Fue el rey del “landismo”, por supuesto. Pero también un actor mayúsculo capaz de emocionar hasta la lágrima en 'Los Santos Inocentes' o 'Sinatra', y de ejercer de tipo duro en las dos partes de 'El Crack'. Humorista de enjundia, curtido en los escenarios y en decenas de comedias que conectaron con el público de forma envidiable, Alfredo Landa (Pamplona, 1933) fue y será uno de los rostros más queridos de nuestro cine. Hoy ha fallecido, a los 80 años de edad.