El Cine

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miércoles, 11 de septiembre de 2013

CHRISTIAN Y ANASTASIA 13 ( 1996celta)/ Y EL MUNDO SE ABRIO A SUS PIES

( Texto basado en la obra original Cincuenta sombras de Grey )


 
Después de haber sido abrazada por mi madre, son Grace y Carrick los que lo hacen
 
- Alégrate, nena. Tu padre se va a poner bien.  Feliz cumpleaños, hija- me dice Grace cariñosamente
 
Carrick me abraza y cogiéndome la cara deposita un beso en mi frente. Elliot, Mia, Kate, etc., todos pasan uno tras otro y me felicitan. Yo a duras penas controlo la
emoción. Todo lo ha preparado Christian y ni siquiera me he dado cuenta de ello.
 
Un camarero nos acerca un par de copas, mientras otros distribuyen las suyas a nuestros invitados.  Christian alza la sya y me mira, después se dirige a todos los que nos están acompañando:
 
- Este sería un cumpleaños completo si Ray hubiera podido estar con nosotros, pero no está lejos. y se está recuperando. Gracias por acompañarnos en el cumpleaños de mi preciosa mujer. Gracias a todos. Feliz cumpleaños, mi amor - levanta su copa. Luego me abraza
 
A duras penas puedo contener la emoción. Observo la mesa durante la cena. Todos charlan animadamente y hay un ambiente familiar, distendido. Veo a Christian y a Elliot, que gastan bromas entre ellos, a José contando sus chistes picantillos. A Grace enfrascada en una conversación amena con mi madre. Toda mi familia está aquí. Me hubiera gustado que el hombre al que considero mi padre, también se sentara a la mesa, pero su recuperación es lo importante.  Veo a Mia y Ethan dirigirse miradas de complicidad.  Kate aprovecha un momento y se sienta  a mi lado
 
- ¿ Qué hay niña ? Vaya cumpleaños que te ha preparado el millonetis ¿ Qué te ha regalado?
-Mira - la digo enseñándola la pulsera...,  y un coche Audi R8
- ¿ Queee? ¡ Dios mio ! La pulsera me encanta y supondo que cada fetiche tendrá un significado especial. ¿ El cucurucho de helado?
- De Vainilla, y no quieras saber lo que significa. ¿ Cómo habéis venido todos?
- En helicóptero. No tenia ni idea de que tu marido lo pilotase
-¿ Os quedaréis esta noche?
 - Si, todos nos hospedamos aquí 
 
Interrumpe nuestra charla, la entrada de un camarero portando en una mesita una tarta de chocolate con veintidós velas
 
 
 
 
- Pide un deseo, nena
- Que mi padre se recupere. Le quiero mucho- y soplo las velas mientras todos me cantan el cumpleaños feliz.  Christian también les acompaña cantando, lo que hace sonreir a Grace que me mira y me lanza un beso emocionada.
 
Poco a poco todos se van retirando.  Los primeros han sido José y su padre, que ha disfrutado muchísimo ante la perspectiva de que cuando Ray se recupere, Christian les llevará a Aspen a pescar.
 
Una vez acabada la fiesta Christian me coge de la mano y subimos hasta la suite
 
- ¡ Al fin solos !- dice
- Gracias Christian. Me has dado un cumpleaños maravilloso, precioso
-Mi misión es complacerte- me dice sonriendo
- Ahora ha llegado la hora de que seas tu el complacido- le agarro de las solapas de la chaqueta y le beso.
 
 
 
A la mañana siguiente, nos reunimos la familia nuevamente para desayunar . Abro los regalos.  Los Grey y los Kavanagh, regresan a Seattle en el Charlie Tango. Mi madre, Christian y yo acudimos al hospital a ver a Ray. Bob, se quedará en el hotel hasta que regresemos  Mi padre permanece igual y mi madre se impresiona al verle en ese estado, tan quieto.  Se le saltan las lágrimas. Se sienta a su lado y toma su mano.  Todavía le quiere a pesar de  estar divorciados.
 
- Nos queríamos, nena., pero la convivencia era difícil.  Después de tu padre, Ray ha sido el hombre más importante de mi vida, y nunca le he dejado de querer. Creo que a él le ocurre lo mismo.
 
Deseo despedir a mi madre y a Bob en el aeropuerto. Christian nos lleva en el todoterreno y Taylor nos sigue en mi coche nuevo.  Al pie de la escalerilla abrazo a mi madre y no puedo reprimir el llanto.
 
- Cuídate pequeña.  Ray se pondrá bien
- Ya lo sé mamá,  Cuídala Bob. Os quiero
- Ya lo sé, hija. Estoy contenta porque os veo a Christian y a ti muy felices
- Lo somos mamá. Hasta pronto
 
Antes de entrar en el avión me dice adiós y a mi se me escapan unas lágrimas. Siento los brazos de Christian que me rodean cariñosamente
 
- Vámonos a casa, Ana- me dice mientras me estrecha contra él.
 
Cuando volvemos al hospital por la tarde, el aspecto de Ray es diferente. Ya no tiene el respirador, y aunque continua dormido, al menos respira por si solo.  Christian va en busca de los doctores para recibir el parte médico y yo decido abrir el periódico por la página de deportes y leerle los resultados del partido  del Sounders contra el Real Salt Lake. Interrumpo la lectura, cuando la voz de mi padre me dice
 
- ¿Hemos perdido, Annie?
- ¡ Papá, papá... has vuelto !
-¿ Por qué lloras? Dame un poco de agua, por favor
 
Ray
 
 
Salgo corriendo hasta el control de enfermeras para comunicarlo, e inmediatamente se presentan en la habitación
 
- Quiere agua- las digo
- Enseguida les traigo un vaso y agua fresca
 
A duras penas puedo contener el llanto. Estoy contenta, mi padre ha vuelto y aparentemente está bien. Recuerda todo. Siente hambre y sed. Lo que más le apetece son donuts  Salgo hasta la sala de espera.  Allí está Chistian trabajando muy concentrado en su portátil
 
- ´¿ Cómo se encuentra?- me pregunta
- Está algo desorientado, pero pienso que es normal
- Si lo es, nena.  Poco a poco volverá a la normalidad. Una vez veamos cómo reacciona, hablaré con los médicos para tratar de trasladarle a Seattle. Allí podremos verle más a menudo y mi madre le podrá atender con más facilidad.
- No sé, cielo. Quizá sea un poco pronto
- Bueno no te preocupes. Ya nos lo dirán los médicos.. Echo de menos nuestra casa
- Yo también
 
Vamos de regreso al hotel y yo voy conduciendo mi R8. Me siento muy aliviada y contenta. Y Christian me mira y sonríe.  Se le ve satisfecho, aunque también a ratos muestra un gesto de preocupación en su rostro.
 
¿ Quieres celebrar la recuperación de Ray?- me dice
- La verdad es que estoy muy contenta pero...
-Tenemos que comer algo, nena. Las comidas de estos días han sido muy deficientes
- ¿ No podemos pedir que nos lo suban a la suite? Estaríamos más tranquilos
- De acuerdo. Ahora aviso
 
Ceno como desde hacía muchos días no lo hacía. A medida que iba comiendo, mi apetito se abría más, y por primera vez no he dejado nada en el plato.  Nos bañamos, y ahora si lo hacemos juntos. Christian detrás de mi y yo apoyada en su pecho. De repente se me viene a la cabeza la imagen de Leila, no sé porqué. Le pregunto
-  Cuando bañaste a Leila,¿ te metiste con ella?
- No, Ana. No me bañé con ella. ¿ quieres decir como estamos tú yo ahora?
- Si, eso
- No cielo. Ella en la bañera y yo lavándola desde fuera.
- Bien...- respondo.
 
Una vez bañados, me saca el cabello y yo le pido una celebración especial, de las que solemos hacer :  nuestra particular sinfonía de amor.
 

 
 
Me despierto temprano, pero Christian ya está trabajando
 
-¿ Qué haces ?- le pregunto
- Estoy mandando  un correo. Por cierto nena, el inspector Clarck quiere hablar contigo referente a Hyde. Le he dicho que si puede esperar a que lleguemos a casa, que ahora estamos en Portland y me ha dicho que se desplazaría hasta aquí.  Que esta tarde te vería
-¡ Qué extraño !- le comento.- Bueno que venga cuando quiera. No tengo nada que ocultar.
 
Desayunamos y yo  digo a Christian que no es necesario que me acompañe, y que atienda a su trabajo. El me dice, que vendrá conmigo. Nos vestimos y nos encaminamos a ver a mi padre.
 
Ray se encuentra molesto. La escayola le produce picores, y eso le pone de mal humor. Dice que le apetecería por fin comerse un donuts. Decidimos ir a buscarlos al sitio donde más ricos los hacen y traerle varios de distinta clase.  Iremos a Voodoo y también me pide un café. Eso le pone de mejor humor.
 
A la hora acordada, el inspector Clarck se presenta en el hotel.
 
-¿ Por qué tanta prisa, inspector? posiblemente en un par de días estaríamos en Seattle
- Señora, créame que no tengo más remedio. Es por Jack Hyde. Ha hecho una declaración y la acusa directamente. Creo que sería mejor que habláramos a solas usted y yo
- Inspector, deseo que mi marido esté a mi lado. No tengo nada que ocultar, no he hecho nada malo. Así que cuando quiera puede comenzar a preguntarme
- Hyde dice que fue usted quién  se inventó lo del acoso, y que por usted le echaron de la editorial.
 


Inspector Clarck
 
 
Christian a duras penas, puede contener su cólera. Yo le cojo una mano y se la aprieto. Estoy tranquila, no he hecho nada.  El inspector me dice que le relate los hechos tal y como ocurrieron. Lo hago. Christian le hace la indicación de que deberían hablar con las empleadas que estuvieron anteriormente, porque ninguna de ellas mantuvo su puesto de trabajo más de tres meses.
- Ya lo hemos hecho, señor Grey, pero ninguna quiere hablar. ¿ Y usted porque lo sabe ?
- Porque tomé informes de él cuando mi mujer entró a trabajar. Me informo sobre las personas que la rodean.
- Creo que hay algo más que no terminamos de vislumbrar. Volveremos a registrar su apartamento.  De momento, creo que eso es todo. Lo podía haber hecho por teléfono, es cierto, pero prefiero personalmente.
 
Cuando se marcha, Christian y yo comentamos la patraña de Hyde respecto a que yo le acosara. ¡ Qué absurdo, teniendo un marido como el que tengo !
Ray no quiere ser trasladado para no ser un estorbo, pero al fin le convencemos. Christian y yo iremos en el helicóptero y Taylor y Sawyer, llevarán nuestros coches de regreso a casa.
 
Ray algo mareado por su traslado en helicóptero recrea su mirada por la amplia habitación del hospital de rehabilitación de Seattle
 
- Da a Christian las gracias por todo esto- me dice sonriendo mientras acaricia mi mano
- Tendrás ocasión de decírselo tú personalmente.  Está noche vendrá conmigo a verte 
-¿ No vas a trabajar ?- me pregunta
- Si ahora cuando salga. Quería comprobar que estabas bien instalado.  Ahora te dejo tranquilo para que descanses del viaje. Esta noche volveremos. Te quiero papá
- Y yo a ti, hija. Y mucho ¿ sabes?
- Lo  sé. Hasta luego- le doy un beso en la frente y salgo de la habitación
 
Miro mi BlackBerry y veo que tengo un mensaje perdido. No reconozco el número y no respondo.  Salgo al vestíbulo del Hospital y de allí a la entrada principal para recoger el coche.  Cuando me encamino hacia él, siento una voz a mis espaldas que me llaman
 
- Señora Grey, señora Grey
 
Me giro y veo que es la doctora Green que viene hacia mi algo sofocada por la carrera
 - ¡ Oh señora Grey ! Qué difícil es localizarla. Hace un rato la he vuelto a llamar y no me ha cogido el teléfono. 
- Perdone, no he reconocido el número y lo he borrado
- Ha retrasado por tres veces su cita, y es muy importante, está a punto de expirar la inyección si no lo ha hecho ya.
- ¡ Oh Dios mio ! no me diga de que hay peligro
- No lo sé. Será mejor que venga a mi consulta y salimos de dudas
 
 
 
Doctora Greene
 
 
Con todo el jaleo de estos días, no me he acordado en absoluto de que me tocaba la revisión.  Recuerdo que Hannah me habló en alguna ocasión de anular mis visitas, pero no mencionó a la doctora Greene. Por favor, por favor, que no sea tarde
  Ya en la consulta de la ginecóloga, me da el tarrito  para que deposite en él un poco de mi orina.  Una vez la muestra en su poder, introduce un palito, que debería permanecer de color blanco, pero ante mis ojos horrorizados, veo que se torna de color azul.  No, no, no es posible
 
- Bien señora Grey, según la muestra está usted embarazada
- Pero no es posible, la inyección... era eficaz ¿ no ?
- Debería serlo, pero no si nos olvidamos de renovarla
 
La doctora Green me observa y sabe que no ha sido una buena noticia.  Trata de suavizarla para que no me sienta culpable  Me dice
 
- Claro, que algunas veces también falla.  Creo que no es muy oportuno ¿ verdad? El tener un hijo es un efecto secundario que dura toda la vida. Para asegurarnos la voy hacer una ecografía, así sabremos de cuanto tiempo está.
 
Me da instrucciones y me tumbo en la camilla. No es un ecógrafo al uso, es uno transvaginal
 
- Efectivamente- aquí está ¿ Le ve ?
 
 
 
Miro y noto que los ojos se me humedecen. Es una cosita blanca insignificante , situado en un mar de color sepia. ¡ Oh Dios, esa cosita es mi Bip !
 
- Señora Grey, está de cuatro semanas. Usted verá lo que quiere hacer
 
¿ Cómo lo que quiero hacer ? ¡ Qué pregunta es esa !  Inmediatamente me acuerdo de Christian
 
- Si Ana, tendremos hijos, pero no ahora. Es pronto quiero que estemos los dos solos. No quiero compartirte con nadie- y un escalofrío me recorre el cuerpo
 
- Ahora, cuando se vista. Pase y le daré unas recetas  de ácido fólico y algunas vitaminas  que deberá tomar. Son muy importantes para su bebe, así que no debe dejar de tomarlas ni un solo día. También le daré una lista con las cosas que puede tomar y lo que no debe hacer.
 
Yo la escucho como si su voz estuviera lejana, muy lejana. La cabeza me golpea con fuerza.  No puedo creerme lo que está ocurriendo. ¿ Es que no voy a tener ni un día de tranquilidad.?
 
Salgo de la consulta hecha un mar de confusión. Cómo se lo digo a Christian, se va a poner furioso. Yo tampoco lo esperaba. ¿ Qué va a pasar ?
 
Casi como un autómata, cojo el coche y voy a la editorial
 
- ¿ Te ocurre algo ? ¿ Tu padre está peor? - me pregunta Claire a la que casi no escucho
- No, no. Está muy bien. Soy yo la que no estoy en mi mejor día- la respondo
 
Cuando Hannah me ve aparecer me pregunta sobre lo mismo. Yo la corto inmediatamente por tener necesidad imperiosa de ir al lavabo. Una náusea invade mi estómago.  Más es producida por la ansiedad que por el embarazo
 
- ¿ Quieres un café?- me pregunta
- No Hannah, mejor un té ¿ no te importa?
- Ya mismo te lo traigo.
 
Cuando me lo lleva, la digo que se cuide especialmente  de decirme el nombre de la persona a quién anulo la cita, pero no la doy más explicaciones. Ella no tiene la culpa totalmente.
 
Abro el ordenador y veo que Christian me ha enviado un mensaje:
 

Señora Grey:
Solo llevo en la oficina tres horas y ya la echo de menos.Espero que Ray esté cómodo en su nueva habitación. Mamá va a ir a verle esta tarde para comprobar qué tal está.
Te recogeré a las seis esta tarde; podemos ir a verle antes de volver a casa.
¿Qué te parece?
Tu amante esposo

Yo le contesto:

Muy bien.
x
Anastasia Grey
Editora de SIP

Y él me contesta:

¿ Estás bien ?

Mentalmente le contesto " No, no estoy, bien.  Estoy fatal porque cuando te enteres no vas a querer volverme a ver. Me echarás la culpa de todo, como si tú no hubieras tenido parte en ello. Y tendremos una bronca descomunal. No, no, no me encuentro bien"

-Si, estoy bien. Sólo muy ocupada.  Te veo a las seis



No me centro en el trabajo. No dejo de mirar la pantalla del ordenador, como si de él pudiera salir una solución, que por otra parte sé que no hay. ¿ Cuándo se lo diré, cómo, de qué manera? ¿ Y cómo se lo va a tomar Christian ? ¡ Por Dios ! ¿ Por qué ha pasado esto ?  Instintivamente llevo mis manos al vientre y hablo como si el bebé pudiera oírme ¿ Ves lo que has hecho?  Has venido muy pronto y me vas a crear un gran problema con papá. Pero ya estás aquí...
  Procuro darme una tregua y trato de no pensar en el gran problema que tengo encima. El trabajo me ayuda a ello, y poco a poco transucrre la tarde y se acerca la hora de encontrarme con Christian a la salida.

Al entrar en el coche Christian me saluda con cautela. Por mi cara y forma de contestarle en los mensajes, sabe que algo no marcha bien, que algo me ocurre
 
- Hola - me saluda

- Hola, le contesto
 
¿ Debo decírselo ahora, en casa ? ¡ Por Dios !¿ cuando ?
- ¿ Que te pasa?
- Nada... el trabajo
- ¿ Va bien el trabajo? ¿ Ray está atendido ?
- Si, si todo es correcto
-¿ Has comido?
- No, lo siento. No tenía apetito y mucho trabajo atrasado de todos estos días
- Bien.  Tienes que comer,  te lo repito mil veces
 

 
 
Llegamos al Hospital y visitamos a Ray que se encuentra muy bien. Agradece a Christian todo lo que por él hace y nos comenta que Grace se pasa todas las mañanas a visitarle.  Ya es tarde y no queremos cansarle.  Nos despedimos hasta el día siguiente para que pueda descansar.  Taylor nos aguarda en el coche y nos lleva hasta casa.
 
 
- En estos días tengo que volver a Taiwán, y quiero que vengas conmigo
- Por favor Christian-le digo malhumorada- no empecemos de nuevo con ese tema.  Te he dicho mil veces que no puedo faltar de la editorial si pretendo sacarla adelante.
- Tenía al menos que intentarlo- me dice sonriendo
 
Estamos charlando mientras Gail nos prepara la cena.  Yo no tengo apetito y jugueteo con la comida y me concentro  en la forma, el momento y el modo en que le anuncie nuestro problema. La voz de Christian me saca de mi abstracción
 
- ¿ Me puedes decir de una vez lo que te ocurre? Me vuelve loco verte así
 
Le miro de frente y suelto el bombazo
 
- Estoy embarazada
 
La cara de Christian se vuelve de todos los colores del arco iris, y se detiene en el ceniciento. Abre los ojos desmesuradamente como no dando crédito a lo que le estoy diciendo.  No dejo de mirarle esperando de un momento a otro la explosión de voces que me esperan
 
- ¿ Qué, qué has dicho? ¿ Cómo?
 
 
- ¿ Qué cómo? ¿ Acaso no estabas allí para saberlo?
- Joder Ana, ¿ qué ha ocurrido? ¿ Lo has hecho a propósito para tener niños, o te olvidaste la inyección?  No me lo puedo creer. Lo hablamos y te lo dejé muy claro. No estoy preparado para esto. ¿ Qué has hecho? Y ahora no te pongas a llorar, que de nada sirve.- me dice con crueldad
 
Se me llenan los ojos de llanto, nunca le había visto tan fuera de si. Me hace una serie de preguntas a las que no puedo responder. Imaginé que el día que anunciara que íbamos a ser padres, todo sería muy distinto. El me abrazaría, me besaría y estaríamos locos de felicidad. Y sin embargo me está reprochando como si yo fuera la única culpable. A duras penas me salen las palabras, pero me parece injusto lo que hace y trato de darle una explicación
 
- La doctora Greene dice que algunas veces las inyecciones fallan
 
El me mira fijamente y no se cree en absoluto que es eso lo que ha pasado. Coge la chaqueta que había dejado encima de un taburete, y sale de casa dando un portazo.
 
Continuo sentada, sola, llorando. Nunca sospeché que fuera a irse de casa. Mi corazón empieza a golpearme fuertemente y la angustia se instala en mi pecho.  La señora Jones aparece de improviso. ¿ Lo habrán escuchado ella y Taylor?
 
- Ana-me dice con cariño- lo siento,  lo he escuchado. Dele tiempo para que se haga a la idea. Pero ahora debe comer, no es por usted. Hay otra persona que necesita que esté fuerte.
 
Y pienso en mi pequeño Bip ¿ Ves lo que has hecho, pequeñín? Has enfadado a tu padre.  No debías venir tan pronto.
 
Me dirijo a mi cuarto después de dar algunas pinchadas en la comida.  Me doy un baño, y ello me serena bastante. Y vuelvo a pensar en él ¿ dónde estará, habrá ido a casa de sus padres?  O quizás... no, eso si que no.  Con ella no, por favor.
 
Las horas pasan y Christian no regresa a casa. Me refugio en la biblioteca, pero tampoco puedo concentrarme en la lectura, y lloro, lloro sin parar. A mi mente vienen las imágenes de mi cumpleaños, de lo unidos que hemos estado en Portland, y no puedo creerme que ahora me haya dejado sola después de montarme la bronca monumental que me ha montado.  ¿ Por qué cada vez que un hombre no quiere tener niños, echa toda la culpa a la mujer?  Ellos también intervienen, y en eso momento no se paran a pensar en las consecuencias. Claro que Christian fue siempre muy precavido. Pero tampoco yo he tenido la culpa.  Me han pasado muchas cosas y se me ha olvidado. ¿ Tan grave es mi culpa? ¡ Se trata de tener un hijo, no de cometer un crimen! Voy hasta el cuarto que un principio fue mio y la idea de que ese pueda ser el cuarto de mi Bip, me llena de ternura y de nuevo los ojos se vuelven acuosos.  Siento frio después del baño caliente. Cojo el edredón de la cama y me tapo con él
 

 
 
Miro el reloj .  Es muy tarde.  Vuelvo a la biblioteca. Deambulo por la casa porque no sé qué hacer ni en dónde estar. Me acurruco con el edredón en un sillón y consigo adormilarme, pensando en dónde estará mi marido. 
 
 Un golpe me despierta sobresaltada. Rápidamente voy en la dirección de donde proviene y en el vestíbulo está Christian completamente borracho. 
 
Gracias Señor, al menos está en casa sano y salvo
 
- Ana, Ana. Vámonos a la cama- me dice mirándome fijamente y  tartamudeando con las palabras.
- Christian , por DIos. ¡ Qué preocupada me tenías! Ponme el brazo sobre el hombro. Voy a ayudarte.
 
Estamos a punto de caer los dos, pero a duras penas consigo enderezarlo y llevarlo hasta nuestro dormitorio, no sin esfuerzo.  Se desploma en la cama y yo le descalzo y le aflojo los botones de la camisa y de los pantalones, que trato en vano de quitárselos.
Inútil empresa. No puedo mover su cuerpo y cuando me doy cuenta está profundamente dormido y su brazo descansa sobre mi almohada. Busca algo, me busca a mi.
 
Está totalmente atravesado en la cama, y a pesar de tener poco sitio para dormir, decido que no lo voy hacer. Ha sido injusto conmigo y además  ha llegado borracho y a saber de dónde.  Al coger su chaqueta se le cae la BlackBerry, en el que hay un mensaje de la señora Robinson.  Lo leo y la sangre se me hiela. A pesar de lo prometido, ha estado con ella. En el mensaje le dice: " Tranquilízate Christian, serás un excelente padre". ¡ Ha estado con ella. Ha ido a contárselo! Me deja sola y se va con ella.  No puedo contener el llanto y decido revisar todos los mensajes por ver si hay alguno más. Se que no debo invadir su privacidad, pero él tampoco ha obrado correctamente.  No hay nada más que mensajes del trabajo. Lo dejo encima de la mesilla y salgo de la habitación
 
 
. Cojo las llaves del cuarto rojo y hacia él me dirijo.  Entro , echo la llave y la dejo puesta.
 
- Si Christian me busca, no pensará que estoy aquí al no poder entrar.
 
Las tenues luces y el olor a cera  me envuelven. Unos olores familiares para mi. Me acuesto en la enorme cama de sábana roja de satén. Me siento extraña, pero al mismo tiempo me acompañan las vivencias que en ese cuarto hemos tenido, y llorando quedamente consigo dormirme
 
Las luces del día me dan en el rostro y abro los ojos despacio y enseguida recuerdo todo lo ocurrido.  " Has de ir a trabajar", me recuerda mi mente. Miro el reloj y veo que es la hora. Me incorporo. Me duele todo el cuerpo por la tensión nerviosa padecida. Paso mis manos por el vientre para dar los buenos días a mi Bip, que tranquilamente es seguro dormirá protegido. No tengo ganas de levantarme, pero tampoco me apetece quedarme en casa, quizá aguantando la mala cara de Christian.
 
Unos golpes que aporrean la puerta me sobresaltan
 
- Ana, Ana- la voz de Christian está al otro lado, pero yo no contesto y cesan
 
 Pasado un rato, no sé el tiempo transcurrido, decido que tengo que salir, y así lo hago.
En el salón está Christian muy alterado, Taylor, Sawyer y la señora Jones. Les está dando instrucciones fuera de sí. Cuando voy por la mitad de la escalera., se giran todos a una y los ojos de Christian se abren desmesuradamente otra vez.
 
- Sawyer, estaré enseguida lista para ir a la oficina- digo secamente
 
- ¿Ana quiere desayunar algo? me dice la señora Jones
- No gracias, Gail. No tengo hambre
- ¿ Dónde estabas?- me dice en voz baja Christian
 
Yo no le contesto y me dirijo al dormitorio. Siento que Christian me sigue y me  pide que le responda, pero yo hago caso omiso y le ignoro. Me siento dolida, muy dolida.  No solo por la espantada de él sino por el correo de la bruja.
 
Entro en el baño y cierro la puerta. Christian la aporrea y me pide que le abra. Suelto el grifo y le digo que se vaya, mientras yo me reconforto con una ducha caliente
 
- No voy a ir a ninguna parte- me grita desde fuera
- Haz lo que quieras-le respondo
- ¡ ANA ! me dice gritándome
 
Al salir del baño paso delante de él que está recostado en la pared
- ¿ Me estás ignorando?
- Eres muy perspicaz- le digo en tono burlón
 
Sigo vistiéndome bajo su atenta mirada, y al fin le respondo
 
- Me dices que si te ignoro ¿ Por qué no le preguntas a la señora Robinson? te faltó tiempo para ir corriendo a refugiarte en ella y contarle algo muy privado
- ¿ Me has espiado?
- No, naturalmente que no. Se te cayó el móvil de la chaqueta y tu no te diste cuenta por la borrachera tan fenomenal que tenías
- Te he dicho mil veces que no es mi señora Robinson
 
Señora Robinson
 
- Sabes lo que te digo, que no me importa. Que hagas lo que quieras. Ya me has dado la medida de lo que pasa y ahora solo estamos mi hijo y yo. Tu puedes hacer lo que quieras.  Cada vez que tenemos un problema  corres a contárselo a ella, y sin embargo a mi nunca me dices nada. Y estoy harta, Christian, estoy muy cansada de luchar contra algo que me supera.
- ¿ Dónde estabas Ana?
- A ti no te importa-le contesto mientras termino de arreglarme
- Ana déjalo ya, por favor y se dirige hacia mi
- Ni lo intentes. Ni se te ocurra tocarme-le digo con firmeza
- Respóndeme ¿ dónde estabas?
 
No  estaba  emborrachándome, ni con ninguno de mis ex, entre otras cosas porque sólo te tengo a ti,  desde que te conocí. ¿ Te has acostado con ella  ?
- No, claro que no. Yo solo te quiero a ti
- ¿ Sabes lo que pienso? Que eres un cobarde, que cada vez que algo no te gusta, te refugias en ella, escondes la cabeza bajo el ala y no te enfrentas a la realidad. He leído el mensaje y está muy claro lo que quiere decir.. ¿ Recuerdas lo que me dijiste anoche cuando llegaste? Pues yo si, y te contesto.  Efectivamente elijo al bebe antes que a ti, porque él me necesita , porque es vulnerable y porque es lo que hacen todos los padres que quieren a sus hijos. Y que es lo que tenían que haber hecho contigo y no hicieron. Quizá, si te hubieran dado cariño entonces, no estaríamos hablando de esto ahora. Puedo hacerlo sola o  contigo, elige, porque desde luego me quedo con el niño., Y ahora discúlpame, tengo que ir a trabajar
-¿  Me vas a dejar?
- Todavía sigo aquí ¿ no crees?
- ¿ Me sigues queriendo? ¿ Es lo que quieres?
- Christian, lo has hecho tan mal que no se lo que quiero.  De momento me marcho, al menos allí no tendré a alguien que de media vuelta y me deje sola toda la noche
- Vi a una persona con la que estuve unido hace tiempo. Arreglamos algunas cosas y ya no la volveré a ver nunca
-¿ Fuiste a buscarla?
- En un principio no, busqué a Flynn y no pude encontrarle, y caminando me encontré frente a la peluquería cuando ella se marchaba. Nos sentamos, hablamos, me tomé una copa y ella se fué. Yo seguí en un bar cercano hasta terminar la botella.
- Y¿ por qué puedes hablar con ella y no conmigo?
- Porque estaba furioso contigo, como lo estoy ahora también
- Pues has de saber que yo también lo estoy.  Desde que lo supe pasé un día infernal. No sabía cómo decirtelo porque temía tu reacción. Y me dejaste sola con ello. Yo no lo había asimilado tampoco, también para mi fue una sorpresa, y encima tuve que aguantar tu frialdad tan cruel, sobre todo cuando me dijiste que lo había hecho a propósito
- Metiste la pata cuando fuera...,  al olvidar la inyección
- Mira, he pasado por muchas cosas en estos días, y es normal que se me olvidara. No soy tan perfecta como tu
- ¡ Vaya espectáculo que está montando señora Grey!
- Asi te divertirás más
- Voy a ducharme- me dice
- Y yo ya te he entretenido bastante. También me voy
- Por lo que veo no hemos resuelto nada ¿ verdad?
- No, las cosas están como están. ¡ Ah  ! A propósito, ya no dormiré contigo
- Ana, ella no significa nada para mi
- Salvo cuando la necesitas
- Yo te necesito a ti
- Ayer no, Christian. Ayer corriste a su lado, y eso es algo infranqueable para mi
- Está fuera de mi vida
- No te creo, no te creo
- Ana...
- Ahora me marcho.  Ya llego tarde
- Te veo esta noche
 
Pequeño Bip, papá y yo seguimos igual. No hemos solucionado nada. Es un tonto de remate que no se da cuenta, pero yo he de mantenerme firme, pequeñín, si quiero seguir adelante. 
 
De nuevo acaricio mi vientre y vuelvo a hablarle.
 
- Ahora vámonos a trabajar, que es muy tarde .
 

 
 
 


 
 
 

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