El Cine

El Cine
Mostrando entradas con la etiqueta Un hogar. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Un hogar. Mostrar todas las entradas

domingo, 15 de septiembre de 2013

CHRISTIAN Y ANASTASIA 18 ( 1996celta ) /UN HOGAR, UN PRADO, EL AMOR

( Texto basado en la obra original Cincuenta sombras de Grey )


Me despierto cuando la claridad del día entra a raudales por el ventanal de la habitación.  Hemos dormido los dos tranquilos,  y serenos  Parece ser que hemos ahuyentado cincuenta mil demonios de ambos. Espero que haya sido definitivamente. Extiendo mi brazo buscando a Christian,  pero él no está. Miro el reloj y es hora de levantarse. Acudiré al trabajo. El dolor de cabeza también ha huido de mi, y el costado me duele bastante menos.  Me siento descansada y,  la confesión de ayer de Christian me ha relajado muchísimo. Sólo hay algo a lo que no sé cómo abordar: nuestras relaciones sexuales.  Christian está empeñado en mantener la vigilia impuesta por el médico, pero yo necesito a mi marido.  Tendré que hacer algo al respecto.


Me ducho y busco una ropa  que sea algo provocativa. Elijo una falda, quizá demasiado corta, pero es la que voy a ponerme. Mis zapatos preferidos de altísimos tacones, y con un ligero maquillaje, estoy lista para conquistar a Christian.

Voy hacia la cocina y allí está él desayunando. Observo que no se ha cambiado de ropa, sigue con la de dormir, y eso me extraña

- Buenos días rey
- ¿ Rey, soy tu rey?
- Eres el rey de ms sueños y el emperador de mi vida

Le largo un beso de esos de los que dicen de película, pero él, después de corresponderme, me retira suavemente y me dice sonriendo

- Ana, sé lo que estás haciendo y...,     no
- Christian...
- Te veo muy compuesta ¿ vas a ir a trabajar?
- ¡ Claro !, es lunes y estoy cansada de estar en la cama. La cabeza no me duele y las costillas a penas. Así que sí, iré a trabajar
- Yo no pensaba ir. Quería dedicárselo a mi mujercita. Calidad de vida, creo que lo llaman. Señora Grey, se ha puesto una falda muy corta. ¿ Acaso quiere flirtear conmigo?
- Pues eso es lo que pretendo, pero estás siendo muy duro.
- Desayuna . No debes ir a trabajar. Recuerda lo que dijo el médico. Diez días sin trabajo y sin estrés. Desayuna.  Mientras voy a ducharme



Yo así lo hago. La señora Jones me ha puesto mi desayuno preferido, pero la he indicado que necesito un poco más . Tengo mucha hambre. " Junior, vas hacer que engorde ".  Gail sonríe y agrega un poco más de avena y yogur.

Cuando he terminado, aparece Christian. ¡ Dios mio, este hombre me va a matar!  Está guapísimo, con el cabello húmedo todavía, con vaqueros y una camiseta, y oliendo a su perfume tan característico.

- ¿ Has desayunado?
- Si, y además he repetido
- Buena chica. Como recompensa te voy a llevar a un sitio
- ¿ A dónde ?
- Vamos a ver nuestro futuro hogar
- ¿ De veras?
- Si, así que vámonos. Pero creo que deberías cambiarte de zapatos ¿ no crees?
- Tienes razón en un minuto vuelvo
- Ana, no te cambies de falda- me dice riendo picaronamente.



Los dos estamos relajados y felices. Christian está cariñoso conmigo, atento, detallista y me mima como nadie.  Es como si no  hubiera ocurrido nada, pero ¡ ya lo creo que ha ocurrido! se ha liberado de casi todas las sombras.

Me abre como siempre la puerta del coche y enfilamos la carretera que nos conducirá a nuestra casa, a nuestro futuro hogar que crearemos entre los dos. 

Las obras han empezado hace poco tiempo, no obstante nos hace ilusión ver  cómo va todo.



Llegamos frente a la fachada y Christian introduce un código y sus puertas se abren. Vemos que hay camiones de la compañía inmobiliaria de Elliot frente a la entrada principal.  Christian me coge por la cintura y me besa en la mejilla. Sonrie, está satisfecho y se le ve feliz, orgulloso.

Una voz conocida nos llama, se trata de Elliot, pero no le vemos. Empieza a hacer movimientos con los brazos y entonces nos damos cuenta que está en el tejado de la casa. A gritos nos dice que no nos movamos, que baja para vernos. A los dos minutos está junto a nosotros

- ¿ Qué tal pequeña, cómo te encuentras?
- Muy bien Elliot. Ya va pasando todo
- Hola hermano -, le dice a Christian mientras le da unas palmadas en la espalda- Creí que nunca vendríais a ver cómo va todo. Os acompañaré en el recorrido. Antes poneros estos cascos. Lo manda la ley.

Nos conduce al interior de la casa y todo son plásticos, obreros que van de acá para allá...,   pero sin duda Gia ha diseñado una casa muy bonita.

- Os dejo solos para que lo disfrutéis. Cuidado,  es una obra

La escalera es la original y me alegro. Está protegida para no deteriorarla.  Pasamos a la cocina y es como un solar. Yo me quedo mirando y Christian sonriendo me dice



- ¿ En qué piensas?
- No sé donde voy a poner mis maravillosos cuadros de pimientos. ¡ No hay paredes !
- Yo pondré en esta casa los de José, y en mi estudio ese en el que te estás riendo. Es mi preferido.  Se te ve ¡ tan... niña, tan inocente !
- Pues a mi no creas que me convence verme colgada en una pared por toda la casa...

Christian suelta una carcajada y yo me quedo mirándole. ¿ Es la primera vez que le veo reírse a pleno pulmón? No lo se. A menos yo no lo recuerdo.

 Por la magnífica escalera subimos a las habitaciones , a nuestro dormitorio. Es grandioso, con ese ventanal y sus vistas impresionantes.

- ¿ Te imaginas, Christian, estas vistas en Navidad ?
- Es nuestra casa, mi vida - y me acerca más a él, besándome en la cabeza

  


Terminamos de hacer nuestro recorrido y salimos a lo que en  su día será un jardín.  Yo busco el prado y Christian adivinando mi pensamiento, me toma de la mano y caminando vamos en su dirección.  Cuando llegamos allí, me dice poniendo su mano en mi rostro y mirándome a los ojos

- Creo que este será un buen lugar para criar una familia
- Christian, será magnífico. Un hogar en donde reine el amor por encima de todo. Cuando entremos a vivir aquí, ya casi seremos tres. Los tres creceremos juntos y juntos dejaremos atrás todo lo que nos ha  perturbado. Aquí sólo reinará el amor y la armonía.
¿ Piensas en más de un niño?-le pregunto
- Quizá dos o tres, pero de uno en uno, Ana, por favor


Ante nuestra vista se extiende el precioso prado y unos cálidos rayos de sol otoñal nos acarician la cara. Todavía hace calor. Nos quitamos las chaquetas y Christian forma con ellas una almohada para que recline la cabeza.  Extiende la manta de cuadros que compramos en Londres, y me ayuda a tumbarme en ella.  Estamos entre la hierba crecida, lejos de la casa y de los obreros y en sus ojos esa luz especial brillante de amor y deseo.  Pone su mano sobre mi vientre y se queda mirando con ternura. Creo que interiormente está hablando con Junior
 
- Me alegro que no te cambiaras de falda- me dice acariciando mi pierna por encima de la media
 
Se inclina hacia mi y me besa. Yo le cojo la cabeza y enredo mis dedos entre sus cabellos. Me desabrocha la blusa y entonces desaparece la vigilia. Me gira para que yo quede encima de él, para no lastimarme las costillas, me abraza con frenesí, al tiempo que pronuncia mi nombre como una plegaria
 
- Ana... ¡ Oh Ana !
 


Una vez nos hemos calmado, permanecemos acostados uno junto al otro, con nuestras manos enlazadas. Christian gira su cabeza para mirarme.  Yo tengo los ojos cerrados, saboreando el momento de paz y amor que acabamos de vivir
 
- ¿ Qué te pasa, nena, te duele algo?
- No Christian, estoy saboreando este momento, guardándolo dentro de mi.
- Tendremos muchos,  mi reina. Vendrán muchos- me besa en los nudillos
-¿ Te apetece que comamos aquí?
- En ningún sitio mejor. En nuestro prado , en nuestro hogar
- Te advierto que la señora Jones, prepara unos picnics extraordinarios. ¿ Tienes hambre?
- Muchísima.  Entre tú y Junior me vais a poner tremendamente gorda
 
Christian vuelve a reír revolcándose por la hierba y yo le acompaño en su carcajada, no pudiendo evitar que una oleada de emoción nuble mis ojos.
 



 
- ¿Aún no le has dicho a tu madre y a Rey que tendremos un niño?- me dice
-  Pensaba decírselo a Ray ayer, pero como estaba el padre de José, no lo hice. ¿ Ya es tiempo de decirlo?
- Mi amor, yo no lo sé... soy primerizo. Seguimos haciendo primeras cosas juntos. Mi madre dice que por lo menos hay que esperar doce semanas, para hacerlo oficial, pero me da no sé qué que mis padres lo sepan y los tuyos no.
- Creo que tienes razón. A Ray se lo diré la próxima vez que le vea, y a mi madre la llamaré cuando regresemos a casa
- ¿ Y al resto? Son nuestros hermanos y está Kate...- dice Christian.  Creo que lo mejor es que organicemos una comida y se lo comuniquemos. Estoy seguro que se alegrarán.
- Me parece estupendo. Así lo haremos- respondo.
 








Mientras comemos suena en dos ocasiones la BlackBerry de Christian. La primera llamada era de Welch dándole  una información que le pone furioso. La segunda es de Rose su ayudante, y entabla una pequeña discusión con ella, y le da una orden tajante
 
- Compra las acciones de Lincoln y asegúralas en Grey Enterprises, después despide a toda la junta directiva, menos a su presidente. Sí ya lo sé Rose, que es muy desagradable, pero hazlo-, y su voz no tiene réplica
 
- Christian, ¿ qué ocurre, qué pasa?
- Estoy furioso, nena, pero no es algo que deba inquietarte. ¿ Sabes quién pagó la fianza de Jack cuando quiso secuestrarte ?
- No tengo ni idea
- Fue el capullo de Linc
-¿ El marido de.? ...
- Si el marido de Elena. Ahora ha entrado en un terreno que me atañe directamente. Ha hecho daño a mi familia y eso me lo va  a pagar.  Tengo un as en la manga guardado desde hace tiempo, y ha llegado la hora de sacarlo.  Le voy a arruinar, a hundirle en la miseria
- ¿ Qué dices?
- He comprado sus acciones a la baja. Ahora soy el dueño de la empresa y él está arruinado. La reflotaré y después la venderé, y además ganaré mucho dinero. Perdóname cariño, se lo debía a ...
- ¿A la señora Robinson? . No temas, lo entiendo.
- No,  quizás no lo entiendas, pero recibió una tremenda paliza por estar conmigo. Ella no le quiso denunciar, pero ha llegado la hora de cobrarse  aquello. Lo siento, Ana. En parte es por aquello, pero también es porque por su culpa tú estás herida y eso no se lo perdono.
- Entonces, si estaba en libertad bajo fianza... ahora...
- Exacto, la pena será doble por reincidir y no creo que nadie le pague la fianza ahora.
 
Más calmado, vuelve la paz a nuestra maravillosa tarde de picnic. Vuelve su ternura, sus besos en la comisura de mi boca y nuevamente el deseo se apodera de nosotros.
 
 
 
- ¿ Quieres que te haga el amor aquí?
- Claro es nuestra casa, es nuestro prado
 
-Eres muy imprudente nena- me dice después de amarnos, mientras me acaricia la cabeza- Cada vez que lo recuerdo.. Debes contarme todas las cosas
- Igual te digo señor Grey
- ¡Ahora te lo cuento todo.!..
- Y así quiero que sigas. Que nunca más me escondas nada, por duro que sea, por escabroso que sea. Lo quiero saber todo, porque esa es la única manera de que ambos tengamos la comunicación necesaria.
- Está bien, señora Grey. Tomo nota. ¿ Te encuentras mejor, más tranquila?
- Si ¿ y tú ?
- También. Te he echado de menos señora Grey
- Tendremos que hacer algo al respecto. Quizá cuando lleguemos a casa- le insinúo
- Me gustaría conocer tus límites, hasta donde puedes llegar
- Nada de violencias, Christian, ahora no
- No nena. Eso es algo infranqueable también para mi. Me refiero a los límites del placer. Cuánto serías capaz de aguantar.
- ¿ Cuando lleguemos a casa?
 
Christian no responde. me sigue tratando como si fuera de cristal. No me deja ir a trabajar, y a pesar de que han transcurrido los días desde nuestro picnic, ni siquiera menciona la palabra "juego"
 
Una dulce música me llega desde el salón. Es Christian al piano interpretando una melodía, pero no es triste como las de antes, al contrario es alegre, bulliciosa, que habla de esperanza.  Se me ocurre algo para limar su resistencia.  Me cambio de ropa, me pongo otra más ligera que oculte los hematomas, cojo los vaqueros que me encantan y los pongo en el suelo a mi lado . Le pongo un mensaje por la Black Berry
 
" Estoy esperando sus instrucciones, Amo
Siempre tuya"
 
 
 
"Señora G. Estoy intrigado
Voy a buscarla, Prepárese"
 
Siento la adrenalina recorriendo mi cuerpo. En unos segundos Christian está a mi lado, recoge los vaqueros y sale del vestidor con ellos puestos. Me ayuda a levantarme y me conduce a la parte de arriba, al cuarto rojo.  Antes de abrir la puerta deposita un beso en mi frente.  Una vez dentro, mi corazón palpita a mil por hora. Estoy expectante ante lo que va a hacerme. Se que no será dañino, sino todo lo contrario. Contengo la respiración cuando él se dirige a mi
 
- Así que¿ quieres jugar?
- Si
- Si ¿qué?
- Si, Amo
 
Me toma de las manos y me levanta del suelo. Acaricia mi frente, besa mis labios, y me abraza.  Mientras nuestra sangre se enciende plena de amor y deseo.
 
 
 
 

sábado, 24 de agosto de 2013

CHRISTIAN GREY - Christian y Anastasia 11 (1996celta) /UN HOGAR, UNA FAMILIA, UNA ESPERANZA


(  Texto basado en la obra original Cincuenta sombras de Grey)


 
De nuevo amanece otro día cargado de incógnitas. La vida junto a Christian es una escalada y un suceder de acontecimientos sin cesar.  Tras la marcha de Jack, mi futuro en la editorial se presenta bastante negro, a pesar de que Christian me ha asegurado que si deseo el trabajo, será mío..  Luego por la tarde , la visita al gabinete de Flynn con un montón de preguntas de las que espero su respuesta con verdadera ansiedad.   Está también  el propio Christian, mi incógnita cambiante.   Yo aspiraba a una vida en la que al menos tuviera algún día de aburrimiento, y no esta constante espiral de sobresaltos .
 
Por fin puedo conducir mi coche. Vamos en él Christian y yo.  Detrás nos sigue Taylor para recogerle una vez me deje en la editorial.
 
El Saab de Anastasia
 
 
- Que tengas un buen día, nena. No te preocupes, todo saldrá bien
- Hasta luego cielo- y me despido dándole un beso en los labios
 
Entro en el vestíbulo y aparentemente nada ha cambiado a pesar de la ausencia de Jack. Claire me saluda a la entrada, y yo saludo al resto de los  compañeros.  Ya en mi sitio, miro sin querer hacia el lugar en donde se ubica su despacho ,  y lo veo vacío.  Siento como si una mano me apretara el corazón, recordando la espantosa escena del día anterior.  Sacudo la cabeza para alejar ese pensamiento y procedo a encender el ordenador.  Reviso el papeleo que tengo encima de la mesa, y por el teléfono interior, recibo la llamada de Elizabeth.  Requiere mi presencia en su despacho
 
- Seguro que se ha enterado de lo de ayer. Habrá averiguado que Christian está de por medio, pero entonces averiguará también que él es su jefe supremo. ¿ Me reñirá?
 
Llamo con los nudillos en la puerta
 
- Adelante- oigo la vez de Elizabeth
- Buenos días- la digo- ¿ Querías verme?
- Buenos días Ana. Si, pasa por favor
 - Supongo que ya te habrán contado de la inesperada marcha de Jack.  Tendremos una reunión a las doce todos los jefes de departamentos.  Tú como eres la más inmediata a él, también deberás estar presente.  Te ruego lleves los últimos informes que confeccionasteis juntos, y el papeleo con los autores que iba a desarrollar en Nueva York
 
Elizabeth

 
 
Yo tomo nota de todo y al ver que ella se interrumpe, interpreto que no desea nada más de mi
- ¿ Eso es todo, no necesitas algo más?
- Creo que está todo, Ana.  Si recuerdo algo, te aviso. Ya sabes a las doce en punto en la sala de reuniones
- Allí estaré. Hasta luego.
 
 
¡ Oh el regalo para Christian! ¡Dios, Dios, ¿qué le compro? ¡ Tiene de todo !
Cuando salga a comer miraré algo por alguna tienda. No puedo demorarlo más. Estoy segura que cualquier cosa que le compre le gustará.
 
Me siento de nuevo en mi sitio y la BlackBerry repiquetea.  Es Christian
 
"Sólo quiero saber si estás bien"
"Si cielo, no te preocupes. A las doce tengo una reunión. Supongo que será para hacer el planteamiento de la dirección. No he escuchado nada referente a lo ocurrido. No obstante estoy nerviosa. No sé si cuento todavía con mi puesto de trabajo. Elizabeth no estaba de acuerdo en que yo entrase, así que ahora no sé que ocurrirá"
" No le des más vueltas, Anastasia. Sabes que si lo quieres,  el trabajo será tuyo
"Christian tengo que colgar. He de preparar todo para la reunión. Nos vemos luego. Te echo de menos y te quiero mucho, mucho"
" Señorita Steele, me hace perder la concentración con sus efusivas demostraciones amorosas. Esta noche en casa las quiero ver"
" Señor Grey, hace que me ruborice"
"Señorita Steele, con el rubor en las mejillas está preciosa y aún más provocativa. Ande a trabajar y a ganarse la vida.  Yo también te quiero mucho, mucho, mucho"
 
 
 
Sonrio porque le imagino con sus hermosos ojos grises llenos de satisfacción. Pero ahora he de concentrarme en mi labor. 
 
La mañana pasa deprisa y a las doce en punto me encuentro sentada con todo mis papeles encima de la mesa de reuniones, y todos los jefes de departamento cuchicheando en voz baja todo lo  ocurrido con la marcha de Jack. Hace acto de presencia Elizabeth y todos callan. Tras un breve planteamiento,  y ante la falta de noticias fidedignas, se da por abierta la sesión, cuyo punto del día es la elección del nuevo director.  Ante ni sorpresa, todos acuerdan de que sea yo la que de momento y hasta encontrar a otra persona, continúe con los proyectos de Jack, que ya estaban en marcha y que llevábamos los dos.  No hay discrepancias y a continuación expongo mi línea de acción a desarrollar de inmediato.  Todos aprueban las ideas presentadas y se da por finalizada la sesión
 
- Bueno Ana-me dice Elizabeth- el despacho que ocupara Jack ahora es tuyo. Nos han parecido estupendas las ideas que has presentado. Ahora sólo me queda desearte éxito en lo que emprendas por el bien de la compañía y nuestra. Si no lo sabes ... la editorial está pasando por un momento difícil económicamente.  Nos vendría muy bien reflotarla con algún éxito editorial que nos hiciera remontar el vuelo.  Tienes todo nuestro apoyo y confianza. Buena suerte Ana
- Gracias Elizabeth, la verdad es que me ha sorprendido vuestra elección, por el poco tiempo que llevo trabajando aquí. No me lo esperaba.  Pondré todo mi empeño en no defraudaros. Gracias de nuevo, Dado la hora que es, me gustaría salir a comer
- Desde luego, hazlo.
 
No me podía creer lo que habia sucedido en aquella junta.¡ Y todos han aceptado ! Nadie había hecho ningún comentario o alusión al "suceso Jack".  Sentada en el Starbucks y con poco apetito, llamo a Christian
 
 
"Dime nena, ¿estás bien?"
"Christian deja de preocuparte.  Ya no está Leila merodeando, y si, estoy muy bien, muy contenta y absolutamente enamorada de mi jefe.  Pero también estoy con muchas dudas y espero que mi jefe las aclare
" Tu jefe ¿soy yo?, pues he de decirle señorita Steele que a mi me ocurre lo mismo. Dígame cuáles son las dudas que atormentan a mi bella y enamoradiza dama"
" Me han dado el puesto de Jack, de momento. ¿Has tenido algo que ver?"
" No Ana. Todo es mérito tuyo, y te lo digo en serio.  No he hablado con nadie del tema. Así que espero te quedes tranquila. A las seis pasaré a recogerte para ir a ver a Flynn. Estoy deseando verte. Te quiero mucho, mucho, mucho, mucho y mucho."
"¿Desea ganarme en cantidades, señor Grey?, pues creo que no me alcanza. Estoy
comiendo, así que no me interrumpas o se me quitará el poco apetito que tengo. Te quiere tu trabajadora acosada por el más lascivo, intrigante y dominador jefe que pueda tener.  Y ahora cuelgo señor Grey. Hasta luego, nene"
 
Me rio yo sola de lo bobalicones que podemos llegar a ser los enamorados, pero la verdad es que cuando estamos juntos hay una energía entre nosotros que hace  saltar chispas. 
 
 
 
Salgo de la cafetería y hago un recorrido rápido entre las tiendas para ver de comprar el regalo de mi Cincuenta.  Me paro en un escaparate de una tienda de esas que tienen chucherías simpáticas y cuyo uso es simplemente el recuerdo. Veo algo que viene ni pintado. Lo compro y hago que lo empaqueten en una cajita y en papel de regalo.
 
- En cuanto le vea esta tarde se lo entregaré, antes de hablar con Flynn.  Es muy importante para él y para mí.  Pero no deberá abrirlo hasta el sábado, pero es necesario que sea hoy cuando se lo entregue.
Al regresar a la editorial, Claire absolutamente asombrada me comunica que me han enviado un cesto con hermosas rosas , y está impaciente por saber de quién son.
Subo hasta mi despacho y sobre el escritorio puedo ver el envio y la tarjeta anexa. Como me imaginaba es de Christian, y una emoción me sube por la garganta. ¿ Qué he hecho yo para merecer esta entrega tan absoluta de este magnifico hombre que siente algo tan extraordinario y fuerte por mi?  Extraigo del sobre la tarjeta
 
 
 
" Felicidades, y lo has conseguido tu solita. Te quiero"
Christian.
 
El teléfono interior suena, y la voz de Claire se oye al otro lado
 
- Y bien Ana ¿ quién te lo ha enviado ?
- Claire, mi novio. Son de mi novio
- Me lo había imaginado... Suerte Ana
 
Y colgamos
 
A la hora en punto, Christian frente a SIP. Sonrie en cuanto me ve y me da un beso en el cabello, como hace siempre.  Instalados en mi coche saco del bolso el pequeño envoltorio que he comprado para él.
 
-Christian, esto lo he comprado como regalo de cumpleaños.  Quiero entregártelo hoy, ahora, pero no puedes abrirlo hasta el sábado.  Tienes que prometérmelo ¿ lo harás?
- Ana, si tu me lo pides, lo haré, aunque... me parece una crueldad por su parte señorita Steele  dejarme con esta impaciencia tanto tiempo
- Tienes que cumplirlo. Te aseguró que no te arrepentirás.
- Hecho, esperaré impaciente. Y ahora arranca y vámonos.
 
 
La consulta de Flynn está muy cerca del Escala, y a veces Christian va hacia ella caminando.  Dejamos el coche aparcado en la puerta del gabinete. 
Estoy nerviosa ante la entrevista con Flynn.  No tengo idea de lo que me vaya a responder ante el sin fin de preguntas que tengo en mente.  Aunque lo disimula, sé que él también está preocupado.  Por ahora y pase lo que pase,  no  abandonaré a Christian.  Me tiene totalmente subyugada y le amo por encima de todas las cargas que aún me queden por descubrir.
 
Lejos de los convencionalismos, Flynn tiene un gabinete acogedor. No tiene  el clásico sillón-cama en el que hablas y te escucha. El se sienta en un sillón de orejas, frente a un sofá en donde se acomodan los ¿pacientes?  En el medio una mesa de fumador, aunque no esté permitido fumar, portando un jarrón pequeño con flores y unos estuches con pañuelos de celulosa.  Al verlos pienso: "se ve que aquí la gente llora de lo lindo..."
 
Doctor Flynn
 
Christian saluda efusivamente a la señorita que nos introduce en la consulta y enseguida  hace su entrada Flynn.  Tras una introducción con algunas respuestas a mis preguntas., el psiquiatra nota que yo estoy algo violenta ante la presencia de Christian. Deseo plantearle algunas cuestiones, pero con él delante no me atrevo por si le hago daño.  Flynn se percata y le pide a Christian que salga un momento para quedarnos a solas.  Cosa que hace a regañadientes,   pero sale.
 
Tengo una palabra en mente que me quema en los labios y es la primera que deseo me aclare
 
-Doctor Flynn, él me ha revelado que es un sádico. Me tiene muy confundida, porque se que necesita hacer una serie de cosas para calmar su necesidad, pero a mi me es imposible complacerle. ¿ Qué puedo hacer, cómo puedo ayudarle?
- Anastasia, lo haces constantemente, le ayudas como no te imaginas.  Has conseguido en poco tiempo lo que a mi me ha llevado tres años.  El sadismo ya no está considerado como una patología, sino como una forma de vida, que realizada entre adultos consentidores y con las debidas garantías, puede seguirse.  Pero... Christian no es un sádico. El se lo cree, pero no es cierto.
Se vió obligado a vivir una infancia terrible, difícilmente soportable, y sabemos el origen de toda su problemática.  No pienses en lo que hizo en el pasado, porque por ti es que ha descubierto otra forma diferente de vivir y le apetece más. Cuando te alejaste  tuvo la oportunidad de pulsar su vida contigo y lo que tuvo con anterioridad y,  descubrió algo que hasta entonces para él no existía: se había enamorado profundamente de ti, te quería con todas sus fuerzas y estaba dispuesto a todo por recuperarte y que fueras su amante. Porque aunque te parezca increíble, él nunca ha tenido una amante hasta que llegaste tu.  Las mujeres con las que estuvo eran otra cosa, cumplían una serie de necesidades.  Pero tu le das algo más, algo que le hace vibrar, que le hace cuidarte y protegerte, porque... se culpa de la muerte de su madre.
Debes vivir con eso, Ana, porque tardará en que ese sentido  lo pierda si es que llega a perderlo. Lo más difícil fue averiguar porqué todas esas sombras en su pasado, no recordaba o no quería recordar.  Ahora tenemos que llegar a que supere el que nadie pueda tocarle, y ya me ha dicho que de vez en cuando le acaricias el torso, aunque sigue rechazándolo, pero aguanta lo que sea por ti.  Merece ser feliz, Anastasia.  Es un ser increíble que te adora: debemos darle un voto de confianza, y estoy seguro que conseguirá poco a poco, tener una vida normal a tu lado.  Poco a poco irán desapareciendo las pesadillas, que le torturan increíblemente, pero para ello te necesita a su lado, te necesitamos los dos, porque a través de ti, yo podré ayudarle también.
 
Me quedo más tranquila. Ahora sé que no hay peligro a la vista y sé que él se controlará en cuanto yo dé la voz de alarma. Abre la puerta como un ciclón, al tiempo que nos dice
 
- Lleváis mucho tiempo hablando y se ha cumplido sobradamente el tiempo que nos destinabas. Así que da por terminada la sesión
 
Flynn y yo nos miramos y sonreímos. Ambos nos damos cuenta de que está nervioso e impaciente por averiguar de qué hemos hablado. Tiene miedo a lo que me pueda contar y decida abandonarle. Siempre con miedo...  Flynn también ha hecho un bosquejo de mi. No entiende porqué estoy tan insegura respecto a mi físico.  " Eres una mujer preciosa, Anastasia, que has cautivado a un hombre que podía tener la mujer que deseara, pero te ha elegido a ti porque tu cumples todas sus expectativas, y además os amáis profundamente.  No tengas dudas, Ana, Haréis una magnífica pareja"
 
Nos despedimos del doctor y antes de irnos Christian le hace una pregunta y yo inmediatamente se a quién se refieren
 
-¿ Cómo está?
- Mejor, saldrá de esta
- Tenme informado
-Descuida. Asi lo haré
 
Leila, estaba flotando en el ambiente.
 
Ya en la calle Christian se coloca en el asiento del conductor indicándome el asiento de al lado
 -¡ Christian !, es mi coche ¿ o no?
- Si cielo es tu coche, pero ahora lo voy a conducir yo
- No es justo. Sólo lo he hecho esta mañana y han sido cinco minutos
- Sube nena. Sabes de sobra que no voy a ceder, así que anda.  No quiero que se nos haga de noche.
 
Voy enfadada, no le dirijo la palabra , y le retiro la mano cuando él la posa sobre mi rodilla. Se rie
 
-¿ Está enfadada señorita Steele?
- No quiero que me dirijas la palabra. ¿Acaso no te fías de mis dotes de conductora? Pues tengo carnet desde hace mucho tiempo. Así que para ahí- le ordeno
 
El me obedece creyendo que me he mareado
 
- ¿ Te encuentras bien ?
- Bájate- le ordeno- Vamos bájate
- ¿ Pero qué demonios te pasa ? ¿ Por qué estás enfadada? ¿ Por que no te dejo conducir?
- Exacto, por eso
- Tu tampoco me has dicho lo que has hablado con Flynn...
- Que debo darte un voto de confianza, eso es lo que me ha dicho
-¿Qué significa eso?
- Pues que debo tener grandes sacos de paciencia contigo. Bájate
-¡ Pero si no sabes a donde vamos!
- Me da igual, tú me indicas ¿verdad?
- Ana, eres frustrante
- ¿ Y tú ?. A ver dime  ¿ desde cuándo soy tu amante?
-¿ Mi amante? ¿ Eso te ha dicho?
- Si, eso me ha dicho. Y quiero saber qué es lo que significa, y entonces, sólo entonces, te daré una recompensa
-Me tratas como a un perrillo que  le dan  una chuchería cuando obedece
- ¿ Me consideras una chuchería?
- No nena, ser mi amante significa que te adoro y que quiero compartir mi vida contigo hasta el final.  Pero tú aun no me has contestado. Eso si que es una crueldad. Está bien, conduce tú, o llegará la policía y nos pondrá una multa. Y el coche está a tu nombre, tú deberás pagarla
 
 
 
Me rio, y él me abraza y me acerca besándome amorosamente.  Me va dando indicaciones y nos metemos en una zona residencial cuyas casas forman hileras bordeando el lago.  La luz de la tarde se va volviendo dorada y el paisaje es precioso. Manda que aparque frente  a una casa de imponente valla de piedra y de una construcción magnífica.  En el aparato de la entrada, pulsa unos números y la verja se abre de para en par.  Yo miro todo con extrañeza " será que vamos a visitar a alguien", es lo que pienso. Aparcamos el coche en la entrada principal y una mujer elegantemente vestida portando una carpeta, se adelanta con la mano extendida hacia nosotros.
 
No comprendo nada de lo que está sucediendo, hasta que muy amablemente la señorita que nos ha recibido nos encamina hacia el interior.  Se trata de una mansión de tipo Mediterráneo, preciosa. 
 
 
 Los suelos de madera noble, se ven algo desgastados, así como sus paredes en donde conservan las marcas de los cuadros que colgaron de ellas. El recibidor es enorme, asi como un salón del que llama mi atención la enorme alfombra que han dejado sus anteriores ocupantes. Una gran cocina y una especie de porche que da a una gran piscina. Bajando unas escaleras nos lleva hasta otro gran salón destinado para la televisión, y junto al salón otra estancia dedicada a gimnasio. También hay una extensión enorme en el jardín de prado y unas cuadras para poder tener caballos. Yo no me atrevo a decir ninguna palabra.  me da miedo pensar en lo que se me viene a la cabeza. Christian me mira completamente feliz.  Una sonrisa ilumina su rostro y cogida de la mano, me hace subir por una suntuosa escalera que da a la planta de arriba.  En ella hay cinco dormitorios ¿ para qué tantos? .  Empieza a tomar cuerpo lo que mi imaginación va maquinando
 
- Mira nena, este sería nuestro dormitorio principal
- ¿ Nuestro dormitorio? Acaso ¿ la has comprado?
-No aún no. Quería que la vieras primero y si te gusta lo haré. Efectuaremos algunas reformas de las que se encargará la empresa de Elliot. ¿ Te gusta Ana?
 
Estamos delante de un gran ventanal del que ¿será? nuestro dormitorio. Christian me tiene abrazada y reclina su cabeza sobre la mia.  Las vistas son espectaculares. Las primeras luces de Seattle a lo lejos empiezan a teñir el cielo de un color dorado bellísimo, y se reflejan en el lago que tenemos enfrente.
 
-Siempre quise vivir en esta zona. Viendo desde la cama cómo navegan los barquitos y contemplar el amanecer cada día- me dice un romántico Christian
- Es una maravilla. No saldría de la cama por contemplar estas vistas tan maravillosas-le respondo
- Eso tiene mucho peligro, señorita Steele-me susurra bajito al oído
 

 
 
Prudentemente la agente, se ha retirado para dejarnos comentar.
 
-Christian pero debe ser muy cara
-Ana ¿ te gusta? Puedo permitírmelo. Ven,  aún no hemos terminado.
 
Se siente feliz. Está disfrutando como un  niño al que le han regalado un juguete nuevo
 
- Mira este dormitorio,  para uno de los niños y allí hay otros más, hasta cinco. Incluso uno para juegos. Ejem... no de esos... Estoy hablando de crear una familia, Ana
- Christian, me siento abrumada.  No lo esperaba. Ya fue una revelación hablar con Flynn, y ahora esto... voy a echarme a llorar 
- Decidido si te gusta la compro.  hablaré inmediatamente con Elliot en cuanto llegue de Barbados. El conoce a una arquitecta muy buena que ya me hizo la reforma en Aspen.
- Bajemos de nuevo al prado, Christian. Quiero verlo mejor
 
 
 
Bajamos y caminamos cogidos de la mano por esa extensión, y yo me imagino a los dos corriendo detrás de un chiquillo que como su padre tendría los ojos grises, y el cabello alborotado color cobrizo.  Se me escapan unas lágrimas y me abrazo a él y le estrecho fuertemente contra mi.  No se puede ser más feliz de lo que soy ahora, en este momento.  El me mira con el rostro iluminado y tomando mi cara entre sus manos me pregunta
 
- ¿ Te casarás conmigo, cielo ?
-Christian prometiste no presionarme. Es un paso muy importante. Tengo que pensar algunas cosas que me ha dicho Flynn, por favor dame aire
- Lo que te haya dicho Flynn, puedo decírtelo yo- me dice con temor reflejado en su cara
- Ten calma, Christian, por favor.
-Está bien. Tendré calma. Por ti todo, Ana, absolutamente todo.
 
Firma unos papeles , que imagino es el contrato de compra y se cita con la agente para normalizar el papeleo en la oficina
 
Camino del coche le pregunto
 
- ¿ Cómo supiste de la casa?
- No lleva mucho puesta a la venta, pero la vi y pensé que era el sitio ideal para empezar una nueva vida junto a ti.  Siempre quise vivir en esta zona.  Cuando navego con el Grace y bordeamos la orilla, siempre me quedo mirando esta zona, que me parece preciosa
- Si lo es Christian. A mi también me lo parece. ¿ Venderás el Escala?
- ¿ Por qué iba hacerlo, piensas acaso que no tengo dinero suficiente para comprar esta también?  Te lo he dicho muchas veces : soy inmensamente rico. Si decides vivir aquí conmigo, tendrás que acostumbrarte,  porque tú también lo serás.
- No necesito tanto dinero Christian.  Mis gustos son muy simples. Tú eres quién me interesas, amarte y que me ames, el resto no importa
- Ya lo se cielo. Sé que no deseas mi dinero, pero si yo lo tengo tú también lo 
tendrás.  Y ahora ¿ me dejarás a mi conducir? Vamos a celebrar tu ascenso, nena.
- ¿ Dónde vas a llevarme?
- A un club muy especial, que es mio
-¡ Cielo santo ! ¿ qué más cosas tienes ?
 
Feliz, rotundamente feliz y yo con él. Regresamos a Seattle. Antes de alejarnos me vuelvo para seguir contemplando el que será nuestro futuro hogar.
 
- Ha hablado de niños, de familia... ¡ Dios mio, de niños y de familia! Mis Cincuenta sigue soltando lastre.
 
Como si leyera mis pensamientos me dice
-Ana,  tendremos hijos, pero no inmediatamente. Ahora no quiero compartirte con nadie. Eres sólo mia, y así quiero permanecer durante mucho tiempo. Los niños vendrán, pero no ahora ¿ Si cariño?
- Si Christian, cuando tu quieras.
 
Recuesto la cabeza en su hombro y él me mira sonriente.  Nos encaminamos hacia  "un club",  de su propiedad, y a una dulce y enternecedora noche de amor. Otra más.  Además de co-propietario es socio de ese club situado en una altura mucho mayor que el Escala.
 
Es absolutamente lujoso y sus mesas están ocupadas únicamente por socios.  Nos destinan una mesa en un rincón discreto y Christian elige el menú. Comprendo que la comida que lo compone es "estimulante": ostras, lubina, espárragos...  Permanecemos lo que dura la cena.  Ambos estamos deseosos de llegar a casa.  Nuestra líbido está en todo su apogeo.  Muchas emociones acumuladas, y muchos estímulos de parte de Christian.
 
Por fin llegamos a casa, aparcamos y entramos en el ascensor, y es como si de repente se fuese a acabar el mundo.  Me apretuja conra él en un rincón del ascensor, y cuando conseguimos salir, lo hacemos a trompicones.  Llegamos al vestíbulo, y observo que ´la mesa está libre. Me toma en brazos y me deposita encima, y allí frenéticamente me hace el amor.
 
 
 
 
LA MUSICA DE CHRISTIAN GREY:  Sea of love ( The National )
 
 
 
 
LAS FRASES DE GREY:
 
 
 

 
TRAILER: