El páramo (VesCine)
Dirección: Jaime Osorio Márquez
Guión: Jaime Osorio Márquez
Producción: Steven Grisales
Fotografía: Alejandro Moreno
Montaje: Felipe Guerrero y Sebastían Hernández
FICHA ARTÍSTICA:
Teniente Sánchez: Mauricio Navas
Sargento Ramírez: Andrés Castañeda
Cabo Cortés: Alejandro Aguilar
Ponce: Juan Pablo Barragán
Ramos: Juan David Restrepo
Fiquitiva: Nelson Camayo
Robledo: Julio César Valencia
Parra: Mateo Estivel
Arango: Andrés Felipe Torres
Mujer: Daniela Catz
Argumento:
Después de enviar a nueve soldados
veteranos a una base militar situada en un páramo colombiano, sus jefes
pierden todo contacto con ellos, por lo que temen que puedan haber sido
víctimas de un ataque de la guerrilla. Cuando los soldados llegan a su
destino, sólo encuentran a una joven campesina encadenada. Poco a poco,
el aislamiento y la imposibilidad de comunicarse con el exterior va
haciendo mella en su ánimo y alterando su cordura. En ese estado, ya no
saben quién es el enemigo ni cuál es la verdadera naturaleza de la
extraña mujer que han encontrado. Presos del temor, la paranoia y de un
oscuro secreto que arrastran, acabarán enfrentándose entre sí para poder
sobrevivir.
El páramo es un
gran ejemplo de lo que se puede llegar a hacer con poco dinero. No es
la película más perfecta, pero sorprende y funciona por momentos.
Además, rara es la vez que podemos ver algo de cine colombiano por estos
lares.
Para empezar, sorprende la mezcla de
géneros. Al comienzo parece que nos encontramos frente a una película
bélica, que se va convirtiéndo en una cinta de terror con tintes
paranormales. Aunque, a los que estén acostumbrados a este tipo de cine
no les costará encontrar los trucos – una niebla espesa que lo inunda
todo y no nos deja ver nada, un personaje femenino tenebroso, paranoia –
lo cierto es que la realización está muy bien conseguida y, la mayor
parte del tiempo cumple su propósito, consiguiendo crear tensión a pesar
de que no pase absolutamente nada en toda la película. El final peca
bastante de predecible, pero lo cierto es que el respingo en el asiento
no te lo quita nadie.
En fin, un producto para curiosos más que
otra cosa, pero una buena muestra de se pueden hacer cosas interesantes
y resultonas con poco dinero, incluso en géneros como el terror.
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