rehuía. Al finalizar me dijo " espera ". Se quitó los gemelos, mi regalo de boda, que tenía las iniciales C y A, Los besó y los guardó. ""Ahora ya puedes seguir ". La noche fue difícilmente olvidable. Pasión, frenesí, deseo, sensualidad, y amor, mucho, mucho ,amor , por parte de los dos. A través de la ventanilla vimos las primeras luces del día. Permanecimos abrazados, con nuestras manos enlazadas. Christian acariciaba constantemente mi anillo de casada, besaba mi frente, me colmaba de amor de una amor puro y de total entrega. "Corazones y flores para ti siempre, Ana. Mi Ana"
- Todo el mundo elige un hotel para pasar su noche de bodas. Ja, ja, ja, nosotros a diez mil pies de altura.- Y prosiguió acariciándome y mirándome con infinita ternura, como si fuera la primera vez que lo hacía- ¡ Eres mia, eres mia. Para siempre, Ana, principio y fin de mi vida. Te quiero princesa.
LAS FRASES DE CHRISTIAN GREY:
Un hombre con un traje raído, se escondía agazapado cerca de la mansión de los Grey. Tenía una botella de whisky metida en una bolsa de papel marrón, fumaba compulsivamente y de vez en cuando bebía, tragos largos que paladeaba. Oculto entre unos setos, no era visible para nadie y de esta forma observaba sin dificultad el movimiento de entradas y salidas en la casa..
- Salió mal lo del helicóptero, pero no te vas a salir con la tuya. ¿ Cómo imaginar que pilotaba tan bien ? Te crees muy listo porque tuviste tu oportunidad, que debió ser para mi. Creíste que habías acabado conmigo por haber tocado a tu putita, pero no tienes ni idea de lo que hiciste. Tengo talento de sobra, pero nunca tuve oportunidad de demostrarlo. Tu a una universidad de las mejores, yo a una estatal. No obstante conseguí mi objetivo. Obtuve una beca en Princetown..., hasta que tu te cruzaste en mi camino. Siempre tú, maldito Grey. Sé muchas cosas de ti. - una risa sarcástica sacude el cuerpo sucio y desgarbado de aquel hombre
Ambos somos de Detroit, yo de los bajos fondos, pero pude hacer mi carrera, bastante brillante por cierto, y pude entrar en la editorial, y ahora... tú lo has fastidiado todo. Estoy en la calle y dudo mucho de que algún editor requiera mi trabajo. Pero no creas que he terminado contigo. Lo volveré a intentar. Mil veces si es necesario. Tu disfrutas de todo: dinero, posición, familia y una bella mujer que sin duda va contigo por el dinero, Bien, pues todo eso se te va a terminar, te lo aseguro Christian Grey.
Con un gesto de dolor cambia de postura
-Joder... aún me duelen las costillas de las patadas que me dio el guardaespaldas. Ja, ja, ja, dijo que me mataría si me volvía a meter con Ana. ¡Está buena la putita! También a ella le llegará su hora.
Continúa su vigilancia, pero nada parece ocurrir en la casa fuera de lo normal. Tan sólo ha salido una mijer rubia, bastante alterada, se ha metido en su coche y se ha largado. En el interior, por lo que puede ver desde su escondite, se lo pasan bien. Hay risas, cantan y bailan; se están divirtiendo
- Y mientras yo aquí hasta sabe cuándo- vuelve a beber y tira el cigarrillo ya apagado.
Seguimos tumbados en el suelo del pabellón del embarcadero. Yo reclino mi cabeza sobre el pecho de Christian. Estamos rodeados por flores y corazones. Nos hemos prometido, y después de ponerme el anillo, me ha hecho el amor suave, dulce, lento, espléndidamente sensual, y totalmente vainilla. Permanecemos en silencio enlazadas nuestras manos y nuestros cuerpos. Ha sido un total frenesí, del que hemos de recuperarnos. Christian acaricia mi rostro y yo permanezco con los ojos cerrados. Quiero que este momento no acabe nunca.
- Mírame, nena, mírame. ¿ Eres feliz ?
- Christian, nunca lo he sido tanto. Te quiero, te quiero muchísimo
- Cielo, tus palabras me desconcentran cada vez que me lo dices. Yo también te quiero, Ana, más de lo que te imaginas
Me mira con la mirada más dulce que he visto nunca. Una luminosa sonrisa ocupa su rostro y me pregunta:
- ¿ Por qué no nos casamos mañana ?
- Christian ¿ cómo ?
- En Las Vegas. Cogemos el avión y nos plantamos allí y en media hora nos hemos convertido en marido y mujer, que es lo que estoy deseando, que seas mia
- ¡ Pero si ya lo soy !
- Pero de esta forma será oficial
- Quieres decir, que casándonos no tengo escapatoria
- Exacto, nena
- Pero si no voy a ir a ninguna parte. Nunca me marcharé. No me parece buena idea. Nuestras familias no lo aceptarán
- ¿ Qué clase de boda quieres, con mucha gente, sólo con la familia, en los ecos de sociedad? ¿ qué quieres Ana?
- Christian, no deseo una boda suntuosa. Sólo la familia y los amigos más allegados, nada más.
- Hecho una boda sencilla. Ya tenemos cómo, Ahora ¿ dónde?
- En casa de tus padres estaría muy bien, pero creo que primero hay que contar con ellos. Quizá sea un problema organizar todo
- No nena, mi madre estará encantada. Además se le da muy bien organizar eventos. De acuerdo ya sabemos dónde. Ahora falta cuándo, y ha de ser rápido. La doy como mucho un mes máximo. Estoy impaciente porque seas mía. Déjalo todo en mis manos
Llegamos tarde a casa. ha sido un día de lo más excitante. Muchas situaciones diversas y a cada cuál más intensa. Por unos momentos, nos sentamos en el salón, frente al gran ventanal viendo las impresionantes vistas de Seattle.
Al cabo de unos momentos, Christian me toma de la mano y me dice
- Vamos a la cama, Ana. Ha sito un día muy especial, y estoy agotado. Necesito relajarme
- Y ¿ qué clase de relajamiento necesita señor Grey?
- Señorita Steel, usted lo sabe de sobra.
Abrazados y felices nos encaminamos al dormitorio, que como cada noche es una explosión de amor antes de dormirnos.
"Mami, mami, despierta, despierta. Mami está tumbada a mi lado dormida. La toco y está muy fría. La tapo con mi mantita y yo me tumbo a su lado en la alfombra verde, sucia y, acaricio su cabello. Algunas veces sentada en el borde la cama, deja que la peine su larga y preciosa cabellera negra. Al cabo de un rato vuelvo a despertarla: mami, mami, despierta, tengo hambre y mucha sed. Ella sigue sin escucharme, dormida. Acerco una silla y voy hasta la pila y bebo agua. Busco en la nevera algo de comer. Encuentro una sustancia extraña y meto un dedo y me lo llevo a la boca, sabe mal y no me gusta. Veo un paquete de guisantes congelados, lo abro y cojo un puñado y me los como. Están fríos. Al cabo de un rato me duele la tripa y tengo ganas de vomitar. Vomito. Tengo dos coches y juego con ellos. Estoy cansado y me duermo al lado de mami, que sigue dormida. De repente unos golpes me despiertan:
Mami, mami, despierta. El hombre malo ha vuelto. Me acurruco en un rincón y cuando entra me increpa ¿ qué coño ocurre aquí? quítate de el medio imbécil. Yo corro a meterme debajo de la cama. Da una patada a mami y ella no se mueve. Da media vuelta y sale de la casa echando la llave. Yo espero escondido. Se hace de noche y me quedo dormido. La tripa me duele y tengo hambre. Unas voces y muchos ruidos, me despiertan. No es la voz del hombre malo, es una voz de mujer . Dice ¡ Dios mio ! y empieza a buscar algo. Creo que es a un niño. Yo me encojo más en mi escondite. Ella se agacha y me ve. Alarga su brazo para cogerme. No quiero que me toque, no me toque, y empiezo a patalear y lloro y doy patadas para que comprendan que no hablo y no quiero que me toquen. Pasa un buen rato y entre ella y otro hombre, consiguen sacarme del escondite. " Pobrecito", dice la mujer y me acaricia. Me da un vaso de leche calentita y lo bebo de un trago. Después me envuelve en una manta de muchos colores y me saca a un coche. Empiezo a llorar, quiero estar con mami, mami ven a por mi. Miro por la ventanilla del coche y veo que a mami la sacan en una camilla totalmente tapada. ¡ Tenia tanto frio ! "
- Christian, Christian, despierta amor, despierta
Anastasia mueve con fuerza los hombros de Christian tratando de despertarle, pero él sigue convulsionando y por sus mejillas corren las lágrimas. Anastasia está asustada, no consigue que reaccione. Se abraza a él y juntan sus llantos. Le besa, le abraza, mueve con fuerza sus hombros, hasta que por fin Christian lentamente va despertando
- Christian, es una pesadilla. Cálmate amor mío, ya ha pasado
- Ana, Ana. No me dejes, no te marches
- No voy a ir a ningún sitio. No me marcharé nunca, Christian. No voy a dejarte, por favor serénate
- Ana, lo he visto tan claro, lo he vuelto a vivir. Nunca lo había visto tan real
- Dime qué has soñado, cuéntamelo Christian, cuéntamelo. Alíviate de tanta carga emocional, amor mío
-Me veía de pequeño, junto a mi madre biológica. la llamaba y no se movía. La tapaba con mi manta. Tenía un hambre atroz y no había nada que comer. Luego llegaron unos policías y me llevaron de allí y ya no vi más a mi madre. ¡ Oh Ana , qué terrible !
- Si cielo. Nadie tiene derecho a vivir algo semejante. Pero te has liberado, lo has visto y ahora sabemos de dónde proceden algunas de tus Sombras. La protección, el afán por la comida, la elección de las chicas todas iguales... todo Christian tiene su origen en esas vivencias. Pero ya han pasado, ya están fuera, amor mío. Descansa
- Ana, tu eres mi talismán, mi mundo, mi todo. No me dejes nunca
- No mi vida, nunca, nunca te dejaré.
Pude calmarle a base de caricias y besos. Conseguí que volviera a dormirse. Abrazado a mi, y con su mano enlazada a la mía, acariciando el anillo de compromiso.
Una semana más tarde, nos reunimos todos en casa de los padres de Christian. Hacía un día precioso para hacer una barbacoa en el jardín. También estaban Kate y Ethan.
Teníamos una conversación intrascendente sobre nuestras preferencias culinarias, en perfecta armonía. Christian leía distraídamente un periódico financiero. Entra Mia llevando una revista en la que a primera plana decía:
" El soltero más codiciado, uno de los hombres más importantes de Seattle, se acaba de comprometer en matrimonio. Le ha "cazado" una señorita residente en la localidad. Desconocemos su identidad, pero habrá que ver lo que dice cuando tenga que firmar el acuerdo prematrimonial"
Christian interrumpe su lectura y fulmina con la mirada a su hermana que se queda sin saber qué decir. Yo me quedo perpleja. No tenía ni idea de esos acuerdos. no digo nada. Carrick se aproxima hasta donde estamos y dirigiéndose a mi, dice
- Ana, no es por ti. Pero creo conveniente que deberiais hacerlo
- Desde luego señor Carrick, lo que decidan. No es la primera vez que firmo un contrato, aunque no de estas características, claro.
Christian me mira con gesto furioso y contrariado. Mirando a su padre dice tajantemente
- He dicho que no. No voy hacer ningún acuerdo prematrimonial. Y no quiero seguir hablando de esto. Por favor padre, dejémoslo ya
- Creo que eso debierais discutirlo en privado- dice Grace- Así que venga, venid para adentro y dejémosles solos para que hablen
- Christian, de verdad que no me importa. Deben pensar que deseo tu dinero. Ellos tratan de protegerte
- Pero a mi si. No voy hacer ningún acuerdo. Ana ya una vez te fuiste y conocí el amargo sabor de tu ausencia. Si decides abandonarme, llévate todo lo que quieras, porque sin ti a mi lado nada tiene valor. Tú eres mi mundo. Principio y fin de mi vida. Ahora olvidemos el tema. No quiero volver hablar más nunca, de ello
Y como si fuera la cosa más natural del mundo, me toma de la mano se levanta y entra buscando a su madre
- Mamá ¿ te importaría que nos casáramos aquí ?
- Naturalmente que no hijo mío. Estaré encantada
Los siguientes días fueron de compras compulsivas. A Christian todo se le hacía poco, y acompañados por el asesor de imagen, me hizo un ajuar en el que no faltaba ningún detalle. Yo estaba escandalizada por el importe de las facturas, y constantemente trataba de frenar su exagerado gasto.
- Puedo permitírmelo señorita Steel- respondía a mi protesta con una sonrisa feliz.
A nuestro enlace acudieron nuestros respectivos padres, y fue Ray quién me llevo hasta el altar. Mi madre muy emocionada se abrazaba al brazo de Bob. Grace y Carrick, estaban radiantes, exultantes de felicidad. Kate, Mia, Elliot y Ethan fueron nuestros acompañantes y testigos. Fue una ceremonia preciosa e inolvidable
- Puedes besar a la novia- dijo el reverendo Walsh
Christian se inclinó sobre mi y tomando mi cara entre sus manos, me besó dulcemente, me abrazó y me dijo:
- Ana, ya eres mía. Para cuidarte, protegerte y amarte. Ahora todo lo mío será tuyo, y así será hasta el fin de nuestros días. Te quiero, te quiero pequeña.
No pude evitar que los ojos se me llenasen de lágrimas, pero ésta vez era de felicidad. Abrimos el baile y Christian, nervioso me decía
- Vamos a irnos pronto. Estoy impaciente porque nos quedemos solor
-Christian, ten paciencia. Hemos de atenderlos
-Pero es nuestra fiesta. Haremos lo que queramos. Un ratito y ya, ¡ Ah ! no permitas que nadie te quite el vestido. Ese es un placer que es mio
- Christian, Christian... te quiero
Grace me llamó a un parte y abrazándome me dijo
- Nunca te agradeceré bastante lo que has hecho por mi hijo. Le veo tan feliz, tan enamorado... Gracias Ana. Me alegro enormemente que formes parte de mi familia. Te habrás dado cuenta que siento debilidad por él y lo orgullosa que me siento de ver hasta dónde ha llegado, y lo que ahora es... gracias a ti. ¿ Cómo no me di cuenta antes?
- Grace, Grace... no te atormentes. ¡ Claro que si lo hubieras sabido lo hubieras evitado !, pero esa mujer es una bruja y él era muy joven. No te atormentes, piensa que ahora es feliz. Piensa solamente en eso.
- ¿ De qué habéis hablado? - me pregunta Christian mientras me acerca una copa de champán
- ¡ Oh ! cosas de mujeres. Ya sabes...
- No, no lo sé. Nunca me he casado- dice riéndose
- Me ha dado la bienvenida a la familia. Carrick también ha hablado conmigo en el mismo sentido. Me encuentro muy satisfecha por tener una nueva familia.
- Ve preparándote, nos vamos en cinco minutos. Despídete de tu madre y de Ray. Yo lo haré de los mios, pero vámonos ya.
Salimos a hurtadillas huyendo de los abuelos de Christian que se han pasado la noche demostrándonos lo que nos querían. Nuestros amigos han organizado una pasarela por la que tenemos que pasar . Hacen una especie de arco con sus brazos y nosotros vamos en dirección a nuestro coche pasando por debajo. Al llegar al vehículo, Christian abre la puerta para ayudarme a entrar con lo complicado del traje.
- Espera Christian, tengo que tirar el ramo
Me vuelvo y lanzo mi precioso ramo en tonos rosas y blancos al aire. Los hábiles brazos de Mia lo recoge y comienza a dar saltitos contenta. Taylor, que será nuestro chófer me dice muy emocionado " Enhorabuena, señora Grey "
Escucho por primera vez mi nuevo apellido y unas cosquillas en el estómago que hacen sonreir.
Ya dentro del coche, Christian me toma la mano y mirándome dulcemente, comienza a acariciar mis nudillos. Nuevamente ha adivinado mi estado de ánimo y sabe que estoy muy nerviosa. Nerviosa por todo: porque nos hemos casado, porque la fiesta ha sido un éxito, porque hemos estado rodeados por las personas que nos importan, y porque vamos camino de nuestra luna de miel. El viaje lo ha organizado Christian y estoy muy intrigada por saber dónde va a llevarme.
- ¿ Dónde vamos Christian?
- Al aeropuerto
Taylor condice el coche hacia la terminal y para al pie mismo del avión. ¡ Cómo no el avión particular de Christian ! Taylor abre la puerta de Christian, sale y se dirige hacia mi lado. Me ayuda a salir y cuando estoy de pie, me toma en sus brazos y me conduce hasta la escalerilla y la sube conmigo. Me deposita en el suelo al entrar en el avión
- ¡ Christian ! ¿ qué vas hacer?- le digo cuando me toma en brazos
- Todos los recién casados toman a sus esposas en brazos para pasar por primera vez la puerta de su hogar. Bien, pues éste es uno de nuestros hogares. Eso es lo que hago- Yo me abrazo a su cuello y le beso en la mejilla total, absolutamente feliz.
En la puerta están la azafata y Stephan, que ya conozco desde el día del planeador. Christian me coge por la cintura y le pregunta cosas técnicas referente al tiempo, si el aire está a nuestro favor, etc. Todo está en orden, parece ser
Christian , me coge de la mano y me muestra todas las dependencias del avión: la cabina, la cocina, nuestra cabina y el baño anexo a ella. La cabina nupcial está decorada en tonos blancos, dorados y marrones. Es de madera noble y de exquisito gusto, es bastante amplia para ser en un avión. El cuarto de baño está también decorado en tonos blancos, de mármol.
- Vamos nena, tenemos que sentarnos. Vamos a despegar enseguida.
Nos sentamos y abrochamos los cinturones. Christian sabe que los despegues y aterrizajes son terroríficos para mi. Me toma de la mano me la aprieta y masajea mis nudillos para tranquilizarme, mientas me mira sonriendo. Yo a la expectativa hasta que el avión, toma la altura requerida. Stephan comentó a nuestra llegada que en Boston habría turbulencias, y eso me tenía desorientada. Pregunto a Christian
- ¿ Dónde vamos ? ¿ Qué dijo Stephan de Shannon? Es Irlanda ¿ verdad ?
- Si cielo, pero sólo a repostar ¿ por qué ?
- Pensé que iríamos a Nueva York, al Caribe, no sé. Pero a Irlanda...
- No vamos a Irlanda nada más que para repostar. Vamos a Londres, nena
- ¡ A Londres !
- Siempre decías que era lo que más deseabas
- ¡ Christian ! - le digo abrazándole y besándole-. Siempre he deseado conocer la tierra de mis autores preferidos. Gracias amor, gracias
-Después iremos a Paris, y después a Mónaco, a la Costa Azul.
Estrecho fuertemente su brazo y apoyo mi cabeza en su hombro. El me mira feliz comprobando el entusiasmo que siento por la luna de miel que él ha organizado con todo su amor.
La azafata nos ha preparado como cena un auténtico banquete de bodas, exquisito del que no falta ningún detalle. Yo no tengo mucho apetito, es un día muy intenso, de nervios y felicidad. Pero he de comer para complacer a Christian y porque según le veo, nervioso, excitado, presiento que va a ser una noche muy, muy especial.
- ¿ Qué desean como postres? - nos dice la azafata
- Christian, yo no puedo comer más- él se ríe porque sabe que he comido a la fuerza
- No queremos postre, no nos cabe nada más, Muchas gracias- le dice amablemente a la azafata que parece derretirse ante la mirada de Christian
Una vez que se aleja, me dice quedamente
- Mi postre serás tú, nena. Ven
Me toma de la mano y me conduce hacia nuestra cabina. De nuevo me toma en brazos y entramos riendo
- ¿ Va a ser así cada vez que entremos en algún sitio? - le pregunto divertida
- Siempre que entremos casados en algún sitio por vez primera, Ana. Quiero que todo el mundo sepa que eres mi mujer
Como había deseado durante todo el día, él fue quién me quitó el vestido de desposada, comenzando a cada momento una sinfonía de amor y caricias, de total entrega a mi. Lentamente deshizo mi peinado dejando el cabello suelto que me caía sobre la espalda. Lo fue peinando despacio con sus dedos " qué cabello tan hermoso tienes, nena"
Yo reclamé también mi parte. El me había desnudado, pero permanecía vestido
- Christian, quiero desnudar a mi marido
- Soy todo tuyo - me dijo levantando los brazos para que hiciera lo que quisiera.
Desabroché lentamente los botones de la camisa y a cada uno daba un ligero beso sobre su pecho. Ya no se tensaba, ya no rehuía. Al finalizar me dijo " espera ". Se quitó los gemelos, mi regalo de boda, que tenía las iniciales C y A, Los besó y los guardó. ""Ahora ya puedes seguir ". La noche fue difícilmente olvidable. Pasión, frenesí, deseo, sensualidad, y amor, mucho, mucho ,amor , por parte de los dos. A través de la ventanilla vimos las primeras luces del día. Permanecimos abrazados, con nuestras manos enlazadas. Christian acariciaba constantemente mi anillo de casada, besaba mi frente, me colmaba de amor de una amor puro y de total entrega. "Corazones y flores para ti siempre, Ana. Mi Ana"
- Todo el mundo elige un hotel para pasar su noche de bodas. Ja, ja, ja, nosotros a diez mil pies de altura.- Y prosiguió acariciándome y mirándome con infinita ternura, como si fuera la primera vez que lo hacía- ¡ Eres mia, eres mia. Para siempre, Ana, principio y fin de mi vida. Te quiero princesa.
LAS FRASES DE CHRISTIAN GREY:
MUSICA DE CHRISTIAN PARA ANASTASIA:
The first time ever I saw your face
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