( Texto basado en la obra original Cincuenta sombras de Grey )
Las últimas horas de la tarde, se han ido apagando para dar entrada al anochecer, cuando me despierto. Corro mi brazo hacia el sitio de Christian en la cama, y compruebo que no está. Me incorporo, no sin esfuerzo, y le veo que está sentado mirándome, con la mirada torva y unos papeles en la mano.
- Christian ¿ qué ocurre?
- Acaba de irse Welch, y me ha traído esto
- Ven échate aquí conmigo - le digo mientras aparto la ropa
Ante mi extrañeza, compruebo que no lo duda ni un instante y corre a mi lado. Pasa su brazo por mi hombro y me aprieta fuerte contra si
- Dime ¿ qué te ha dicho que te ha trastornado tanto ?
- He vivido con ese canalla, con Hyde
- ¿ Cómo dices?
- Si. Fue en Detroit, en una casa de acogida mientras Grace y Carrick cumplían con el papeleo de mi adopción. Mira estas fotografías
Ante mí hay dos fotografías en tamaño grande en el que se aprecia en una, la casa de acogida. Normal, sin lujos, pero aparentemente confortable. En la otra se ve a la clásica familia americana : el matrimonio y varios niños de distintas edades. Enseguida reconozco a Jack con su gesto huraño. Debía tener alrededor de unos nueve años. Pero hay otro más pequeño con el cabello cobrizo que aparenta menos de cuatro , desnutrido, que está delante de Hyde
- Mira nena, este soy yo - y me señala al pequeño de cabello cobrizo
- ¡ Dios mío Christian. Aparentas menos de cuatro años... Señor...- no puedo evitar que se me salten las lágrimas.
Ante Christian se abre paso el recuerdo, que aparentemente ha olvidado.
- No me acuerdo de nada de esta etapa. Recuerdo la vivida con mi madre biológica, y posteriormente con los Grey, pero de esta tengo una enorme laguna. Aunque...
- ¿ Qué pasa, recuerdas algo?
- Ahora todo encaja. Cuando me envió la nota para tu secuestro, me decía: Sé mucho de ti, pajarito
- ¿ Qué significa eso?
- La señora de la casa de acogida, me contaba un cuento antes de dormir cuyo personaje era un pajarito, y ella me llamaba así. ¿ Cómo se llamaba ? A mi me gustaba mucho. .. Ya lo tengo, su título era ¿ Eres tu mi mamá? Dios santo, no me acuerdo de más
- Yo recuerdo, que un día , cuando entré a trabajar en la editorial, no sé cómo me hizo un comentario mientras me hablaba de ti. No le puse demasiada atención, pero ahora... me dijo " tenía que haber sido yo". ¿ Crees que todo ha venido por la adopción, por qué hubiera querido ser él, en lugar tuyo?
- Es muy posible
- Deberías hablar con tus padres. Ellos seguramente llenarían las lagunas que tienes.
Voy a llamarles- digo resuelta cogiendo el teléfono de la mesilla de noche
- No estarán, Ana, es sábado y ellos habrán salido a cualquier evento que tengan
-¡ Pero te ayudarían tanto!- ¿ Por qué no lo intentas?
- De acuerdo, nena. Dame el teléfono, por favor
Y efectivamente Grace y Carrick, no habían salido y aceptaron encantados acercarse hasta el Escala. Christian no quería que yo me desplazase
- Estupendo, cariño. Así podrás aclarar todo lo que desconoces. Ahora voy a vestirme- le digo mientras me tiro de la cama.
No ha pasado ni media hora, cuando los Grey llegan a nuestra casa
- Ana, niña, mi preciosa niña ¿ cómo estás?- me dice Grace cariñosamente mientras me abraza
-Bien Grace, estoy mejor
- Ven aquí, preciosa- me dice Carrick que al igual que Grace me abraza
Taylor hace acto de presencia y nos anuncia que están subiendo Mia, Ethan, Elliot y Kate. Yo me rio y muevo la cabeza en señal de aprobación. He entrado en una familia con bastante gente y además gregarios. A Christian no le agrada mucho recibir visitas, ahora que iba a charlar con ellos.
Una alegre Mia, aparece como un torbellino y viene corriendo hacia mi, abrazándome
-Ana, Ana, gracias por haberme salvado de esos desgraciados- y me abraza fuerte haciendo rechinar a mis costillas
- Mia, cuidado. La duele bastante el costado- la regaña suavemente Christian
- Lo siento, lo siento, Ana-me dice apesadumbrada
- No pasa nada. ¿ Cómo te encuentras?- la digo
- Furiosa, estoy furiosa y muy agradecida porque estemos ahora todos juntos
Christian la aparta un poco del grupo y la dice en voz baja
- Mia, tengo que hablar con papá y mamá referente a todo esto. Es muy importante para mi. Ayuda en lo que puedas a Ana para atender a todos. No contábamos con vosotros
- Yo les avisé. Es una bienvenida y somos todos de la familia. No te preocupes. Hablad todo lo que queráis, hermanito- y sin más, le da un beso y un abrazo. Christian sonríe ante la efusividad de su hermana, y la dice- No puedo contigo... - y sonriendo toma del brazo a su madre y a su padre, y se los lleva al estudio.
- Mia ¿ puedes ayudarme? y tu Kate, también, por favor. Vamos a ver qué organizamos para cenar.
Kate me fulmina con la mirada y me abronca de una manera que no estaba acostumbrada a ver en ella, siempre tan serena
- Steele, no creas que te vas a librar de mi enfado ¿ Cómo puedes ser tan irresponsable?
- Kate, por favor. No queda nadie en el mundo por reñirme. Estoy bien. U ahora soy Grey...
- Niña, qué preocupada me tenías- y se abraza a mi llorando.
La cena transcurre en plena armonía. Teníamos muchas cosas que celebrar. Todos ayudan a quitar la mesa , pero yo en un aparte llamo a Carrick y le pregunto
- ¿ Qué tal está?
- Bueno... creo que le hemos podido ayudar. Ahora es cuestión de tiempo en que él lo asimile. Nos dijo que la iniciativa había partido de ti
- Bueno yo sólo pensé que era lo correcto
- Niña, cuánto beneficio le estás haciendo. No sé cómo vamos a agradecerte todo . Y además ¡me vais hacer abuelo!. Me lo dijo Grace cuando leyó tu informe, pero nadie más lo sabe. Quédate tranquila. Grace dice que por lo menos hasta los tres meses no se debe decir.
Todos se han ido ya y nosotros nos retiramos a descansar. Ha sido otra semana más de mucho ajetreo en nuestras vidas.
Sentado en el borde de la cama Christian contempla el panorama, aunque estoy segura que no lo ve. Inmerso en sus pensamientos. Llamo su atención. Le hago que se acueste a mi lado.
- Christian, ven a la cama. El día ha sido intenso. Debes descansar
Interrumpe sus pensamientos y se tumba boca arriba a mi lado, con la mirada perdida en el techo de la habitación
- Cielo ¿ te han ayudado ?
- En cierto modo si. Han colocado las piezas que faltaban en el rompecabezas de mi vida- me dice- Tardaron tanto en llevarme a su casa, porque tenían que esperar a ver si aparecía algún pariente vivo
- ¿ Eso te alegra o te entristece?
- No. No siento nada hacia mi posible familia biológica. Creo que no queda nadie.
-¿ Entonces qué te preocupa?- pero no me dice nada. Yo sé que algo ronda por su cabeza
- Mis padres me han dicho que eres milagrosa
- ¿ Yo ?, menos mal que tú sabes que no es cierto
- Yo no se nada- me responde riendo
- Humm. Christian...
- No. No hagas mohines porque no hay nada que hacer
- Christian... te necesito
- Y yo a ti, más de lo que te imaginas, pero no, nena. El médico dijo una semana de reposo y lo cumpliremos
- Pero...
- NO. Túmbate, voy a contarte un cuento para que te duermas
Yo estoy tumbada de lado y él adopta la misma postura para quedar frente a mi. Me toma de la mano, me acaricia la mejilla y me da un beso en la frente. La mano que me ha cogido se la lleva hasta su pecho, hasta el lado del corazón. La aprieta fuerte y con voz algo quebrada,. comienza la narración de su cuento
- Imagínate un adolescente de quince años, con un carácter de mil demonios. Siempre enfadado y buscando pelea. Con las hormonas alborotadas con sus compañeras de instituto y metiéndose con todas las chicas que se cruzaba en la calle. Era igual que un perro salido. Le habían expulsado de dos colegios y había formado pandilla con unos chicos iguales a él, y de los que se erigió en jefe. No estudiaba, no trabajaba y bebía.
Su madre le reñía, pero no hacía carrera de él. Un día paseaba por los alrededores de la casa de una amiga de su madre. Elena Lincoln. El marido se había metido en reformas y tenía todo el jardín lleno de escombros. Se detuvo delante de la entrada y llamó por su nombre a la amiga de su madre: Elena, Elena
- ¿ Qué te cuentas Christian? hace mucho que no te veo, y has cambiado un montón. Dime ¿ Qué quieres?
- Pensaba que a lo mejor podía ayudar a los obreros a desescombrar el jardín Necesito algo de pasta
- Pues ahora que lo dices, si. Porque son tan lentos que se van a eternizar. Anda pasa
- Y comenzó a ayudar a los obreros. Hacía más calor que en el infierno. Los obreros habían parado a comer, y ella le sacó un bocadillo y una jarra de limonada. A la sombra de un árbol, se sentó y devoró el bocadillo y le agradeció la jarra fresca de limonada. La hora del trabajo había terminado para los obreros, pero él se demoró. Deseaba contemplarla ; era una mujer muy atractiva con unas atractivas formas, y él tenía la lívido muy alta. No pretendía nada, sólo mirarla. Al fin salió de la cocina. El estaba sudoroso. Se le acercó lentamente con una sonrisa. El la dijo algo provocativo y ella le respondió con un buen bofetón. Se quedó sin habla, pero a renglón seguido, ella se abalanzó sobre él besándole largamente. Cuando despegó su boca de la del muchacho, volvió a abofetearle, pero le dijo que volviera al día siguiente.
Cuando volvió al día siguiente, ya no había obreros y no le sacó la limonada, sino que hizo que pasara él hasta la cocina, se sentara y descansara unos instantes del sofocante calor que hacía en el exterior.
Lo siguiente te lo puedes imaginar. Le quitó la camiseta y se lo llevó hasta su dormitorio. No salieron de allí hasta la caída de la tarde.
Ella comenzó a enseñarle algunas prácticas en que la furia se canalizaba por otros caminos muy distintos a los que él practicaba. Le apaleaba, le sometía, pero siempre al final la recompensa le volvía loco. No podía prescindir de ella, hasta que un día se dio cuenta de que no podía seguir sin tomar las riendas de su vida y entonces fue ella la sometida. Ella hizo que acudiera al instituto y a la universidad. Pero él aprendió a controlarse y a tomar sus propias decisiones. Mantuvieron esas relaciones durante muchos años, en total secreto. Hasta que un día el marido se enteró, la dio una monumental paliza que la llevó al hospital y después se divorció. Pero ya nada era igual.
Además , el muchacho, ya un hombre, probó nuevas experiencias con otras jovencitas. Todas ellas supieron a lo que iban, eran sus sumisas y dejó la relación con Elena. Como compensación establecieron relaciones comerciales y era ella la persona que le proporcionaba a las jovencitas que debían tener unas características muy especiales.
Hasta que ... llegaste tú, y me enamoré. Ella tenía la esperanza de que volviera y me animó a que fuera a verte a Georgia porque sabía que estaba loco por ti. Pensó que tú me ibas a rechazar y que entonces volvería a sus brazos. Pero en mi cumpleaños, ambos supimos que el proceso era irreversible . Mi vida estaba contigo y no con ella nuevamente.
Yo no me atrevía ni a respirar. Me lo había contado sin yo presionarle, sin exigirle nada. Mi corazón estaba dolorido. había tenido que escuchar en silencio toda la vida de Christian, la relación con la arpía pedófila y el placer que él había sentido con otras mujeres. No admitía cómo yo no había tenido más hombre que él en mi vida , y sin embargo él... Pero debía admitirlo. Fue antes de conocerme, acaba de decírmelo.
Christian me mira fijamente buscando en mis ojos la reacción. Yo me controlo, no quiero ahuyentarle, por mucho dolor que sienta en mi interior. Al mismo tiempo doy gracias por haberle podido rescatar de ese mundo, y que ahora sea total y completamente mío. Sé que tengo que decirle algo. Me espera expectante
- ¿ Eso es todo ?
- Si, y se acabó
- ¿ Por qué me lo has contado? Nunca querías hablar de ello
- Quizá porque te fuiste de la cama nuestra, porque te marchaste cuando te azoté, y porque creí que te había perdido para siempre. Mis peores pesadillas se habían cumplido, te creí muerta tumbada sobre el cemento, que ya no volvería a verte. Porque comprendí que lo habías hecho por salvar a mi hermana, por amor a mi, porque no pensabas abandonarme hiciese lo que hiciese. Por la discusión que tuvimos con el embarazo... no lo sé. He creído que debías saber cómo ocurrió todo
- Y¿ por qué fuiste a verla?
- Cuando me fui de aquí después de nuestra discusión, anduve de un lado para otro, como perdido, sin darme cuenta de nada, sólo que ya no seríamos tu y yo, habría otra persona más. No me había parado a pensar que eso sería lo lógico; quería tener hijos, pero... cuando pasase el tiempo y no ahora. Sin saber cómo, me ví delante del instituto de belleza cuando ella se marchaba. Comprendió que ocurría algo y fuimos a un bar discreto que conozco y allí empezamos a beber y a hablar. En un momento dado ella me tocó el pecho y me propuso tener sexo.
Inmediatamente la dije que no, que esa relación se había acabado hacía mucho, y que por encima de todo estabas tú, que te amaba más que a mi vida. Ella fingiendo que había sido una broma, se retiró. Me dijo que era feliz con Isaac, su actual sumiso, se despidió y se fue.
Yo quería volver a casa, te echaba de menos, pero recordaba lo furiosa que estabas y..., seguí bebiendo. No sé cómo llegue a casa. El resto ya lo sabes. Por favor, Ana, no dejes que se interponga entre nosotros. No representa nada en nuestras vida. Quiero que lo comprendas de una vez. Ella ya no existe para mi.
- ¿ La dijiste que íbamos a tener un hijo?
- Nooo. Sólo la dije que tú querías tener un hijo
- ¿ Nada más ?
- Nada más, pero lo que la dije corresponde a lo que ella me contestó cuando la conté el motivo de la discusión " no te preocupes, Christian, serás un buen padre"
-¿ La besaste al despediros?
-No Ana. Ella traspasó un límite que para mi es infranqueable. No volveremos a vernos nunca más. Te hizo daño a ti y eso es suficiente
- El tomar el control de tu vida y tener otras sumisas, ¿fue decisión totalmente tuya?
- Si, nena, sólo mía
- ¿ El dejar la universidad, también?
- También. Y el aprender a pilotar y a navegar, también. Buscaba algo que me distrajera y fue una buena decisión. Pero la mejor decisión que he tomado nunca , ha sido casarme contigo, Ana
Le miro y le acaricio besándole en los labios un beso casto. La emoción me sube hasta la garganta. Definitivamente la señora Robinson ha salido de nuestras vidas Se me escapan algunas lágrimas
- Por favor nena, no llores
- Lo siento, lo siento mucho Christian
- ¿ Qué es lo que sientes?
- El haber estado enfadada contigo al día siguiente
- No lo sientas, cariño. Hacen falta dos para regañar, y yo dije cosas que no debía y aunque me arrepentí, no podía borrar lo que dije. Y ahora que ya te he contado el cuento, a dormir, preciosa. Quiero darte las gracias por haber atendido a mi familia como lo has hecho
- Christian no me des las gracias. También es mi familia, les quiero ver aquí cuantas veces ellos deseen venir Y gracias a la señora Jones por ser tan previsora. Buenas noches cariño. Espero que esta noche duermas bien
- Buenas noches cielo. Descansa, mi amor
Mientras el sueño se va acercando hasta mí, recuerdo lo que en el hospital al dormir en mi cama, hablo en sueños Christian: " No me toques, no me toques. Sólo Ana". Ahora todo encajaba, y una sonrisa afloró a mis labios. Mi mano reposaba sobre el pecho de Christian y su mano sobre la mía, sin barreras.
Las últimas horas de la tarde, se han ido apagando para dar entrada al anochecer, cuando me despierto. Corro mi brazo hacia el sitio de Christian en la cama, y compruebo que no está. Me incorporo, no sin esfuerzo, y le veo que está sentado mirándome, con la mirada torva y unos papeles en la mano.
- Christian ¿ qué ocurre?
- Acaba de irse Welch, y me ha traído esto
- Ven échate aquí conmigo - le digo mientras aparto la ropa
Ante mi extrañeza, compruebo que no lo duda ni un instante y corre a mi lado. Pasa su brazo por mi hombro y me aprieta fuerte contra si
- Dime ¿ qué te ha dicho que te ha trastornado tanto ?
- He vivido con ese canalla, con Hyde
- ¿ Cómo dices?
- Si. Fue en Detroit, en una casa de acogida mientras Grace y Carrick cumplían con el papeleo de mi adopción. Mira estas fotografías
Ante mí hay dos fotografías en tamaño grande en el que se aprecia en una, la casa de acogida. Normal, sin lujos, pero aparentemente confortable. En la otra se ve a la clásica familia americana : el matrimonio y varios niños de distintas edades. Enseguida reconozco a Jack con su gesto huraño. Debía tener alrededor de unos nueve años. Pero hay otro más pequeño con el cabello cobrizo que aparenta menos de cuatro , desnutrido, que está delante de Hyde
- Mira nena, este soy yo - y me señala al pequeño de cabello cobrizo
- ¡ Dios mío Christian. Aparentas menos de cuatro años... Señor...- no puedo evitar que se me salten las lágrimas.
Ante Christian se abre paso el recuerdo, que aparentemente ha olvidado.
- No me acuerdo de nada de esta etapa. Recuerdo la vivida con mi madre biológica, y posteriormente con los Grey, pero de esta tengo una enorme laguna. Aunque...
- ¿ Qué pasa, recuerdas algo?
- Ahora todo encaja. Cuando me envió la nota para tu secuestro, me decía: Sé mucho de ti, pajarito
- ¿ Qué significa eso?
- La señora de la casa de acogida, me contaba un cuento antes de dormir cuyo personaje era un pajarito, y ella me llamaba así. ¿ Cómo se llamaba ? A mi me gustaba mucho. .. Ya lo tengo, su título era ¿ Eres tu mi mamá? Dios santo, no me acuerdo de más
La casa de acogida |
- Yo recuerdo, que un día , cuando entré a trabajar en la editorial, no sé cómo me hizo un comentario mientras me hablaba de ti. No le puse demasiada atención, pero ahora... me dijo " tenía que haber sido yo". ¿ Crees que todo ha venido por la adopción, por qué hubiera querido ser él, en lugar tuyo?
- Es muy posible
- Deberías hablar con tus padres. Ellos seguramente llenarían las lagunas que tienes.
Voy a llamarles- digo resuelta cogiendo el teléfono de la mesilla de noche
- No estarán, Ana, es sábado y ellos habrán salido a cualquier evento que tengan
-¡ Pero te ayudarían tanto!- ¿ Por qué no lo intentas?
- De acuerdo, nena. Dame el teléfono, por favor
Y efectivamente Grace y Carrick, no habían salido y aceptaron encantados acercarse hasta el Escala. Christian no quería que yo me desplazase
- Estupendo, cariño. Así podrás aclarar todo lo que desconoces. Ahora voy a vestirme- le digo mientras me tiro de la cama.
No ha pasado ni media hora, cuando los Grey llegan a nuestra casa
- Ana, niña, mi preciosa niña ¿ cómo estás?- me dice Grace cariñosamente mientras me abraza
-Bien Grace, estoy mejor
- Ven aquí, preciosa- me dice Carrick que al igual que Grace me abraza
Taylor hace acto de presencia y nos anuncia que están subiendo Mia, Ethan, Elliot y Kate. Yo me rio y muevo la cabeza en señal de aprobación. He entrado en una familia con bastante gente y además gregarios. A Christian no le agrada mucho recibir visitas, ahora que iba a charlar con ellos.
Una alegre Mia, aparece como un torbellino y viene corriendo hacia mi, abrazándome
-Ana, Ana, gracias por haberme salvado de esos desgraciados- y me abraza fuerte haciendo rechinar a mis costillas
- Mia, cuidado. La duele bastante el costado- la regaña suavemente Christian
- Lo siento, lo siento, Ana-me dice apesadumbrada
- No pasa nada. ¿ Cómo te encuentras?- la digo
- Furiosa, estoy furiosa y muy agradecida porque estemos ahora todos juntos
Christian la aparta un poco del grupo y la dice en voz baja
- Mia, tengo que hablar con papá y mamá referente a todo esto. Es muy importante para mi. Ayuda en lo que puedas a Ana para atender a todos. No contábamos con vosotros
- Yo les avisé. Es una bienvenida y somos todos de la familia. No te preocupes. Hablad todo lo que queráis, hermanito- y sin más, le da un beso y un abrazo. Christian sonríe ante la efusividad de su hermana, y la dice- No puedo contigo... - y sonriendo toma del brazo a su madre y a su padre, y se los lleva al estudio.
- Mia ¿ puedes ayudarme? y tu Kate, también, por favor. Vamos a ver qué organizamos para cenar.
Kate me fulmina con la mirada y me abronca de una manera que no estaba acostumbrada a ver en ella, siempre tan serena
- Steele, no creas que te vas a librar de mi enfado ¿ Cómo puedes ser tan irresponsable?
- Kate, por favor. No queda nadie en el mundo por reñirme. Estoy bien. U ahora soy Grey...
- Niña, qué preocupada me tenías- y se abraza a mi llorando.
La cena transcurre en plena armonía. Teníamos muchas cosas que celebrar. Todos ayudan a quitar la mesa , pero yo en un aparte llamo a Carrick y le pregunto
- ¿ Qué tal está?
- Bueno... creo que le hemos podido ayudar. Ahora es cuestión de tiempo en que él lo asimile. Nos dijo que la iniciativa había partido de ti
- Bueno yo sólo pensé que era lo correcto
- Niña, cuánto beneficio le estás haciendo. No sé cómo vamos a agradecerte todo . Y además ¡me vais hacer abuelo!. Me lo dijo Grace cuando leyó tu informe, pero nadie más lo sabe. Quédate tranquila. Grace dice que por lo menos hasta los tres meses no se debe decir.
Todos se han ido ya y nosotros nos retiramos a descansar. Ha sido otra semana más de mucho ajetreo en nuestras vidas.
Sentado en el borde de la cama Christian contempla el panorama, aunque estoy segura que no lo ve. Inmerso en sus pensamientos. Llamo su atención. Le hago que se acueste a mi lado.
- Christian, ven a la cama. El día ha sido intenso. Debes descansar
Interrumpe sus pensamientos y se tumba boca arriba a mi lado, con la mirada perdida en el techo de la habitación
- Cielo ¿ te han ayudado ?
- En cierto modo si. Han colocado las piezas que faltaban en el rompecabezas de mi vida- me dice- Tardaron tanto en llevarme a su casa, porque tenían que esperar a ver si aparecía algún pariente vivo
- ¿ Eso te alegra o te entristece?
- No. No siento nada hacia mi posible familia biológica. Creo que no queda nadie.
-¿ Entonces qué te preocupa?- pero no me dice nada. Yo sé que algo ronda por su cabeza
- Mis padres me han dicho que eres milagrosa
- ¿ Yo ?, menos mal que tú sabes que no es cierto
- Yo no se nada- me responde riendo
- Humm. Christian...
- No. No hagas mohines porque no hay nada que hacer
- Christian... te necesito
- Y yo a ti, más de lo que te imaginas, pero no, nena. El médico dijo una semana de reposo y lo cumpliremos
- Pero...
- NO. Túmbate, voy a contarte un cuento para que te duermas
Yo estoy tumbada de lado y él adopta la misma postura para quedar frente a mi. Me toma de la mano, me acaricia la mejilla y me da un beso en la frente. La mano que me ha cogido se la lleva hasta su pecho, hasta el lado del corazón. La aprieta fuerte y con voz algo quebrada,. comienza la narración de su cuento
- Imagínate un adolescente de quince años, con un carácter de mil demonios. Siempre enfadado y buscando pelea. Con las hormonas alborotadas con sus compañeras de instituto y metiéndose con todas las chicas que se cruzaba en la calle. Era igual que un perro salido. Le habían expulsado de dos colegios y había formado pandilla con unos chicos iguales a él, y de los que se erigió en jefe. No estudiaba, no trabajaba y bebía.
Su madre le reñía, pero no hacía carrera de él. Un día paseaba por los alrededores de la casa de una amiga de su madre. Elena Lincoln. El marido se había metido en reformas y tenía todo el jardín lleno de escombros. Se detuvo delante de la entrada y llamó por su nombre a la amiga de su madre: Elena, Elena
- ¿ Qué te cuentas Christian? hace mucho que no te veo, y has cambiado un montón. Dime ¿ Qué quieres?
- Pensaba que a lo mejor podía ayudar a los obreros a desescombrar el jardín Necesito algo de pasta
- Pues ahora que lo dices, si. Porque son tan lentos que se van a eternizar. Anda pasa
Elena Lincoln |
- Y comenzó a ayudar a los obreros. Hacía más calor que en el infierno. Los obreros habían parado a comer, y ella le sacó un bocadillo y una jarra de limonada. A la sombra de un árbol, se sentó y devoró el bocadillo y le agradeció la jarra fresca de limonada. La hora del trabajo había terminado para los obreros, pero él se demoró. Deseaba contemplarla ; era una mujer muy atractiva con unas atractivas formas, y él tenía la lívido muy alta. No pretendía nada, sólo mirarla. Al fin salió de la cocina. El estaba sudoroso. Se le acercó lentamente con una sonrisa. El la dijo algo provocativo y ella le respondió con un buen bofetón. Se quedó sin habla, pero a renglón seguido, ella se abalanzó sobre él besándole largamente. Cuando despegó su boca de la del muchacho, volvió a abofetearle, pero le dijo que volviera al día siguiente.
Cuando volvió al día siguiente, ya no había obreros y no le sacó la limonada, sino que hizo que pasara él hasta la cocina, se sentara y descansara unos instantes del sofocante calor que hacía en el exterior.
Lo siguiente te lo puedes imaginar. Le quitó la camiseta y se lo llevó hasta su dormitorio. No salieron de allí hasta la caída de la tarde.
Ella comenzó a enseñarle algunas prácticas en que la furia se canalizaba por otros caminos muy distintos a los que él practicaba. Le apaleaba, le sometía, pero siempre al final la recompensa le volvía loco. No podía prescindir de ella, hasta que un día se dio cuenta de que no podía seguir sin tomar las riendas de su vida y entonces fue ella la sometida. Ella hizo que acudiera al instituto y a la universidad. Pero él aprendió a controlarse y a tomar sus propias decisiones. Mantuvieron esas relaciones durante muchos años, en total secreto. Hasta que un día el marido se enteró, la dio una monumental paliza que la llevó al hospital y después se divorció. Pero ya nada era igual.
Hasta que ... llegaste tú, y me enamoré. Ella tenía la esperanza de que volviera y me animó a que fuera a verte a Georgia porque sabía que estaba loco por ti. Pensó que tú me ibas a rechazar y que entonces volvería a sus brazos. Pero en mi cumpleaños, ambos supimos que el proceso era irreversible . Mi vida estaba contigo y no con ella nuevamente.
Yo no me atrevía ni a respirar. Me lo había contado sin yo presionarle, sin exigirle nada. Mi corazón estaba dolorido. había tenido que escuchar en silencio toda la vida de Christian, la relación con la arpía pedófila y el placer que él había sentido con otras mujeres. No admitía cómo yo no había tenido más hombre que él en mi vida , y sin embargo él... Pero debía admitirlo. Fue antes de conocerme, acaba de decírmelo.
Christian me mira fijamente buscando en mis ojos la reacción. Yo me controlo, no quiero ahuyentarle, por mucho dolor que sienta en mi interior. Al mismo tiempo doy gracias por haberle podido rescatar de ese mundo, y que ahora sea total y completamente mío. Sé que tengo que decirle algo. Me espera expectante
- ¿ Eso es todo ?
- Si, y se acabó
- ¿ Por qué me lo has contado? Nunca querías hablar de ello
- Quizá porque te fuiste de la cama nuestra, porque te marchaste cuando te azoté, y porque creí que te había perdido para siempre. Mis peores pesadillas se habían cumplido, te creí muerta tumbada sobre el cemento, que ya no volvería a verte. Porque comprendí que lo habías hecho por salvar a mi hermana, por amor a mi, porque no pensabas abandonarme hiciese lo que hiciese. Por la discusión que tuvimos con el embarazo... no lo sé. He creído que debías saber cómo ocurrió todo
- Y¿ por qué fuiste a verla?
- Cuando me fui de aquí después de nuestra discusión, anduve de un lado para otro, como perdido, sin darme cuenta de nada, sólo que ya no seríamos tu y yo, habría otra persona más. No me había parado a pensar que eso sería lo lógico; quería tener hijos, pero... cuando pasase el tiempo y no ahora. Sin saber cómo, me ví delante del instituto de belleza cuando ella se marchaba. Comprendió que ocurría algo y fuimos a un bar discreto que conozco y allí empezamos a beber y a hablar. En un momento dado ella me tocó el pecho y me propuso tener sexo.
Inmediatamente la dije que no, que esa relación se había acabado hacía mucho, y que por encima de todo estabas tú, que te amaba más que a mi vida. Ella fingiendo que había sido una broma, se retiró. Me dijo que era feliz con Isaac, su actual sumiso, se despidió y se fue.
Yo quería volver a casa, te echaba de menos, pero recordaba lo furiosa que estabas y..., seguí bebiendo. No sé cómo llegue a casa. El resto ya lo sabes. Por favor, Ana, no dejes que se interponga entre nosotros. No representa nada en nuestras vida. Quiero que lo comprendas de una vez. Ella ya no existe para mi.
- ¿ La dijiste que íbamos a tener un hijo?
- Nooo. Sólo la dije que tú querías tener un hijo
- ¿ Nada más ?
- Nada más, pero lo que la dije corresponde a lo que ella me contestó cuando la conté el motivo de la discusión " no te preocupes, Christian, serás un buen padre"
-¿ La besaste al despediros?
-No Ana. Ella traspasó un límite que para mi es infranqueable. No volveremos a vernos nunca más. Te hizo daño a ti y eso es suficiente
- El tomar el control de tu vida y tener otras sumisas, ¿fue decisión totalmente tuya?
- Si, nena, sólo mía
- ¿ El dejar la universidad, también?
- También. Y el aprender a pilotar y a navegar, también. Buscaba algo que me distrajera y fue una buena decisión. Pero la mejor decisión que he tomado nunca , ha sido casarme contigo, Ana
Le miro y le acaricio besándole en los labios un beso casto. La emoción me sube hasta la garganta. Definitivamente la señora Robinson ha salido de nuestras vidas Se me escapan algunas lágrimas
- Por favor nena, no llores
- Lo siento, lo siento mucho Christian
- ¿ Qué es lo que sientes?
- El haber estado enfadada contigo al día siguiente
- No lo sientas, cariño. Hacen falta dos para regañar, y yo dije cosas que no debía y aunque me arrepentí, no podía borrar lo que dije. Y ahora que ya te he contado el cuento, a dormir, preciosa. Quiero darte las gracias por haber atendido a mi familia como lo has hecho
- Christian no me des las gracias. También es mi familia, les quiero ver aquí cuantas veces ellos deseen venir Y gracias a la señora Jones por ser tan previsora. Buenas noches cariño. Espero que esta noche duermas bien
- Buenas noches cielo. Descansa, mi amor
Mientras el sueño se va acercando hasta mí, recuerdo lo que en el hospital al dormir en mi cama, hablo en sueños Christian: " No me toques, no me toques. Sólo Ana". Ahora todo encajaba, y una sonrisa afloró a mis labios. Mi mano reposaba sobre el pecho de Christian y su mano sobre la mía, sin barreras.
LAS CANCIONES DE CHRISTIAN PARA ANASTASIA:
The first time ever I saw yout face
Sex of fire
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