( Texto basado en la obra original Cincuenta sombras de Grey)
Sobre nuestra manta de picnic, descanso al atardecer de una cálida tarde de verano. Unos suaves rayos del sol llegan hasta mi vientre relajándome. Me siento plena, satisfecha, contenta, y aprecio en lo que vale todo lo que me rodea. Junto con Christian he aprendido a valorar lo que tenemos..., el día a día. A disfrutar de nuestra felicidad, de nuestro amor. Y este pensamiento me lleva hasta la última noche que pasamos en Escala.
Mi cuerpo se iba redondeando por el embarazo y sin duda había cambiado.. Echaba de menos nuestros juegos pervertidos. No habíamos estado en el cuarto rojo, desde la última vez que dije la palabra de seguridad. Yo quería ir, pero Christian ni siguiera lo mencionaba.
Me trataba como si fuera de cristal. Acariciaba frecuentemente mi vientre y sé que le preocupaba mi estado. Era la primera vez que sentía la maternidad tan cerca. Ni siquiera pudo disfrutar de la de su hermana, puesto que cuando ella llegó a casa, ya tenía seis meses.
Cada vez que le insinuaba algo, siempre me daba evasivas. A la casa nueva no iría el cuarto de juegos, por tanto era la última oportunidad de disfrutar de él. Siempre nos quedaba el recurso de echar una escapada, puesto que Escala seguiría siendo nuestro, pero con el niño tan pequeño, sería más difícil, aunque tuviéramos la oportunidad de dejárselo a Grace. Perderíamos nuestra independencia con la llegada de Junior, pero eso no nos importaba, porque nos veríamos sobradamente recompensados. El sin saberlo, había vuelto a recomponer el criterio de Christian. Veía las cosas desde otra perspectiva, y por fin había comprendido que "eso", no lo quería para Junior.
Consigo que Christian acepte mi proposición y con sumo cuidado me acomoda en la sala de juegos. Le pido que utilice el látigo de cuero y a regañadientes él lo coge y a pequeños latigazos lo hace restañar sobre mi trasero que enrojecido recibe las caricias suaves de las mano de Christian para aminorar el paso del látigo.
Como una caricia, lo pasa sobre mi vientre, despacio, suave para luego ascender hasta mi pecho. Es un suave preludio de las caricias que después vendrían
- No voy hacerte daño, nena, Eso es infranqueable para mi. Pero vas a sentir un placer tan intenso que espero soportes hasta el final.
Y fue intenso, intenso al máximo. Y lo resistí y, juntos subimos al séptimo cielo y al bajar de nuevo a la tierra no faltaron las caricias, los besos, la ternura y el amor de Christian. Me llevó en brazos hasta la cama con sábanas de satén y allí de nuevo toqué el cielo con las manos, siempre, siempre junto a Christian. Durante toda la noche experimentamos el mayor placer que nunca sentimos en nuestra vida en común.
Siento una especie de añoranza, a pesar de que nuestra vida sexual sigue igual, pero de vez en cuando echamos en falta nuestro sexo pervertido.
Christian permanece tumbado a mi lado, en silencio, sólo acaricia mi vientre con satisfacción. Su rostro está relajado, sin síntomas de crispación desde hace mucho tiempo, pero sigue ejerciendo el control sobre mi y sobre Junior, que anda jugueteando por el verde prado a nuestro alrededor.
Me mira y como siempre, acaricia mis nudillos
- ¿ Cómo está mi hija?
- Está muy bien. Algo revoltosa. Hoy baila mucho
- Eso es que la gusta el sexo de esta mañana
- Christian...
- ¿ Qué, por qué siempre te ruborizas cuando te hablo de ello? Hemos vivido "muchos", y además tenemos un hijo y otro en camino. Soy tu marido, cielo
- No lo sé. No puedo evitarlo
- Pero no eres nada tímida puesta en situación
- Señor Grey es usted un descarado.
Se inclina hacia mi vientre y sonriendo le dice a la niña como si le escuchara
- Tú hasta los treinta, por lo menos, ni hablar
-Eres un hipócrita. Tú me hiciste tuya a los veintiuno
- Ya lo sé, pero eran otros tiempos y otras circunstancias
- Serás cínico
- También lo se, pero te quiero
Se apoya sobre un codo y me besa, posando una mano sobre mi frente . Nuestras miradas se encuentran y ambos expresamos lo que sentimos sin necesidad de palabras.
Vuelve a tumbarse, y después del beso decido abordar un tema algo complicado
- Ella, es un nombre muy bonito para chica- le digo como sin darle importancia
- Anastasia, he dicho que no. Mi hija no llevará el nombre de la puta adicta al crack. No quiero que ni siquiera roce a mis hijos, mi pasado. No, es algo infranqueable. Bastante hice con visitar su tumba, pero ya, nena, no insistas
- Christian tú la querías...
- Quizá tuviera en esos momentos ese sentimiento, pero fue una mala madre. Nunca debió consentir ciertas cosas. La diferencia es que yo amo a mis hijos más que a mi vida.
- Bien, no insistiré más, no te enfades.
- No me enfado, nena. ¿ Cómo podría enfadarme contigo?. Tengo en mente un nombre para ella: Phoebe
- Me gusta, Christian. La llamaremos Phoebe, Phoebe Grey... me gusta
- Otra cosa que quiero hablar contigo: será por cesárea programada. No me creo con fuerzas de que se repita con ella lo de Teddy. Creí que os perdía , a los dos. No quiero pasar por ello otra vez. Hablaré con la doctora Greene.
- Ya queda poco, ¿ eh papa?
- Si cielo y estoy deseando. Me gustó tener a Teddy entre los brazos. Nunca había sentido nada igual cuando la doctora me lo entregó nada más nacer. Sólo en una ocasión, sentí algo parecido
- ¿ Has tenido algún hijo antes?
- Ja, ja, ja, ... ¡ NO ! el niño fue el primero. Pero lo otro también está relacionado contigo, y es cuando fuiste mía la primera vez
- Christian, no me lo recuerdes. Tenías que ver la cara que pusiste cuando te dije que era virgen. Ja, ja, ja,... Hemos recorrido un gran viaje ¿ eh marido? Eres un padre maravilloso. Tenías que verte jugando con Ted. El pecho se me hincha de orgullo sobretodo cuando os veo en los columpios.
- Cuando hicimos las obras, le dije a Elliot muy encarecidamente, que había que instalar entre los juegos para niños, dos columpios. Ellos fueron muy importantes para mi, en mi nueva vida junto a mis padres. No quería privar a mis hijos de ese infantil placer. Y ahora se acabó la charla, hay que merendar.
Una vez tomado alimento, regreso al prado, mi lugar favorito. Corre un airecito suave y delicioso, que amortigua el calor. Un gran árbol da sombra fresca a mi entorno. Llevo un libro en las manos. Leeré un rato mientras Christian entretiene al niño que repleto de salud, no se está quieto ni un momento. He merendado bastante. Tengo apetito constantemente y a pesar del control médico, siempre como algo más de lo debido, lo que junto con el calor veraniego, me produce sopor, y no tardo en dejar la lectura a un lado y dormir una reparadora siesta.
Un grito infantil, me despierta sobresaltada. Me incorporo y compruebo que se trata de Teddy que está jugando con su padre. El niño está feliz cada vez que Christian le lanza a lo alto y lo vuelve a recoger en sus brazos. El niño repite en su media lengua "má,má", y Chistian rie feliz y vuelve a lanzarlo. Yo no quiero mirar porque tengo la impresión de que puede caerse, pero los fuertes brazos de su padre, siempre estarán ahí para protegerle.
- Ted, para un poquito, hijo... le dice mientras coge aliento. Vamos a ver donde está mamá ¿ La buscamos?- el niño asiente con la cabeza
Permanezco oculta entre la hierba, mientras observo que sus pasos se van acercando
- Mami, mami - oigo la voz de Christian y animando al niño para que me busque
Unos pasitos suaves y otros más fuertes, se acercan hasta mi. Han descubierto mi escondite. El niño se tumba rápido sobre mi buscando mis caricias y el padre nos observa satisfechos.
- Teddy, Teddy - Una dulce voz de niña llama a mi hijo que al reconocerla sale como una exhalación en su busca
- ¡ Ufff!, le quiero muchísimo, pero dormido es como mejor está. Es capaz de rendir a Hércules
Yo me rio y beso la mano de Christian
- Eres un padre maravilloso. No me equivoqué cuando con tanto miedo lo dudabas. Nunca nadie podría tener tanta paciencia como tú con la familia que has creado
- ¿ Contigo también tengo paciencia?
- Algunas veces, otras no tanto. Sigues controlándolo todo, y sabes ¿ qué ?... me gusta. Me siento segura a tu lado, sé que nos protegerás, y sobretodo, sobretodo... nos quieres.
- Mi vida ¿ que si os quiero? Nunca quise a nadie como te quiero a ti y a ese diablillo y creo que me va a volver loco Phoebe, porque ella se parecerá a ti, será más de ti.
De nuevo un chillido del niño hace que Christian se incorpore y vaya corriendo hacia él. Yo más lenta, tardo en levantarme y me reúno con ellos
Teddy llora desconsolado al lado de Sophie.
-Se le ha caído el helado que me ha dado Gail, y yo ya me había comido el mio- repite la niña asustada por los chillidos de Teddy. Veo que Christian está pálido
- ¡ Dios mío creí que se había caído, que le había ocurrido algo malo!- me dice Christian cuando llego a su lado
- Teddy, mi amor, no te preocupes- le repito - chupa tus deditos verás que saben a polo
Christian mientras tanto limpia sus lágrimas. El niño mete los deditos en la boca del padre y él sonriendo paladea el sabor del helado. Se suelta de sus brazos y agarra de la mano de Sophie que le aguarda para ir a jugar.
- Es una niña encantadora- me dice Christian-
- Si, si lo es. Hiciste bien con habilitar esa vivienda para ellos. También han empezado su vida en común por primera vez con nosotros.
- Taylor es un buen hombre, leal y servicial, y Gail una buena mujer. Han hecho bien en unir sus vidas, y además la niña puede pasar más tiempo con su padre. ¿ Te dije que le pago los estudios? Y lo mismo haré si desea cursar una carrera, irá a la mejor universidad del país
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Sophie Taylor |
- Christian, eres un buen hombre. En una ocasión Taylor me lo dijo. Acabábamos de conocernos y habíamos tenido una pelea. Y tenía razón, eres bueno y generoso
- Nena, él ha sido muy fiel conmigo y me gusta compensar a la gente que me rodea. Deseo que vivan lo mejor posible
Miramos en dirección a la vivienda del matrimonio Taylor. Gail nos hace un saludo desde una ventana y Taylor anda arreglando la bicicleta de su hija. Todo un normal panorama de hogar feliz.
Debido a mi próximo alumbramiento, he dejado de acudir a la editorial, pero desde casa y con ayuda de Roach y Hannah hacemos que vaya funcionando. Tenemos un bestseller en marcha con muy buenos resultados de ventas y hemos empezado a ganar dinero. Poco a poco se va situando entre las mejores de Seattle. Nos rodeamos de buenos autores y eso ha acrecentado nuestro nombre.
-Cuando te dije que serías capaz de dirigir la editorial, no me equivoqué. Estáis obteniendo unos resultados magníficos a pesar de la crisis. Tengo ojo, nena, no se te olvide. Lo mío son los negocios y sabía que eres tan inteligente que saldrías adelante con la empresa. Estoy muy orgulloso de ti.
La noche ha ido llegando y con ella la paz y el silencio que Teddy nos deja cuando se marcha a la cama. Es un niño precioso y muy sano. Nosotros también hemos cenado. Christian le lleva en brazos hasta su dormitorio y le desnuda y pone el pijama con tremendo cariño. Con cada movimiento le besa en sus cobrizos ricitos. Le acuesta y le da su peluche preferido. Luego se acomoda a su lado y comienza a leerle Lorax, hasta que a los pocos minutos, sus hermosos ojitos grises se entornan.
Yo me acerco hasta su habitación, y Christian me hace la señal de silencio con su dedo índice, apaga la luz de su mesilla, y sale de puntillas. Le echa una última mirada sonriendo, lleno de ternura
- ¡ Ufff ! qué vitalidad tiene... así es como mejor está. Le quiero ¡tanto!, Ana... Parece mentira que ya lleve dos años con nosotros... Estoy deseando entregarle mi regalo
- ¿ Va a ser su regalo o el tuyo ? le digo riendo
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Teddy |
El me pasa su brazo por los hombros y vamos hacia el salón buscando algo de paz
- ¿ Vemos la televisión?
-¿ Te apetece ver la tele?- me dice Christian
- No... pero podríamos meternos mano... - le digo riendo recordando otro día
- Señora Grey, es usted insaciable
Me toma la cara y me da un beso en los labios mientras me abraza contra él.
Mañana celebraremos su cumpleaños. Vendrán los Grey, Ray y mi madre, y también Kate y Elliot que han sido padres hace pocos meses. Christian ha organizado un cumpleaños para su hijo, como sólo él sabe hacerlo, con el mismo ímpetu y secretismo con el que organizó nuestra luna de miel
- ¿ En que piensas?- me dice sentados en el sofá en el salón
- Recuerdo cuando nació. Las dificultades que tuvo para salir, y el miedo que yo pasé. Te necesitaba a mi lado, y allí te quedaste conmigo, y eso que no fue nada fácil. Sé que estuviste a punto de perder el control, pero no lo hiciste. Me apretabas la mano infundiéndome el valor que a mi me faltaba
-Creí morirme, nena. Nuestro pequeño no salía y corría riesgo su vida. Tú agotada y temblorosa presintiendo que algo iba mal. No volveremos a pasar otra vez por ello. Será programado, ya he hablado con la doctora Greene y está todo controlado
- Cómo no, señor controlador.
Me acurruco a su lado y hundo mi cara en su cuello, mientras él me acaricia con su nariz
- ¿ No vemos la tele ?- le pregunto y ambos soltamos una carcajada
Subimos despacio por la escaleras hasta nuestro dormitorio. Sentados en la cama, yo miro a través del ventanal las luces del club naútico que se divisa desde nuestra casa.
- ¡ Qué vistas tan maravillosas!
- Siempre- me dice Christian
Yo me extraño de su respuesta y aparto la mirada del paisaje y la giro la cabeza. Me está mirando con sus ojos tan bellos llenos de ternura. Sonríe. Me tiene abrazada por los hombros. Baja su mano hasta mi vientre sin dejar de mirarme , y me dice
- Siempre, Ana, la más bella vista. Te quiero
- Y yo a ti también Christian. Siempre. Toda mi vida
FIN DEL RELATO BASADO EN CINCUENTA SOMBRAS DE GREY
Los próximos relatos serán fruto de la imaginación de la autora 1996celta y, no de la obra original Cincuenta sombras de Grey, aunque sí figurarán en algunos pasajes los nombres de los personajes de la historia.
El primer capítulo tiene por título : ELLA
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Simplemente ELLA ( nunca se supo su apellido) |
Se publicarán en el blog MIS HISTORIAS, que contiene traducción en cualquier idioma.
Firmado: 1996celta (rosafermu )
Adelanto del capítulo en MIS HISTORIAS