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miércoles, 8 de enero de 2014
FIFTY SHADES OF GREY / J. Dornan and Dakota Johnson
Etiquetas:
Cincuenta sombras de Grey
jueves, 2 de enero de 2014
CINCUENTA SOMBRAS DE GREY (Europa Press)
Solo habrá una película de '50 sombras de Grey'
MADRID, 2 Ene. (EUROPA PRESS) -
La esperada trilogía erótica de E.L. James llegará al cine en una única película, en la que se resumirá el contenido de los tres libros: 50 sombras de Grey, 50 sombras más oscuras y 50 sombras liberadas. El largometraje comenzará con la fase final de la historia, para desarrollar posteriormente toda la trama.
Hace unos días se anunciaba que el rodaje se trasladará a Tenerife el próximo mes de febrero para grabar la luna de miel de Christian (Jamie Dornan) y Anastasia (Dakota Johnson), ahora se sabe porqué se rodará tan pronto una escena de la tercera entrega de la saga.
Mientras tanto, los actores continúan preparándose para retratar lo mejor posible a los personajes ideados por la escritora, razón por la que la dirección del filme ha decidido que Jamie Dornan se reúna en los próximos días con Alessandro Proto, el empresario que inspiró la saga y que además hará un cameo en el filme.
De esta forma se busca "conseguir más" del personaje de Christian Grey, "explorar su psicología" y "comprender mejor sus movimientos en la vida real", recalca el mencionado comunicado.
Los productores siguen a la búsqueda de una actriz española que participe en la película como una de las mujeres pasadas del protagonista, "una joven actriz y modelo de 22 años, con poca experiencia en el cine y mucha sensualidad".
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Cincuenta sombras de Grey
domingo, 29 de diciembre de 2013
SE RODARÁ TAMBIÉN EN ESPAÑA CINCUENTA SOMBRAS DE GREY( Huffington Post)
Fotografías de Dakota Johnson, con su cabello natural
'50 sombras de Grey' rodará en las playas de Tenerife y en Madrid
La adaptación cinematográfica de 50 Sombras de Grey rodará a mediados del mes de febrero en las playas de Tenerife escenas de la luna de miel de los personajes Chris y Ana, según informó la productora del filme en un comunicado.
Además, Madrid acogerá un cameo de Alessandro Proto, el empresario que inspiró el personaje de Christian Grey. En dicha escena, ambos mantendrán una reunión de negocios después de la luna de miel.
Por su parte, se ha confirmado que Rita Ora hará el personaje de la hermana de Christian Grey, mientras que continúan las pruebas para escoger a la actriz que participará en la película como una de las mujeres pasadas del protagonista.
Además, Madrid acogerá un cameo de Alessandro Proto, el empresario que inspiró el personaje de Christian Grey. En dicha escena, ambos mantendrán una reunión de negocios después de la luna de miel.
Por su parte, se ha confirmado que Rita Ora hará el personaje de la hermana de Christian Grey, mientras que continúan las pruebas para escoger a la actriz que participará en la película como una de las mujeres pasadas del protagonista.
Publicado por 1996celta
rosaf9494
en Madrid ( España)
domingo, diciembre 29, 2013
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Cincuenta sombras de Grey,
también se rodará en España
jueves, 1 de agosto de 2013
CINCUENTA SOMBRAS DE GREY (50sombras) / El origen/ BAÑO CON PATOS
Entra y descubre la historia de 50 Sombras de Grey contada desde la perspectiva de Christian Grey. En la Piel de Grey es un apasionante relato que desvela los pensamientos más profundos y secretos más oscuros de Christian Grey. Conoce al verdadero Grey y el origen de sus sombras.
Mi pijama sigue mojado
No me atrevo a decírselo a nadie. No quiero que nadie lo vea.
Intento bajarme yo solo de la silla cuando nadie mira.
- “Tus sábanas vuelven a estar limpias de nuevo, Christian”.
- ”¿Te has cambiado ya el pijama Christian?”- Dice Grace dirigiéndose a mí.
Ella siempre sabe en qué estoy pensando. Que necesito en cada momento. Siempre.
- “¡Mierda! Es verdad. Se me había olvidado”- dice Carrick
Grace le da un golpecito en el hombro. Creo que no le ha debido pegar muy fuerte porque no se queja. Parece que no le ha dolido.
- “Ven cariño, no te preocupes”- dice Grace acercándose a mí.
- “Voy a prepararte un baño con agua calentita mientras tú y Carrick vais a buscar ropa limpia al armario”.
- “Pondremos a lavar el pijama que llevas puesto.”
Grace no parece enfadada.
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Grace |
No está enfadada conmigo pese a que estoy seguro de que Carrick le ha contado lo que ha pasado. Sabe lo que ha ocurrido. Es imposible que hubiese visto antes ni la cama ni mis pantalones y lo sabía.
La cierto es que hay muchas cosas que no llego a comprender.
Cómo funcionan. Cómo suceden.
Cosas que son parte del día a día de Grace y Carrick. De su casa. De sus vidas.
Cosas como saber qué es lo que quiero. Que es lo que necesito en todo momento.
Hoy siento..., me siento feliz.
Me siento bien en esta casa. No tengo miedo. Ya no.
A veces pienso en mamá. En ella y en el Hombre Malo.
En ocasiones también recuerdo los guisantes fríos.
¿Cuánto hace que ya no vivo allí?
¿Tendré que volver alguna vez a aquella habitación?
Aún nadie me ha dicho a dónde se fue mami. Quisiera saber dónde está mami.
¿Qué le pasó al Hombre Malo?¿Porqué no he vuelto a verlos?
Aprieto los dientes.
Tengo muchas preguntas cuyas respuestas desconozco. Sé que solo llegaré a conocerlas preguntándoselo a Grace o a Carrick, pero la única forma de hacerlo es hablando con ellos, usando las palabras.
Pero sé que nunca seré capaz de hablar y que por ello nunca conoceré la respuesta.
Sigo sin saber porque me resulta tan difícil hablar.
Día tras día veo como todos los que me rodean hablan entre ellos.
A veces sueño con que soy capaz decir algo a Grace. Ella se alegra mucho y sonríe.
Quisiera poder decir alguna cosa. Articular alguna palabra, aunque fuera una estupidez. Aunque fuese la más grande e incoherente de las estupideces.
A veces puedo oír como retumban en mi cabeza todas las cosas que quiero decir.
Puedo notar cómo se agolpan en mi boca esperando el momento de poder escapar de ella y ser escuchadas por los demás.
Puedo escucharlas en mi cabeza, pero no sé cómo articularlas.
Vuelvo a mi habitación y abro uno de los cajones del armario.
Grace me ha dicho que aquí debería haber ropa limpia para mí. Ropa seca y limpia que puedo utilizar.
Dentro del cajón hay varios pantalones tejanos.
Son todos iguales. Son pantalones como los que llevan Jack y Elliot.
Entre los pantalones hay una camiseta que me llama la atención una camiseta. Tiene un perro dibujado.
Es el mismo perro que vimos ayer por la televisión.
Me giro hacía la pantalla de la televisión. El cristal a través del que ayer veíamos al perro de la camiseta hoy es de color negro.
Sé que a veces la pantalla está llena de colores y que a veces es de color negro. Sé que cuando es de color negro está apagada, pero no entiendo cómo funciona.
Creo que si la miras fijamente, a veces, si le gustas, te enseña cosas.
El perro que vimos ayer en la televisión no era como los perros de verdad.
Parecía de mentira.
Era como el de la camiseta. Parecía que alguien lo hubiera dibujado
Un dibujo que podría hablar y moverse.
No comprendo el funcionamiento de la mayoría de las cosas. Cosas que los demás parecen entender con facilidad. Eso hace que a veces me enfade. Que me enfade conmigo y con los demás.
Quiero poder entender y hacer las mismas cosas que hacen los demás niños.
Es porque soy tonto. Imbécil.
El hombre malo lo sabía pese a que mami no le gustara que me llamara así.
Elliot conoce muchos juegos. También sabe cómo prepararse los gofres él solo.
Sabe cómo funciona la televisión.
Yo no.
Creo que Elliot sabe todo eso porque Grace es su mamá.
Saber que Grace no es mi mamá y que nunca lo podrá ser hace que me disgusta.
Quiero ser como Elliot. Quiero que Grace sea mi mamá.
No saber cómo funcionan las cosas hace que me ponga furioso. Saber que Grace nunca podrá ser mi mamá me hace sentir solo. Aislado. Triste.
Me quedo mirando el cajón pensando. ¿Grace podrá llegar a quererme como quiere a Elliot pese a que soy tonto y ella no es mi mamá?.
No quiero que Grace me vea llorar. Hoy no.
Cojo la ropa y cierro el cajón
Camino hacia el baño donde Grace está esperándome.
Dentro del baño hay una bañera muy grande. Grace está sentada en el borde.
- “El agua está caliente pero no quema, no te preocupes.” No sé hacia dónde mirar así que me limito a bajar la cabeza.
- “Sácate la ropa y déjala por aquí y entra en el agua.” Su voz es suave. No creo que esté enfadada, sin embargo, y pese a que no se por qué no puedo evitar sentirme muy asustado.
Empiezo a sacarme la camiseta.
Evito mirar a Grace.
Cuando acabo continuó con los calcetines y los pantalones del pijama
Los mismos pantalones del pijama que mojé y que aún siguen mojados.
Grace no dice nada.
No sé si está mirándome. Me limito a seguir mirando el suelo mientras me quito el resto de la ropa que llevo puesta.
Cuando he terminado intento meterme en la bañera.
Lo intento y lo consigo.
Es algo que aprendí a hacer yo solo hace tiempo.
No quiero que nadie me toque. Ni tan solo para ayudarme. Así que hace ya mucho tiempo que aprendí a meterme en la bañera yo solo.
El agua está caliente, pero no quema. Al menos no como los palitos de luz del Hombre Malo.
- “No puedes quedarte mucho rato ahí dentro, cariño.”
- “Tenemos que estar listos para tu cita, pero te he comprado esto. Espero que te guste.”
De repente Grace echa algo en el agua.
Doy un salto del susto. El agua me ha salpicado a la cara.
Lo que Grace ha tirado a la bañera tiene ojos.
Tiene ojos y una forma muy rara.
No se hunde. Flota.
Es del mismo color que Car y por un momento me da la sensación de que está mirándome.
Entonces Grace echa dos cosas más al agua.
También tienen ojos y son del mismo color que Sol y Bob.
Parecen buenos, pero no sé si debo tocarlos.
- “Son patos, patitos de goma. A los patos de verdad les gusta flotar en el agua igual que a estos.
- “Si quieres esta tarde podemos ir al lago para que los veas. Estos son de juguete pero saben nadar igual que los de verdad.”- me dice.
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Grace |
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Christian |
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Elliot |
Toco el de color azul, el que es igual que Bob.
Es muy blandito.
Al tocarlo se hunde y desaparece en el agua.
Sonrío. Me gusta.
Espero a que vuelva a la superficie y lo empujo de nuevo.
- “Son buenos amigos. Compañeros de baño.” Añade Grace. Asiento con la cabeza y golpeo el pato de color amarillo.
Grace ha dicho que los tres se llaman patos, pero creo que debería ponerles nombre un nombre distinto a cada uno de ellos.
Llamaré Elliot al rojo, Grace al azul y Christian al amarillo. Así podré recordar fácilmente los nombres.
Ojalá tuviera otro patito más.
Lo llamaría Carrick.
Quizás Grace me traiga otro igual. Quizás. Algún día.
- “Utiliza el jabón. Lávate bien, tenemos un día muy largo.”
Uso el jabón y la esponja igual que lo hacían las chicas de la casa de acogida cuando me ayudaban a bañarme.
Grace mientras lee un libro.
Cuando he acabado vuelvo a coger los patitos y me pongo a jugar con ellos.
Hablan entre sí y yo puedo oír como lo hacen.
Hablan sobre nadar, algo que parece ser que saben hacer muy bien.
Me gustan.
Además ahora tengo tres amigos más. Espero que a Car, a Sun y a Bob también les gusten. Así podremos jugar todos juntos.
El tiempo me pasa volando. No sé cuánto rato ha pasado cuando Grace me avisa de que ya llevo mucho tiempo en la bañera
- “Hora de salir, cariño. Si quieres esta noche puedes volver a bañarte y así jugar un rato más con los patitos de juguete.”
Me levanto.
Grace estira la mano ofreciéndose a ayudarme.
La miro a los ojos.
Poco a poco acerco mi mano a la suya hasta que se tocan.
Salgo de la bañera y ella me envuelve con una toalla grande y caliente.
Miro a los patos que ahora flotan solos en la bañera. Ellos me miran a mí.
“Christian, también puedes jugar con ellos cuando no estés en el agua. Cógelos y trae también tu ropa y vamos a vestirte a tu habitación. Así podrán conocer a tus muñecos.”
Grace sabe que Car, Sol y Bob querrán conocer a los patitos y yo también, así que hago lo que me dice. Me pongo la ropa nueva que me ha dado y coloco a los patos junto a Bob, Car y Sol. Nada más juntarlos sé que ya se han hecho amigos.
Me gusta que todos sean amigos. Me gustan los amigos.
Me hubiera gustado mucho que Jack fuera mi amigo. Él fue el primer niño que conocí.
Jack no quiso ser mi amigo y tampoco quiso ser amigo de Car.
Yo no quiero ser amigo de nadie que no quiera estar con Car.
Car fue mi primer amigo. Car y yo estaremos juntos para siempre.
Dejo a los patos y junto a Car, Bob y Sol.
Dejo que hablen para que puedan conocerse entre ellos.
Les doy un beso de despedida para que no estén tristes y sepan que voy a volver.
Salgo de la habitación en busca de Grace.
Vuelvo a la habitación de los gofres. He visto como Elliot la llama cocina.
No hay gofres. Sin embargo encuentro a Carrick a Grace y a una mujer nueva que no conozco.
- “Christian, ella es la señora Touhey. Cuida de la casa y nos ayuda en cualquier cosa que necesitemos.”
- “Si necesitas algo, cualquier cosa, puedes pedírselo a ella.”
La miro y sonrío.
Por primera vez me resulta agradable e incluso un poco gracioso que Grace me acabe de sugerir que hable.
Que hable con la señora Touhey.
Grace sabe que yo no hablo con nadie.
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Baño con patos,
Cincuenta sombras de Grey
miércoles, 24 de julio de 2013
CHRISTIAN GREY:: La erótica señora Robinson (1996celta)
Sentados en las escaleras de una vivienda, un grupo de chicos adolescentes fumaban y bebían. Reían sin parar en una conversación en la que sus palabras se entrecortaban, sin duda incontroladas por el alcohol ingerido. Comentaban la pelea que acaban de tener, y en la que uno de ellos destacaba sobre los demás . Sin duda era el líder
- ¡ Eh Christian, vaya derechazo le diste a Philip ! Ja, ja, ja, me revuelco por el suelo todavía cuando me acuerdo
- Así aprenderá el muy perro a no meterse conmigo. Ahora me tengo que ir. Mi madre me va a matar cuando se entere de que la he liado parda en el Instituto. Adiós muchachos
- Christian, estoy muy enfadada contigo. No paras de peleas, y mira en qué estado vienes- repetía Grace una y otra vez sin saber muy bien cómo actuar con su hijo de quince años-. Deberás buscarte un trabajo. Debes hacer algo útil... No puedes seguir así, dándonos disgustos un día sí y otro también...
Con unos vaqueros y una camiseta gastada, Christian Grey deambulaba por el barrio residencial en donde vivía con sus padres Carrick y Grace, y sus hermanos Elliot y Mia, la pequeña.. . Los tres son adoptados, y los tres son adorados por sus padres. Parado ante la puerta del chalet de los Lincoln observaba como unos obreros retiraban los escombros de la obra que acababan de realizar en la vivienda. Elena era amiga de su madre, por lo que se atrevió a avanzar hasta la puerta, para solicitar algún trabajo que le produjera algún beneficio, y de este modo no defraudar a su madre, a la que amaba, y a la que tenía preocupada por su comportamiento.
¿ Por qué era tan pendenciero, por qué continuamente buscaba pelea, por qué bebía?... No sabía explicarlo. Sólo en un remoto lugar de su memoria, unas imágenes borrosas le daban la clave mediante pesadillas que de vez en cuando, alteraban su sueño. No entendía el por qué se repetía, siempre la misma desde que era pequeño.
- Sra Lincoln, Elena ¿ Está por ahí?
- Aquí estoy Christian ¿ qué se te ofrece?
Ante los asombrados ojos de Christian, una bella, rubia, y erótica señora Lincoln apareció de improviso, mientras secaba sus manos con un alegre paño de cocina.
- ¡ Chico, qué mayor estás ya ! ¿ Cuántos años tienes ?
- Quince, señora
- ¡ Vaya , ya eres todo un hombrecito ! Tú madre ¿ está bien ? Hace mucho que no la veo. La llamaré cualquier día de estos para tomar café y charlar de nuestras cosas. Y ahora dime ¿ qué deseas?
- Venía a ofrecerme por si quiere que arregle su jardín. Necesito trabajar en algo...
- Bueno, pues ... el jardín está recién arreglado- decía mientras miraba a su alrededor buscando algo- Quizá... podrías ayudar a esos obreros. Se eternizarán sacando escombros. .. ¿ Te atreves con ello?
- Naturalmente que me atrevo. Soy fuerte
- Pues muy bien. Cuando quieras puedes empezar
Los servicios continuaron después de que todo quedó limpio de escombros. Cortaba el césped, limpiaba la piscina, ó simplemente acudía con Elena al supermercado.
Fué un verano especialmente caluroso. Christian se despojaba de la camisa para soportar la alta temperatura del jardín mientras pasaba la máquina al césped. Desde la ventana de la cocina, la señora Lincoln observaba el cuerpo joven y atlético de Christian con una sonrisa que dejaba a las claras la admiración que sentía por aquel muchacho, al que conocía desde que sus padres le llevaron a casa, tras su adopción.
Una jarra de zumo de limón, y un vaso, en una bandeja, depositó, Elena, en la mesa de jardín para que Christian saciara su sed, de vez en cuando. Llevaba un vestido ajustado con gran escote, y las hormonas del adolescente se disparaban con frecuencia.
Una mañana, Elena se le insinuó de tal manera que el chico no pudo evitar abalanzarse sobre ella, besándola y recorriendo su cuerpo con manos ansiosas. Ella lejos de rechazarle, le condujo hasta su habitación... hasta su cama ..., y allí Christian perdió su virginidad.
- Tienes que ser más responsable Christian., No puedes estar peleando constantemente con otros chicos. Debes acudir a clase. Tienes que estudiar. Debes crearte un porvenir. Acudir a la universidad, como Elliot, tu hermano....- le reñía Elena.
Todos esos consejos se los daba después de que hicieran el amor, de una forma brutal..., dura.... El señor Lincoln estaba de viaje, y no era especialmente cariñoso con su mujer en la intimidad, por lo que ella justificaba su infidelidad con aquel chico guapo , de cabellos cobrizos y ojos de un gris acerado que miraba escrutadoramente analizando tus pensamientos.
- Pero, es que no sé parar. Siento como ira y tengo que sacarla fuera como sea- replicaba Christian en su defensa
- Yo te enseñaré a canalizarla. Yo te enseñaré... Seré tu Ama, harás cuanto te ordene y serás Sumiso a mis deseos. Y cada vez que me desobedezcas, recibirás un castigo por ello... Pero también una recompensa
- ¿ Qué castigo recibiré ? - preguntaba Christian mientras acariciaba la mejilla de ella-, y ¿ cuál será la recompensa ?
- Mira...- Elena se dirigió hasta un baúl que cerraba con llave que después escondía en un lugar que sólo ella conocía. Extrajo de su interior una especie de fusta y un látigo de piel con pequeñas bolitas de plástico en su extremo-. Te azotaré hasta que te sometas a mí, ese será el castigo y la recompensa... me harás el amor hasta que yo te diga.
Encontraba especial placer cuando Elena enarbolando un látigo o la fusta, descargaba golpes sobre su juvenil espalda, que quedaba marcada.
-Te presentaré algunas chicas, que te harán pasar un buen rato y posiblemente llegues a ser su Amo, como yo lo soy ahora de ti. Llegarás a tener poder absoluto sobre ellas, que te obedecerán en todo lo que necesites para tu placer y bienestar.
Los ojos de Christian permanecían abiertos, tratando de asimilar todo lo que la señora Lincoln le explicaba detalladamente, mientras jugueteaba con los cabellos del muchacho. Durante seis años mantuvieron oculta esa relación, hasta que un día, el señor Lincoln lo descubrió.
Toda la comunidad de vecinos se extrañó cuando una noche sintieron voces alteradas y algunos golpes en casa de los Lincoln, y a la mañana siguiente pudieron ver a Elena con gafas de sol y una pequeña herida en la comisura de la boca. Al señor Lincoln no le volvieron a ver. Tiempo más tarde supieron que después de darla una paliza, se divorció de ella. No era una pareja muy unida, por lo que tampoco les extrañó. No trascendió el motivo, ni de la paliza , ni del divorcio.
- Carrick, estoy encantada con Christian. Menudo cambio ha dado desde que está trabajando. Ha mejorado sus notas y ya a penas se pelea. Tengo que llamar a Elena para agradecerle le haya facilitado el trabajo. Ha dado un cambio tremendo- decía Grace a su marido llena de orgullo por su hijo Christian, ignorantes de la relación existente entre él y Elena.
Pasó el tiempo. Elena era una mujer espléndida y Christian se había convertido en un hombre guapo, brillante e inteligente. Independizado totalmente de sus padres, había triunfado en los negocios, y en reconocimiento de los servicios prestados por Elena en su adolescencia, se asoció con ella, y juntos montaron una cadena de salones de belleza.
Después del divorcio de ella, sus relaciones fueron simplemente de socios, pero siempre se consultaban los problemas personales que pudieran tener. Elena se convirtió en la mejor amiga de Christian y él ..., en su esporádico amante.
Jenny, Daisy, Susan, Mary... Leila .... Hasta quince jóvenes fueron Sumisas de Christian, después de que su relación con Elena finalizara, pero a ninguna conservó por mucho tiempo
Reflexiones basadas en la narración del libro Cincuenta sombras de Grey, del por qué Christian se convirtió en Amo.
- ¡ Eh Christian, vaya derechazo le diste a Philip ! Ja, ja, ja, me revuelco por el suelo todavía cuando me acuerdo
- Así aprenderá el muy perro a no meterse conmigo. Ahora me tengo que ir. Mi madre me va a matar cuando se entere de que la he liado parda en el Instituto. Adiós muchachos
- Christian, estoy muy enfadada contigo. No paras de peleas, y mira en qué estado vienes- repetía Grace una y otra vez sin saber muy bien cómo actuar con su hijo de quince años-. Deberás buscarte un trabajo. Debes hacer algo útil... No puedes seguir así, dándonos disgustos un día sí y otro también...
Con unos vaqueros y una camiseta gastada, Christian Grey deambulaba por el barrio residencial en donde vivía con sus padres Carrick y Grace, y sus hermanos Elliot y Mia, la pequeña.. . Los tres son adoptados, y los tres son adorados por sus padres. Parado ante la puerta del chalet de los Lincoln observaba como unos obreros retiraban los escombros de la obra que acababan de realizar en la vivienda. Elena era amiga de su madre, por lo que se atrevió a avanzar hasta la puerta, para solicitar algún trabajo que le produjera algún beneficio, y de este modo no defraudar a su madre, a la que amaba, y a la que tenía preocupada por su comportamiento.
¿ Por qué era tan pendenciero, por qué continuamente buscaba pelea, por qué bebía?... No sabía explicarlo. Sólo en un remoto lugar de su memoria, unas imágenes borrosas le daban la clave mediante pesadillas que de vez en cuando, alteraban su sueño. No entendía el por qué se repetía, siempre la misma desde que era pequeño.
- Sra Lincoln, Elena ¿ Está por ahí?
- Aquí estoy Christian ¿ qué se te ofrece?
Ante los asombrados ojos de Christian, una bella, rubia, y erótica señora Lincoln apareció de improviso, mientras secaba sus manos con un alegre paño de cocina.
- ¡ Chico, qué mayor estás ya ! ¿ Cuántos años tienes ?
- Quince, señora
- ¡ Vaya , ya eres todo un hombrecito ! Tú madre ¿ está bien ? Hace mucho que no la veo. La llamaré cualquier día de estos para tomar café y charlar de nuestras cosas. Y ahora dime ¿ qué deseas?
- Venía a ofrecerme por si quiere que arregle su jardín. Necesito trabajar en algo...
- Bueno, pues ... el jardín está recién arreglado- decía mientras miraba a su alrededor buscando algo- Quizá... podrías ayudar a esos obreros. Se eternizarán sacando escombros. .. ¿ Te atreves con ello?
- Naturalmente que me atrevo. Soy fuerte
- Pues muy bien. Cuando quieras puedes empezar
Los servicios continuaron después de que todo quedó limpio de escombros. Cortaba el césped, limpiaba la piscina, ó simplemente acudía con Elena al supermercado.
Fué un verano especialmente caluroso. Christian se despojaba de la camisa para soportar la alta temperatura del jardín mientras pasaba la máquina al césped. Desde la ventana de la cocina, la señora Lincoln observaba el cuerpo joven y atlético de Christian con una sonrisa que dejaba a las claras la admiración que sentía por aquel muchacho, al que conocía desde que sus padres le llevaron a casa, tras su adopción.
Una jarra de zumo de limón, y un vaso, en una bandeja, depositó, Elena, en la mesa de jardín para que Christian saciara su sed, de vez en cuando. Llevaba un vestido ajustado con gran escote, y las hormonas del adolescente se disparaban con frecuencia.
Una mañana, Elena se le insinuó de tal manera que el chico no pudo evitar abalanzarse sobre ella, besándola y recorriendo su cuerpo con manos ansiosas. Ella lejos de rechazarle, le condujo hasta su habitación... hasta su cama ..., y allí Christian perdió su virginidad.
- Tienes que ser más responsable Christian., No puedes estar peleando constantemente con otros chicos. Debes acudir a clase. Tienes que estudiar. Debes crearte un porvenir. Acudir a la universidad, como Elliot, tu hermano....- le reñía Elena.
Todos esos consejos se los daba después de que hicieran el amor, de una forma brutal..., dura.... El señor Lincoln estaba de viaje, y no era especialmente cariñoso con su mujer en la intimidad, por lo que ella justificaba su infidelidad con aquel chico guapo , de cabellos cobrizos y ojos de un gris acerado que miraba escrutadoramente analizando tus pensamientos.
- Pero, es que no sé parar. Siento como ira y tengo que sacarla fuera como sea- replicaba Christian en su defensa
- Yo te enseñaré a canalizarla. Yo te enseñaré... Seré tu Ama, harás cuanto te ordene y serás Sumiso a mis deseos. Y cada vez que me desobedezcas, recibirás un castigo por ello... Pero también una recompensa
- ¿ Qué castigo recibiré ? - preguntaba Christian mientras acariciaba la mejilla de ella-, y ¿ cuál será la recompensa ?
- Mira...- Elena se dirigió hasta un baúl que cerraba con llave que después escondía en un lugar que sólo ella conocía. Extrajo de su interior una especie de fusta y un látigo de piel con pequeñas bolitas de plástico en su extremo-. Te azotaré hasta que te sometas a mí, ese será el castigo y la recompensa... me harás el amor hasta que yo te diga.
Encontraba especial placer cuando Elena enarbolando un látigo o la fusta, descargaba golpes sobre su juvenil espalda, que quedaba marcada.
Los ojos de Christian permanecían abiertos, tratando de asimilar todo lo que la señora Lincoln le explicaba detalladamente, mientras jugueteaba con los cabellos del muchacho. Durante seis años mantuvieron oculta esa relación, hasta que un día, el señor Lincoln lo descubrió.
Toda la comunidad de vecinos se extrañó cuando una noche sintieron voces alteradas y algunos golpes en casa de los Lincoln, y a la mañana siguiente pudieron ver a Elena con gafas de sol y una pequeña herida en la comisura de la boca. Al señor Lincoln no le volvieron a ver. Tiempo más tarde supieron que después de darla una paliza, se divorció de ella. No era una pareja muy unida, por lo que tampoco les extrañó. No trascendió el motivo, ni de la paliza , ni del divorcio.
- Carrick, estoy encantada con Christian. Menudo cambio ha dado desde que está trabajando. Ha mejorado sus notas y ya a penas se pelea. Tengo que llamar a Elena para agradecerle le haya facilitado el trabajo. Ha dado un cambio tremendo- decía Grace a su marido llena de orgullo por su hijo Christian, ignorantes de la relación existente entre él y Elena.
Pasó el tiempo. Elena era una mujer espléndida y Christian se había convertido en un hombre guapo, brillante e inteligente. Independizado totalmente de sus padres, había triunfado en los negocios, y en reconocimiento de los servicios prestados por Elena en su adolescencia, se asoció con ella, y juntos montaron una cadena de salones de belleza.
Después del divorcio de ella, sus relaciones fueron simplemente de socios, pero siempre se consultaban los problemas personales que pudieran tener. Elena se convirtió en la mejor amiga de Christian y él ..., en su esporádico amante.
Jenny, Daisy, Susan, Mary... Leila .... Hasta quince jóvenes fueron Sumisas de Christian, después de que su relación con Elena finalizara, pero a ninguna conservó por mucho tiempo
Reflexiones basadas en la narración del libro Cincuenta sombras de Grey, del por qué Christian se convirtió en Amo.
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La erótica señora Robinson
martes, 23 de julio de 2013
CINCUENTA SOMBRAS DE GREY: He mojado la cama( 50sombras)
l Origen de Grey es una historia que desvela las vivencias más significativos de la infancia de Christian Grey. Los momentos que que marcaron y definieron su caracter. Entra y descubre el origen de sus sombras.
Cuando abro mis ojos de nuevo, el sol ha vuelto.
Grace ya no está conmigo. No sé si tengo permiso para levantarme. No quiero que se enfade. No quiero desobedecerla.
La cama está mojada
Grace va a enfadarse. Mucho. Comienzo a llorar.
Lo he estropeado todo.
De pronto Carrick entra en la habitación. Quiero desparecer. Intento esconderme debajo de las sábanas. No sirve de nada. Antes de que me dé tiempo a taparme he visto cómo alcanzaba a verme.
Comienza a hablarme
“Hey, cariño, ¿por qué estás llorando?”
”Sólo vengo para despertarte. Así podremos desayunar juntos… en familia”.
Muevo la cabeza de un lado al otro. No quiero bajar. No quiero que se dé cuenta de lo que he hecho.
No consigo despegar la mirada de las sábanas.
“Tienes que comer, aunque sea un poco. Queremos que vengas con nosotros y nos acompañes.
¿Por qué estás llorando, hombrecito?”
Se acerca a la cama. Aprieto las sábanas con mis manos.
No quiero moverme. Me da miedo que vea que la cama está mojada y se enfade.
Cuando se sienta junto a mí noto que sabe por qué estoy llorando. Empiezo a llorar con más fuerza. Es como si pudiera escuchar los gritos.
Sin embargo, cuando empieza a hablar de nuevo su voz todavía es dulce y cariñosa.
“Christian, has mojado la cama, no pasa nada, seguramente estabas asustado”.
Mi cabeza sigue moviéndose para decir no, no quiero que se lo cuente a Grace, por favor. “
¿Es esto por lo que estabas llorando?
No pasa absolutamente nada, Christian, las lavaremos y pondremos otras nuevas y limpias. A veces pasa y no hay nada de qué preocuparse. Poco a poco te sentirás mejor y más relajado y dejarás de hacerlo”.
No me grita. No me pega. Se limita a sonreírme mientras me mira.
”Llamaré a la señora Touhey para que las cambie. Ella se ocupa de las tareas de la casa y tendrás las sábanas limpias cuando vuelvas a dormir esta noche. Venga, ¡vamos a comer!”
Se levanta y me espera en la puerta para que salga de la cama y le acompañe.
Nunca he tocado a Carrick pero ahora quiero hacerlo.
Cuando salimos de la habitación caminamos juntos, uno al lado del otro. Me acerco a él y toco sus dedos con los míos, como hice con Grace. Al notar mi mano se gira y me mira.
Espero que no se haya enfadado. Sonríe otra vez. Por si acaso retiro mi mano y sigo caminando.
De repente Carrick se detiene. Se agacha y acerca su mano a la mía. No llega a tocarme. La mantiene cerca pero alejada en el aire.
“Está bien”–me dice. Así que mirando fijamente a su mano voy acercando la mía poco a poco hasta que por fin nuestros dedos se tocan. No es suave ni tan delicada como las de Grace o mamá, pero es también una mano agradable. Es mucho más grande y no lleva ningún anillo como las manos de Grace.
Tiene también un reloj en la muñeca, muy pequeñito. Acerco mis dedos a él y lo toco. Es blando y duro a la vez.
“Es un reloj, Christian. Te dice la hora y la fecha. Así puedes ver cuánto tardas en hacer las cosas y saber en qué momento preciso del día estás”
Es muy bonito, me encanta y al sonreírle él sabe que me gusta.
“Podemos comprarte uno, si tú quieres, así tú también podrás llevarlo en la muñeca y saber la hora”.
Mi cabeza dice ¡Sí, sí!
Carrick parece feliz.
Se levanta y comienza a caminar de nuevo. Yo le sigo muy contento. Ahora sé seguro que no está enfadado por haber mojado la cama.
Elliot y Grace están comiendo en la mesa y Elliot no para de hablar mientras corta la comida de su plato.
Mami me habló una vez sobre la escuela y me dijo que algún día me dejaría ir. Me dijo también que todas las niñas y los niños van a la escuela a aprender cosas nuevas. Mami decía que yo era muy listo.
Creo que me gustaría ir a la escuela. Me gustaría ir con Grace y Elliot. Me gustaría aprender cosas nuevas como Elliot. Elliot sí va a la escuela.
Grace me mira. Parece feliz por verme entrar sonriendo.
“Siéntate aquí, cariño. Tenemos gofres, bacon, huevos y zumo para ti”.
Nunca antes he comido esas cosas, pero cuando me subo a la silla y veo la comida en la mesa parece deliciosa. Mi estómago empieza a hacer ruido. Tengo muchísima hambre.
“¿A ti también te gustan los gofres? A mí me encantan con sirope y mantequilla”- me dice Elliot. Veo que tiene el plato ya casi vacío.
Me está mirando fijamente y me pongo nervioso porque no sé qué es lo que debo hacer. De repente salta de su silla y se sienta en la silla vacía que está más cerca de mí. No me asusto. Elliot ya no me da miedo.
Coge mi plato con la comida, lo pone delante de él. Me pregunto si va a comérselo y dejarme sin desayuno.
“Mira”- me dice, “debes cortarlo en trocitos pequeñitos que te quepan en la boca. Después pones sirope por encima, un trocito de mantequilla y te lo comes. Así”.
Miro cómo lo hace. Seguro que Grace le enseñó cómo hacerlo cuando era pequeño como yo.
Aparta el plato con la comida y lo coloca delante de mí. Otra vez.
Cojo el palito plateado para pinchar un trocito de los que ha preparado y lo pongo en mi boca. Intento no levantar la mirada del plato. Puedo notar cómo todos están mirándome.
¡Está buenísimo! Mi estómago vuelve a hacer ruido. Creo que está contento y quiere más. “¿No son los mejores gofres que has comido nunca, Christian?”- Elliot parece muy feliz y me sonríe. Le sonrío a él porque también lo estoy.
“Prueba el bacon y los huevos también, pero bebe un poco de zumo antes”. Me ayuda a poner el zumo en un vaso más pequeño y los huevos y el bacon al lado de los gofres.
Está todo delicioso así que digo que si con la cabeza para que él también sepa que me encanta este desayuno.
Pincho otro trozo y lo pongo de nuevo en mi boca.
“Mastica bien, sino te atragantarás y empezarás a toser”.
Elliot sabe muchísimo. Me pregunto si es muy mayor. Miro la mano que tiene apoyada encima de la mesa y parece igual que la mía. Acerco poco a poco la mía hasta la suya para tocarla y saber si es suave o no. Él se queda muy quieto. Puedo notar que es delicada como la de Grace.
“Me gustas, Christian, me alegra mucho tenerte como hermano”- me dice sin apartar sus dedos de los míos.
Sonrío. No sabía que yo era un hermano. No entiendo qué es lo que significa, pero veo que eso le hace feliz . Nunca antes había visto a alguien igual de pequeño que yo, aunque realmente él es un poco más grande. No tan grande como Grace o Carrick, solamente más grande que yo.
Miro a Grace y Carrick. Ya no me miran. Están usando palabras entre ellos. No sé si Carrick le ha contado a Grace lo que ha ocurrido esta noche pero los dos parecen muy contentos. ¿Estarán contentos porque me gusta el desayuno?
“He de irme a la escuela, pero si quieres cuando vuelva a casa podríamos ver juntos la televisión ¡o jugar a fútbol en el jardín!” Sé que la televisión está en mi cuarto, porque ayer Grace me la enseñó, pero no sé qué significa fútbol.
No me importa.
Sea lo que sea el fútbol, se seguro que querré jugar con él.
Le digo que sí con la cabeza. Me sonríe feliz.
Por un momento me parece como sí hacer feliz a la gente no fuera algo difícil.
Quiero que me quieran y que eso les haga felices a los tres. A Carrick, a Grace y a Elliot.
Elliot baja de la silla.
Yo sigo comiéndome los trocitos que él me ha cortado en el plato. Bebo zumo entre trozo y trozo para no atragantarme, tal y como Elliot me ha explicado.
“La señora Touhey ya está afuera. Elliot, no la hagas esperar”- dice Grace.
Elliot coge una mochila. Una igual que la que Grace usó para poner mis cosas y traerlas a esta casa.
Grace les da un beso a los dos. A Carrick y a Elliot. Se acerca a mí y me coge de la mano. Grace y yo nos quedamos mirando como Carrick y Elliot se van.
“Hasta luego”- dice Elliot mientras corre hacía la señora Touhey.
“Hasta pronto, Elliot” pienso para mí mismo.
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He mojado la cama
lunes, 22 de julio de 2013
CINCUENTA SOMBRAS DE GREY:Jack, hematoma , palitos de luz, Pajarito (50sombras)
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" Jack me agarra fuerte de un brazo y me saca de la cama ..." |
Cuando me despierto, estoy en la cama.
No tengo ni idea de cómo llegué hasta aquí y de repente me doy cuenta que Grace no está. Ya la echo de menos.
Jack está de pie justo delante de mi cama y está mirándome fijamente. Parece muy enfadado y tiene una mirada realmente mezquina.
Me voy escurriendo debajo de las sábanas para que deje de mirarme así, no quiero verle.
“¿A dónde te llevó?” – Supongo que Jack debe referirse a Grace, porque no dice ningún nombre. Bajo la sábana para mirarlo, pero solamente un poquito porque Jack me da mucho miedo y no estoy seguro de que quiero que me vea.
“¿Todavía no quieres hablar?” Ahora tengo todavía más miedo porque me parece que se está enfadando al no contestarle. Quiero que se vaya y me deje solo.
Quiero gritar y que así se marche. En lugar de eso, me saca la sábana de un tirón y me agarra del brazo muy fuerte para sacarme de la cama. Me empuja y me golpeo el pecho con el suelo. Me duele mucho y ni siquiera me suelta el brazo.
“Grace cree que eres un chico normal y que te gustan las camas, pero yo sé que no. Tú eres raro, eres diferente. Ella debería quererme a mí y llevarme a mí a la cama” ¿Llevarse a Grace a la cama?
Jack aprieta su mano tan fuerte que me doy cuenta que ya ni siquiera noto el brazo.
En mi garganta empieza a oírse un ruido pero de golpe se oye otra voz más fuerte.
“¡Jack!” Los gritos me asustan todavía más. Me asustan tanto que empiezo a llorar. Jack me suelta dándome otro empujón y me tapo rápidamente la cara, porque sigo llorando y solo quiero escapar.
“¿Qué está pasando aquí?” Se escucha otra voz, pero yo no quiero mirar. Todavía tengo mucho miedo.
Tumbado en el suelo empiezo a oír cómo Jack está gimiendo y aún sin mirarlo sé que ha empezado a llorar él también.
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" ¡ Oh, cariño ¿ qué ha pasado ? ... |
“Oh, cariño,” ¡Es Grace! Se arrodilla al lado mío, “¿qué ha pasado?”. Me cuesta moverme porque aún tengo mucho miedo, así que sigo quieto mientras mis lágrimas continúan cayendo sin parar.
Jack le dice a Grace que yo he intentado pegarle. Siento como si alguien me hubiera tapado la boca y no puedo casi ni respirar.
Intento tranquilizarme, me siento y la miro y veo que está muy triste por haber escuchado el comentario de Jack.
“¿Por qué has querido pegarle?”- La miro pero no puedo ni moverme. Yo no quería pegarle… ¿es que acaso él ha pensado que sí?
Jack sigue llorando y le muestra a mamá el lugar dónde dice que le he pegado. No entiendo nada… yo no le he pegado.
Me doy la vuelta, estoy tan furioso que le doy un puñetazo a la cama y siento muchísimo dolor en la mano.
Grace hace un ruido muy raro, coge mi puño y vuelvo a ponerme a llorar mientras intento soltarme.
“Sé que es muy frustrante que no puedas hablar, pero necesito sabér qué ha pasado, Christian. No pegues a las cosas, terminarás haciéndote daño tú”.
Me parece que ahora ella también está asustada y me habla muy cerca y flojito para que solamente yo pueda oírla. “Está bien, cariño ¿por qué has pegado a Jack?”
Intento de nuevo pegar a la cama, pero ella me sujeta el puño y me lo impide. “¿Le has pegado?” La miro y mi cabeza grita ¡No! y empiezo a llorar otra vez. Solamente quiero que ella me entienda.
Grace parece muy triste, pero muy enfadada a la vez. Mira a Jack y me mira de nuevo a mí. “Voy a llevarte de vuelta a casa esta misma noche. Ya no hay ningún motivo para que sigas quedándote aquí”.
La miro fijamente. No entiendo nada. Ella se levanta y me suelta. “Voy a llamar a alguien, acompáñame afuera”.
Grace se queda quieta hasta que yo me levanto y los dos salimos juntos de la habitación. Jack me mira muy enfadado mientras paso a su lado así que giro la cabeza rápidamente y vuelvo a mirar solo a Grace.
Ella coge una cajita oscura y empieza a pulsar unos botones. Lo miro, me encantaría tocarlo a mí también. “Se llama teléfono móvil, cariño. Lo utiliza la gente para comunicarse con otras personas que tienen otro teléfono”.
Grace comienza a hablar al teléfono y no sé muy bien qué está diciendo. Me duele mucho la mano, pero todavía me duele el brazo por culpa de Jack. Quiero tumbarme y descansar. Me encantaría encontrar a mamá y tumbarme a su lado, y dormirme tranquilamente con ella. Pero sé que ella no me dejaría. Ella siempre dice que no le dejo dormir bien y descansar.
“Él necesita que alguien le cuide, que le ayude, que le quieran y estará bien. Aquí no está recibiendo todas esas cosas, estamos perdiendo el tiempo y creo que incluso dañándolo más”.
Grace habla muy alto, tan alto que me asusta otra vez, así que retrocedo y me encojo, asustado. Ella me ve y rápidamente se arrodilla junto a mí y sonríe dulcemente. “No estoy enfadada contigo, Christian, no te preocupes, todo saldrá bien” – Se levanta, se gira y vuelve a hablar por teléfono.
“Si algún miembro de la familia reaccionara y quisiera poner algún impedimento, yo me encargaré de ello. Pero ahora, por el momento, lo que Christian necesita es estabilidad, una casa y una familia, no solamente un lugar donde poder dormir. El chico está muy asustado, llora mucho, ¿crees que está pasando por una buena situación?” Pienso que –el chico- soy yo.
Al hablar, Grace mueve mucho el brazo que no sostiene el teléfono. Me acerco con cuidado hacia ella y le cojo el dedo para tranquilizarla. Al instante me doy cuenta que su cara ha cambiado, y ahora parece que ella también tiene ganas de llorar.
Después de unos segundos en los que no dice nada y parece que está escuchando buenas noticias vuelve a hablar. “Gracias, muchísimas gracias, Linda. Mañana hablaremos de nuevo, te lo llevaré al mediodía”. El teléfono vuelve a estar en sus pantalones y parece muy feliz: “Vas a venirte a casa conmigo esta noche Chistian”.
Estoy muy feliz y me gustaría poder decírselo, así que sonrío de la misma manera que ella lo está haciendo ahora mismo.
“Vamos a recoger tus cosas y nos marchamos para casa, se está haciendo tarde”. Mi boca se abre de golpe y empieza a salir aire. No puedo cerrarla. Grace empieza a reír, “Exactamente lo que estaba yo pensando me dice, ”pero se supone que debes cubrirte la boca cuando bostezas”.
¿Bostezas? Ella vuelve de nuevo a la habitación de Jack y yo la sigo y escucho cómo le cuenta a su madre lo que ha pasado por teléfono. La mujer parece feliz, debe ser que no le gusto.
“¿Ya se va?” Jack parece triste por la noticia, pero no lo entiendo. Yo pensaba que Jack no me quería.
“¡No quiero que se marche!”. Jack empieza a llorar, corre hacia mí y yo retrocedo a toda prisa. Creo que viene a abrazarme y una voz en mi cabeza no para de gritarle: ¡No!
“Jack, déjalo tranquilo, él no quiere que le toques. Puedes despedirte de él desde donde estás, sin tocarle” –le dice Grace y parece que eso le enfurece mucho. Jack frena en seco y puedo ver en su mirada otra vez su enfado, puedo ver cómo me odia en sus ojos.
“Adiós” y se marcha a la otra habitación. Miro a la mamá de Jack y a Grace, que ha comenzado a recoger mis cosas y ponerlas muy ordenadas en mi bolsa. Por último coge a Car, Sun y Blankie para que los lleve en la mano y se despide de la madre de Jack antes de que salgamos juntos por la puerta.
“Adiós, pajarito”- dice la señora. La miro a la cara y le sonrío, porque no sé ninguna otra manera de poder despedirme.
Me subo al coche y Grace me ayuda a cerrar la puerta. Al sentarme puedo notar otra vez cómo me duele el pecho y me pregunto si será por el golpe que me ha dado Jack y que me ha hecho caerme al suelo.
Algún día tendré que usar palabras, sé que tarde o temprano lo necesitaré. Grace dijo que era frustrante, pero no sé si eso es realmente lo que yo siento. Nadie lo entiende, nadie me entiende del todo a mí. Estiro el brazo para tocar a Grace pero está demasiado lejos y el cinturón no me deja moverme. Hago un ruido para llamar su atención y en seguida para el coche y se da la vuelta para mirarme.
“¿Qué te ocurre, cariño?” Yo continúo callado y tan solo me quedo mirándola, porque no sé qué me pasa. No puedo dejar de estar triste y el pecho me duele muchísimo, cada vez más. Me llevo la mano al pecho y le señalo dónde me duele, esperando que ella pueda entenderme así. Grace se pone triste de nuevo, se gira, apaga el coche y abre la puerta para salir de él y venir a mi lado por la puerta de atrás.
“¿Qué te pasa, mi niño? ¿Te duele el pecho? Déjame ver”. Se acerca para verme mejor pero me asusta porque está muy cerca y yo me aprieto para atrás en el asiento del coche.
“De acuerdo, bien, desabróchate la camisa y muéstrame dónde te duele. No tengas miedo, no voy a tocarte”. La verdad es que es muy difícil, me cuesta mucho desabrocharme yo solo todos los botones, pero por fin me abro la camisa y ella puede verme el pecho descubierto.
“Ah, ya veo. Tienes un pequeño moretón justo aquí” – me dice señalándome el lugar, pero sin tocarme “ese es el motivo de que sientas dolor. En casa te daré un poco de hielo para que te sientas mejor”.
Grace continúa mirándome y al agachar la cabeza me doy cuenta que ella está mirando las marcas que me han dejado los palitos luminosos, así que me tapo rápidamente con la camisa otra vez. No quiero que me mire más. “Está bien que la gente pueda verse, no pasa nada” – me dice mientras sonríe y cierra la puerta con cuidado al salir del coche para volver a conducir.
El coche se mueve entonces durante mucho rato y los dos estamos callados, hasta que por fin llegamos a un edificio y se para. Me ayuda a salir del coche y una vez fuera puedo ver la casa; es enorme.
De repente, algo hace ruido detrás de la verja, un ruido muy fuerte que nunca antes he escuchado. Me asusto muchísimo y vuelvo corriendo al coche, pero la puerta está cerrada ya. La cosa que ha hecho el ruido aparece de pronto, camina sobre los pies y las manos, es muy peludo y tiene unos dientes gigantes. Cierro los ojos y pienso que se vaya, que no quiero verlo tan cerca de mí.
“Christian, cariño, es solamente un perro. Está ladrando para saludarte, eso es todo, no debes temerlo. A Elliot le encanta el perro de nuestros vecinos, nunca hace daño a nadie”.
Intento de nuevo pegar a la cama, pero ella me sujeta el puño y me lo impide. “¿Le has pegado?” La miro y mi cabeza grita ¡No! y empiezo a llorar otra vez. Solamente quiero que ella me entienda.
Grace parece muy triste, pero muy enfadada a la vez. Mira a Jack y me mira de nuevo a mí. “Voy a llevarte de vuelta a casa esta misma noche. Ya no hay ningún motivo para que sigas quedándote aquí”.
La miro fijamente. No entiendo nada. Ella se levanta y me suelta. “Voy a llamar a alguien, acompáñame afuera”.
Grace se queda quieta hasta que yo me levanto y los dos salimos juntos de la habitación. Jack me mira muy enfadado mientras paso a su lado así que giro la cabeza rápidamente y vuelvo a mirar solo a Grace.
Ella coge una cajita oscura y empieza a pulsar unos botones. Lo miro, me encantaría tocarlo a mí también. “Se llama teléfono móvil, cariño. Lo utiliza la gente para comunicarse con otras personas que tienen otro teléfono”.
Grace comienza a hablar al teléfono y no sé muy bien qué está diciendo. Me duele mucho la mano, pero todavía me duele el brazo por culpa de Jack. Quiero tumbarme y descansar. Me encantaría encontrar a mamá y tumbarme a su lado, y dormirme tranquilamente con ella. Pero sé que ella no me dejaría. Ella siempre dice que no le dejo dormir bien y descansar.
“Él necesita que alguien le cuide, que le ayude, que le quieran y estará bien. Aquí no está recibiendo todas esas cosas, estamos perdiendo el tiempo y creo que incluso dañándolo más”.
Grace habla muy alto, tan alto que me asusta otra vez, así que retrocedo y me encojo, asustado. Ella me ve y rápidamente se arrodilla junto a mí y sonríe dulcemente. “No estoy enfadada contigo, Christian, no te preocupes, todo saldrá bien” – Se levanta, se gira y vuelve a hablar por teléfono.
“Si algún miembro de la familia reaccionara y quisiera poner algún impedimento, yo me encargaré de ello. Pero ahora, por el momento, lo que Christian necesita es estabilidad, una casa y una familia, no solamente un lugar donde poder dormir. El chico está muy asustado, llora mucho, ¿crees que está pasando por una buena situación?” Pienso que –el chico- soy yo.
Al hablar, Grace mueve mucho el brazo que no sostiene el teléfono. Me acerco con cuidado hacia ella y le cojo el dedo para tranquilizarla. Al instante me doy cuenta que su cara ha cambiado, y ahora parece que ella también tiene ganas de llorar.
Después de unos segundos en los que no dice nada y parece que está escuchando buenas noticias vuelve a hablar. “Gracias, muchísimas gracias, Linda. Mañana hablaremos de nuevo, te lo llevaré al mediodía”. El teléfono vuelve a estar en sus pantalones y parece muy feliz: “Vas a venirte a casa conmigo esta noche Chistian”.
Estoy muy feliz y me gustaría poder decírselo, así que sonrío de la misma manera que ella lo está haciendo ahora mismo.
“Vamos a recoger tus cosas y nos marchamos para casa, se está haciendo tarde”. Mi boca se abre de golpe y empieza a salir aire. No puedo cerrarla. Grace empieza a reír, “Exactamente lo que estaba yo pensando me dice, ”pero se supone que debes cubrirte la boca cuando bostezas”.
¿Bostezas? Ella vuelve de nuevo a la habitación de Jack y yo la sigo y escucho cómo le cuenta a su madre lo que ha pasado por teléfono. La mujer parece feliz, debe ser que no le gusto.
“¿Ya se va?” Jack parece triste por la noticia, pero no lo entiendo. Yo pensaba que Jack no me quería.
“¡No quiero que se marche!”. Jack empieza a llorar, corre hacia mí y yo retrocedo a toda prisa. Creo que viene a abrazarme y una voz en mi cabeza no para de gritarle: ¡No!
“Jack, déjalo tranquilo, él no quiere que le toques. Puedes despedirte de él desde donde estás, sin tocarle” –le dice Grace y parece que eso le enfurece mucho. Jack frena en seco y puedo ver en su mirada otra vez su enfado, puedo ver cómo me odia en sus ojos.
“Adiós” y se marcha a la otra habitación. Miro a la mamá de Jack y a Grace, que ha comenzado a recoger mis cosas y ponerlas muy ordenadas en mi bolsa. Por último coge a Car, Sun y Blankie para que los lleve en la mano y se despide de la madre de Jack antes de que salgamos juntos por la puerta.
“Adiós, pajarito”- dice la señora. La miro a la cara y le sonrío, porque no sé ninguna otra manera de poder despedirme.
Me subo al coche y Grace me ayuda a cerrar la puerta. Al sentarme puedo notar otra vez cómo me duele el pecho y me pregunto si será por el golpe que me ha dado Jack y que me ha hecho caerme al suelo.
Algún día tendré que usar palabras, sé que tarde o temprano lo necesitaré. Grace dijo que era frustrante, pero no sé si eso es realmente lo que yo siento. Nadie lo entiende, nadie me entiende del todo a mí. Estiro el brazo para tocar a Grace pero está demasiado lejos y el cinturón no me deja moverme. Hago un ruido para llamar su atención y en seguida para el coche y se da la vuelta para mirarme.
“¿Qué te ocurre, cariño?” Yo continúo callado y tan solo me quedo mirándola, porque no sé qué me pasa. No puedo dejar de estar triste y el pecho me duele muchísimo, cada vez más. Me llevo la mano al pecho y le señalo dónde me duele, esperando que ella pueda entenderme así. Grace se pone triste de nuevo, se gira, apaga el coche y abre la puerta para salir de él y venir a mi lado por la puerta de atrás.
“¿Qué te pasa, mi niño? ¿Te duele el pecho? Déjame ver”. Se acerca para verme mejor pero me asusta porque está muy cerca y yo me aprieto para atrás en el asiento del coche.
“De acuerdo, bien, desabróchate la camisa y muéstrame dónde te duele. No tengas miedo, no voy a tocarte”. La verdad es que es muy difícil, me cuesta mucho desabrocharme yo solo todos los botones, pero por fin me abro la camisa y ella puede verme el pecho descubierto.
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Palito de luz |
“Ah, ya veo. Tienes un pequeño moretón justo aquí” – me dice señalándome el lugar, pero sin tocarme “ese es el motivo de que sientas dolor. En casa te daré un poco de hielo para que te sientas mejor”.
Grace continúa mirándome y al agachar la cabeza me doy cuenta que ella está mirando las marcas que me han dejado los palitos luminosos, así que me tapo rápidamente con la camisa otra vez. No quiero que me mire más. “Está bien que la gente pueda verse, no pasa nada” – me dice mientras sonríe y cierra la puerta con cuidado al salir del coche para volver a conducir.
El coche se mueve entonces durante mucho rato y los dos estamos callados, hasta que por fin llegamos a un edificio y se para. Me ayuda a salir del coche y una vez fuera puedo ver la casa; es enorme.
De repente, algo hace ruido detrás de la verja, un ruido muy fuerte que nunca antes he escuchado. Me asusto muchísimo y vuelvo corriendo al coche, pero la puerta está cerrada ya. La cosa que ha hecho el ruido aparece de pronto, camina sobre los pies y las manos, es muy peludo y tiene unos dientes gigantes. Cierro los ojos y pienso que se vaya, que no quiero verlo tan cerca de mí.
“Christian, cariño, es solamente un perro. Está ladrando para saludarte, eso es todo, no debes temerlo. A Elliot le encanta el perro de nuestros vecinos, nunca hace daño a nadie”.
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"Algo me asusta. Es grande peludo y tiene dientes enormes" ... |
Abro los ojos lentamente y lo miro. Aún estoy asustado, aunque ha dejado de hacer el ruido de antes. La verdad es que ahora ya no parece malo. Ahora está muy oscuro y ni siquiera puedo verlo realmente bien, pero quizás con luz pueda verlo mejor y saber bien cómo es.
Grace abre el maletero y saca la bolsa que lleva mis cosas. Se dirige hacia la casa y yo la sigo, intentando ver cómo es este lugar.
Es una casa muy grande, con habitaciones grandes y grandes escaleras. La verdad es que todo lo que hay en la casa es grande también. Grace continúa caminando y yo la sigo, procurando no separarme de ella, porque no quiero quedarme solo. Sube unas escaleras y abre la puerta de otra habitación enorme. “Esta es tu habitación, empezamos a prepararla para ti hace algunas semanas, cuando decidimos que te vendrías a vivir a nuestra casa”.
Grace parece muy feliz pero yo no la entiendo. ¿Mi habitación?
“Esta cama es tuya, tiene cohetes en las sábanas. Además hemos puesto ropa para ti en los cajones y la lamparita de la mesa estará encendida toda la noche. Así no tendrás miedo de quedarte a oscuras y podrás ver. Aquí hay también una televisión y si quieres ver algo solo pregúntame y te enseñaré cómo funciona. Puedes poner tus coches en la mesa, si quieres y también puedes dejar la televisión encendida toda la noche. Aquí puedes hacer todo lo que quieras, cariño, es tu habitación”.
Miro alrededor para observar todos los regalos que me ha dejado en el cuarto; hay libros en los que me dice que puedo pintar, hay lápices de colores y muchas cosas más. Ni siquiera sé qué debo hacer con tantas cosas.
“¿Quieres un snack?” Odio que me digan cosas que no entiendo. ¿Snack?
Quiero decirle que no he entendido lo que me ha dicho y pongo mala cara y creo que ella me entiende, porque en seguida me dice:“Un snack es algo para comer, como por ejemplo antes de irte a la cama. A Elliot le gusta tomarse un vaso de leche con chocolate y una cookie.
Grace no espera mi respuesta, porque no sé qué ni cómo contestarle, así que se marcha de la habitación dejándome solo.
Miro la pared, miro todas las cosas que hay en la habitación y no sé qué hacer. Todo es nuevo y diferente para mí, me entran muchas ganas de llorar otra vez, pero enseguida aparece de nuevo Grace con una taza y una cosa más que no sé qué es.
“Esto es una galleta con trocitos de chocolate y en la taza hay leche con chocolate deshecho. A Elliot le encanta y estoy segura que a ti también te gustará”.
¿Dónde estarán Elliot y Carrick?
Cojo las cosas que me ha dado Grace y las miro lentamente y decido probar un poco de leche, porque tengo mucha sed.
¡Está muy buena!
La galleta es dulce y tan deliciosa que me la como entera de tres mordiscos. Grace se ríe y del susto se me cae un poco de leche en la camiseta. Levanto los ojos con miedo, pensando que va a enfadarse por haber ensuciado la ropa, pero sin embargo me mira y sonríe cariñosa. “Está bien, todo el mundo derrama algo alguna vez. Cuando te pongas el pijama la lavaré y no habrá ningún problema. ¿Te ha gustado?
En mi interior mi cabeza dice ¡Sí! Y ella recoge las cosas y las deja en la mesa. Se acerca a uno de los cajones que me ha señalado antes y al abrirlos se pone a buscar algo de ropa.
Al cabo de un rato cierra el cajón, se gira hacia mí y me acerca un unos pantalones y una camiseta muy suaves y blanditos. “Ponte el pijama y dame la ropa que llevas para que pueda lavártela”. Grace se queda enfrente mirándome mientras me cambio, así que aunque me esfuerzo creo que no puedo ocultarle las marcas que tengo en la piel.
La ropa nueva es muy calentita y suave y de repente siento todo el cansancio de golpe. Grace recoge la ropa usada. “Ves a probar tu nueva cama, yo enchufaré la televisión”.
La televisión es una caja con un cristal y de pronto se enciende. Aparece un perro como el que he visto en el jardín y está con otros animales. Algunos de ellos los reconozco, porque mami me habló sobre ellos. “Se apagará sola de aquí un rato, tú solamente descansa e intenta dormir”.
Subo de un salto a la cama y me meto rápidamente debajo de las sábanas, que son iguales a las de la casa de Jack, pero de otro color. Grace apaga la luz más fuerte y la pequeñita sigue brillando, justo como me ha dicho que haría.
“Mañana, cuando sea de día, te enseñaré el resto de la casa. El cuarto de baño está justo al salir de la habitación y mi habitación y la de Elliot están solo unas puertas más allá. Dejaré mi puerta abierta y puedes venir a buscarnos tanto a Carrick como a mí, cuando quieras. La puerta de Elliot está siempre cerrada, a él le gusta así. Creo que ahora mismo están ya los dos en la cama, porque es muy tarde”.
Se acerca y me tapo la cara rápidamente con la almohada. “Duerme bien, vale, Christian?” Creo que quería darme un beso, pero no lo hace y se marcha dejando la puerta entreabierta.
Me quedo yo solo en el cuarto y el perro en la televisión.
La televisión es una caja con un cristal y de pronto se enciende. Aparece un perro como el que he visto en el jardín y está con otros animales. Algunos de ellos los reconozco, porque mami me habló sobre ellos. “Se apagará sola de aquí un rato, tú solamente descansa e intenta dormir”.
Subo de un salto a la cama y me meto rápidamente debajo de las sábanas, que son iguales a las de la casa de Jack, pero de otro color. Grace apaga la luz más fuerte y la pequeñita sigue brillando, justo como me ha dicho que haría.
“Mañana, cuando sea de día, te enseñaré el resto de la casa. El cuarto de baño está justo al salir de la habitación y mi habitación y la de Elliot están solo unas puertas más allá. Dejaré mi puerta abierta y puedes venir a buscarnos tanto a Carrick como a mí, cuando quieras. La puerta de Elliot está siempre cerrada, a él le gusta así. Creo que ahora mismo están ya los dos en la cama, porque es muy tarde”.
Se acerca y me tapo la cara rápidamente con la almohada. “Duerme bien, vale, Christian?” Creo que quería darme un beso, pero no lo hace y se marcha dejando la puerta entreabierta.
Me quedo yo solo en el cuarto y el perro en la televisión.
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