El Cine

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sábado, 31 de agosto de 2013

CHRISTIAN GREY Y ANASTASIA 2 (1996celta)/CASTIGOS Y ALARMAS

 
(  Texto basado en la obra original Cincuenta sombras  de Grey )
 
 
 
Hemos terminado de cenar el exquisito menú,  en la cubierta. La brisa marina es deliciosa. Degustando el postre, se me viene una idea a la memoria que desde hace tiempo deseo averiguar su significado
- Christian ¿ por qué siempre me trenzas el cabello cuando vamos hacer el amor?
- Nena, porque no quiero que se te enganche en ningún lado.
 
Automáticamente su gesto cambia.  Se vuelve más concentrado y mira fijamente a la cucharilla sin introducirla en el postre.  Pienso que es por algún recuerdo infantil. Me duele que esos recuerdos le alteren de tal manera, y decido cambiar de conversación. Espero a que el camarero retire los platos y le pregunto
 
- ¿ Por qué esta tarde... antes de..., bueno ya sabes..., me dijiste que no fuera al lavabo?
- ¿ Quieres saberlo?
- Si, claro- le respondo
- Nena, cuanto más llena tengas la vejiga, más intenso será el orgasmo
 
Carraspeo y miro hacia otro lado. A pesar de que sea mi marido y hayamos tenido vida en común desde hace tiempo, siempre me turba hablar de estos temas con él. Nunca intuyo lo que puede significar una determinada cosa.  No tengo ninguna experiencia, y él la tiene toda.
 
- ¿ Qué quieres hacer esta noche ?- me dice mientras me coge la mano y acaricia los nudillos y yo bebo lentamente la copa de vino que aún conservo en la mesa
- No sé -, le respondo- lo que tú quieras
- Yo sé lo que quiero hacer. Ven conmigo
 
Apura el último sorbo de su copa, me toma de la mano y me conduce hasta el salón principal del yate. Busca en su iPad, y pone una música con ritmo latino. Me toma por la cintura y comenzamos a bailar. Es un magnífico bailarín, tiene ritmo . Yo le sigo y es como si yo también supiera bailar .  Lo hace así de fácil.  Pienso que quizá se acuerde de la señora Robinson, ya que fue ella quién le enseño , y he de reconocerlo hizo un buen trabajo.  No la ha vuelto a mencionar y hasta mis oídos llegaron que su relación comercial, también había terminado.
 
Se sabe la letra de la canción y acompaña al cantante recitándola bajito a mi oído La canción me suena de haberla escuchado antes, pero no la identifico. Cuando se está acabando, la estrofa dice " echaré de menos tu amor", y Christian haciendo suya la letra me repite mirándome, envolviéndome,  en esa mirada suya tan especial
 
- Yo haría más que echarte de menos - me repite al tiempo que deposita un beso cerca de mi oído.
 
Me inclina hacia atrás como final del baile, y al levantarme me besa fugazmente
 
- ¿ Quieres venir a la cama ? - me dice  suavemente
-Si Christian, quiero irme contigo, siempre
 
Sé que es su forma de pedirme perdón, por el castigo dado y por la discusión mantenida a cuenta de los chupetones.
 
 
 
Me despierto cuando los rayos del sol me dan de pleno en la cara. paso mi brazo por el sitio de Christian y compruebo que no está. Levanto un poco la cabeza por si está sentado en algún rincón observándome dormir, como en otras muchas ocasiones. Recuerdo la sobremesa que tuvimos al acostarnos, dulce y amorosa, y pienso " es como vivir con dos hombres.
Uno cuyos castigos son  catárticos y otro que te pide perdón con la mayor dulzura y sensualidad. No sé cuál de los dos me gusta más.
 
 No está en la habitación. Me levanto y voy al baño. La puerta no está cerrada. Christian está afeitándose. No se enfada cuando le interrumpo, muy al contrario me sonríe abiertamente.
 
- Buenos días señora Grey ¿ ha dormido bien?
- Buenos días señor Grey. He dormido espléndidamente bien.
 
Está de muy buen humor y con sonrisa fácil. Yo me pongo a imitarle en su afeitado y hago los mismos gestos que él.  Deja de afeitarse, se da la vuelta y me mira riendo. En la mano tiene la brocha llena de jabón y me da un brochazo en la nariz, manchándome
 
 
 
 
- ¡ Eh ! eso no es jugar limpio
- ¿ Ah no? - me dice riendo. ¿ Quieres que la use como en Londres?
- ¡ Christian ! - le digo escandalizada y me pongo roja de vergüenza- el rompe a reir
- Nena, estamos casados. Nada tuyo me es oculto. ¿ Por qué siempre te ruborizas ante mi ?
- No puedo evitarlo. Me lo repito mil veces " Hemos hecho de todo sexualmente, ¿ por qué me da vergüenza? " Te aseguro que no obtengo respuesta, pero lo de Londres, fue muy fuerte.
 
Yo quería complacerle en todo lo que me fuera posible.  Recordé que una de las cláusulas del contrato era la depilación.  Mientras él  acudió a una reunión,  yo me depilé.  Cuando me vio se reía de mi sin parar.  Por eso hizo mención a esa anécdota   porque lo hice francamente mal. Y como se dice : fue peor el remedio que la enfermedad.
 
Brown´s Hotel ( Picadilly ) Londres
  Reimos los dos al recordarlo. Se burlaba de mi por la vergüenza que pasé, pero ahora ha llegado mi revancha.
 
- Christian, siéntate- le ordeno firme
-¿ Qué ocurre ahora ?- me dice divertido y perplejo
- Tú me afeitaste en Londres, ahora me toca a mi- y le quito la maquinilla de las manos
-Ana, cuidado. No tienes costumbre
- ¿ De veras señor Grey? - le beso y le echo la cabeza hacia atrás. Quédese quieto, no se mueva y luego me dice
 
Christian toma aire, pero no se mueve. De una pasada le afeito desde la garganta hasta la barbilla.
- ¿ Pensabas que iba hacerte daño?- le pregunto
- No, al menos con intención- me dice algo más tranquilo
 
Sigo con el afeitado, mientras él rodea mi cintura con sus brazos
- Bien, ya está, y no te he cortado nada en absoluto- le doy un beso en las mejillas y él me sienta en sus piernas
 
- ¿ Qué quieres hacer hoy?
- No se. Tomar el sol...  ¿ no, verdad?
- No- dice muy serio reprimiendo la risa
- ¡ Claro como tengo el cuerpo lleno de chupetones que tú me has hecho, nada de tomar el sol, ni de ropa con escote, ni nada de nada... Así que lo que tú quieras
- Podíamos visitar algo curioso, típico de la zona- comenta
- Bien. Me apetece. Haremos eso- le digo.
- Hay un pueblecito que me han recomendado, incluso mis padres que lo visitaron cuando se casaron, que creo es muy bonito. Tiene bastantes galerías de arte, y pienso que podríamos visitarlo y si acaso nos gustase algún cuadro, o escultura, comprarlo para la casa nueva.  Hay que ir en coche ¿ te apetece ?
- Yo no entiendo nada de arte, Christian, pero si tu quieres yo también quiero. ¿ Cómo se llama ese pueblo?
-Saint Paul de Vence y creo es precioso. Podemos pasear y si no encontramos nada que nos guste, pues no lo compramos.  Es una bonita manera de pasar la mañana ¿ no te parece?
- Me parece estupendo. Vayamos.
 



Efectivamente Saint Paul es un pueblo precioso, con muchas cuestas como todos los lugares antiguos, pero muy bonito.  Para mi,  que nunca había salido de Estados Unidos, el contraste de la modernidad de América y la solera de estos lugares europeos, me dejan encantada.
Sus callejuelas son muy pintorescas y hay muchos turistas. Christian me rodea por la cintura y yo meto las manos en su bolsillo trasero del pantalón. Hay infinidad de boutiques de alto standing. Y efectivamente muchas galerías de arte. Vuelvo con la imaginación hacia la arquitecta  amiga de Elliot, a la que hemos encargado los planos para la reforma de la casa nueva.  No me es simpática, manosea mucho los brazos de mi marido cada vez que nos vemos. Ni a él ni a mi nos gusta, pero es violento llamarla la atención.  Permanezco callada durante unos instantes, y Christian se da cuenta de que algo me preocupa
 
- ¿ Qué te pasa ?-me dice- ¿ No te gusta lo que vemos ?
- Si, si que me gusta. Es un lugar precioso
-¿ Entonces, cuál es el problema?
 
No puedo decirle que la arquitecta me cae mal, así que opto por otra excusa
 
- Es que tengo hambre-le digo
- Haberlo dicho antes. Ahora mismo buscamos un sitio para comer
 
Taylor y los gemelos nos siguen de cerca, aunque nosotros, al menos yo, no los detecto
 
 
 
 
Comemos en el reservado de un hotel de Saint Paul. Durante la sobremesa me sorprende con una pregunta que yo le había hecho anteriormente y había respondido con una evasiva
 
- Me preguntaste que porqué te hago la trenza cuando hacemos el amor. A la puta adicta al crack la peinaba, le gustaba que jugara con su cabello.
 
Me quedo sorprendida que me haga ahora esta confidencia. Le cojo las manos y se las beso, mientras le hago un comentario
 
- Christian, tu querías a tu madre biológica
 
De repente, se suelta de mi caricia, y su cara se torna seria.  Se borra todo signo de sonrisa y baja la cabeza. ¡ Ay Dios mio !, he vuelto a meter la pata. Le he traído viejos recuerdos y ahora está pasando mal rato. Me disculpo
 
- Christian perdóname. No quería molestarte. Simplemente es una apreciación- pero él sigue con la cabeza baja y no pronuncia palabra.  Yo me siento angustiada. Todo iba muy bien. No ha tenido pesadillas y le veía feliz. Y de nuevo...
Al cabo de un rato, se levanta y dice
 
- Vámonos- me toma de la mano y salimos del restaurante
 
Yo no protesto, no comento nada. Le sigo simplemente.  El se para y mirándome me dice:
 - ¿ Dónde quieres ir?
- Me alegro que todavía me hables. Lo siento, no quería molestarte
- Es que no quiero hablar de esas mierdas, es pasado y se acabó
 
Pero no se ha acabado. Me siento mal  porque él sufre cada vez que  recuerda algo. Pero estoy segura de que la quería, aunque no volveré a comentárselo. En una de las galerías de arte, compramos unos cuadros de hortalizas que pienso poner en la cocina de la casa nueva. Para calmar la tensión lo saco a colación y le comento el día en que nos pusimos a cocinar en mi apartamento y le mandé cortar unos pimientos y lo hacía muy lento.  Por fin consigo arrancarle una sonrisa, y divertido me dice
 
- No lo hice muy mal del todo para ser la primera vez
- Muy despacio Christian, lo hiciste  muy despacio- y suelta una carcajada. Doy gracias al cielo, de nuevo le tengo contento.
 
Miro hacia atrás y observo que los guardaespaldas gemelos nos siguen a cierta distancia. y seguimos viendo los escaparates de la calle. Se para ante una joyería y busca en su vitrina.  Mira mi mano. En ella tengo una señal roja por las esposas. Me acaricia con el pulgar mientras examina la marca
 
- No te preocupes, no me molesta. No me duele. Mueve su brazo hacia atrás y saca del bolsillo mi mano que ahí permanece. Me mira y observa que la señal roja de esa mano, está tapada con un reloj Omega de platino que me compró en Londres. En esa mano no se ve la marca. Me enternezco con la dedicatoria que mandó grabar en él
 
" Anastasia, tu eres mi MAS. Mi amor, mi vida
 
Christian
 
 
A pesar de que algunas veces se comporta algo salvajemente, es un romántico empedernido. Observa mi muñeca y la besa, después me mira y pasa su dedo pulgar por mi labio.  Seguro que si hubiéramos estado en casa, me hubiera besado apasionadamente, pero no le gusta dar esas muestras de afecto,  nada más que cuando estamos solos.  Me dijo en cierta ocasión " lo que hagamos en la intimidad, es cosa nuestra única y exclusivamente nuestra".
Me toma de la mano y me hace entrar en la joyería. En el escaparte ha visto una pulsera de platino, ancha, justo para tapar la señal.
 
-Póntela-me dice al tiempo que la abre
 
Es una pulsera exquisitamente labrada con algunos diamantes en forma de flores. Le ha costado una millonada, y yo estoy escandalizada. Nunca he llevado joyas, y menos unas tan costosas. Recuerdo lo que se ha gastado con los cuadros y ahora con esto, y me disgusta profundamente, aunque oculto mi contrariedad
 
Para que se quede tranquilo hago mover mi muñeca que con la luz del sol hace que se produzcan lucecitas de muchos colores debido a la talla de los diamantes
 
- ¿ Mejor ? No necesito esto  Christian, no me duele. Y en unos días no se notará. De verdad no lo necesito
- Pero yo si- me replica
 
¿ Por qué me hace este regalo?, se siente culpable,  ¿por qué ? Por el castigo, por lo de la trenza, por su enfado,¿ por qué ?
 
- Christian me has dado muchas cosas. Una luna de miel bellísima, con todos los lugares que he conocido. Y tú que te me entregas constantemente.  He tenido mucha suerte, amor mío. Soy una chica afortunada de tenerte a mi lado- le digo mientras me abrazo a su cintura
- El afortunado soy yo, Anastasia
 
Me pongo de puntillas y le doy un beso, no por el regalo, sino por tenerle a él.
 
 
Vamos de regreso. En el coche se sienta Taylor como copiloto y Gastón ( uno de los gemelos) es el que conduce.  Christian está como ausente. Mira por la ventanilla contemplando el paisaje de la campiña francesa, pero yo sé que algo le preocupa.. Se inclina y me coge de la pierna y la sube hasta las suyas. A continuación me dice que suba la otra.  Las tiras de las sandalias, ocultan parte de las marcas de las esposas. Las acaricia lentamente con su dedo pulgar.  Tiene un gesto de disgusto. Aprieta un botón situado en su puerta y una especie de mampara oscura divide la parte del conductor de la de atrás, de manera que quedamos aislados.
 
- Christian, no me duelen. No te preocupes. La marca queda oculta con la tira de la sandalia. ¿ Qué te ocurre ?
- Me siento incómodo. No me gusta que tengas marcas.
-Estas marcas no me molestan. Me las puedes hacer siempre que quieras, porque además fue alucinante
- ¿Alucinante ?
- Si, cariño, fue alucinante. Pero los chupetones, si es posible no vuelvas hacérmelos.
 
Comienza a acariciarme las piernas y yo me temo lo peor, pero recibe una llamada en la BlackBerry y de momento estoy a salvo
 
Las noticias no son buenas. Ha habido un incendio en la oficina de Christian, en el servidor. Hay cuantiosos daños, pero no irreparables. Nadie ha resultado herido. ´
 
 
 
Inmediatamente Christian se pone a dar órdenes, baja el cristal que nos incomunicaba, para que Taylor también esté informado.
 
- Es Barney-le dice
- Di a Andrea que se ponga en contacto conmigo. Quiero un informe de daños rápidamente. menos mal que el Argón nos ha salvado. Vale su peso en oro. ¡ Ah !, también quiero una relación y las cintas de las cámaras de seguridad de las personas que han entrado y salido desde hace cinco días.  Mándame un informe y procura que esté aquí en dos horas. Gracias por avisar
 
El gran ejecutivo se ha puesto al mando y retoma con brío todas las medidas pertinentes.  Toma de nuevo la BlackBerry y marca el número de Welch. Sigue dando órdenes, precisas, concretas y eficientes. En una hora tendrá un primer informe y la extensión de los daños en los datos del servidor.  Cuelga y le dice al chófer.
- Tengo que estar en el barco dentro de una hora
- ¿ Han habido heridos ?- le pregunto
-No, sólo daños materiales y gracias a Dios son mínimos
- ¿ Y cómo es posible?
- Tenemos medidas muy sofisticadas y un servicio automático contra incendios. No te preocupes, mi equipo ya se ha puesto a trabajar. No te preocupes, nena- hace una pausa y continúa- No descartamos que no haya sido un accidente
- ¿ Quieres decir que, puede ser un sabotaje? ¡ Oh Dios mío ! primero el Charlie Tango, y ahora esto. ¿ Qué más puede ocurrir?
 

 



Hotel de Saint Paul de Vence

Saint Paul de Vence

Saint Paul de Vence

Saint Paul de Vence

Saint Paul de Vence
 

viernes, 30 de agosto de 2013

CHRISTIAN GREY Y ANASTASIA - 1 (1996celta) LUNA DE MIEL

Texto basado en el relato original Cincuenta sombras de Grey )



El sol mediterráneo acaricia nuestra piel. Estamos tumbados en una hamaca. A mi lado, Christian mira al infinito.  De vez en cuando alarga su brazo buscando mi mano. Le miro, le sonrío y él me devuelve la sonrisa más tierna y más dulce de todas la que le he visto.  Ya somos marido y mujer, y el Principado de Mónaco nos acoge en  este atardecer.  No estamos hospedados en el hotel, sino en un barco que ha flotado Christian para nuestro periplo por la  Costa Azul.  Son los últimos días de nuestra luna de miel. Maravillosa, hermosa, dulce, embriagadora luna de miel, que Christian organizó para mi.  He disfrutado de él, las veinticuatro horas del día.  Hemos estado juntos colmándonos de amor.  Me da miedo volver a nuestra vida normal.  Le echaré mucho de menos. Tendré que acostumbrarme a verle solamente por las tardes a la salida del trabajo, y no como ahora,  permanentemente. Amo a este hombre con todas mis fuerzas, y ni por todo el oro del mundo cambiaría nada de lo que hemos vivido.


 



Christian se está bañando, y yo,  al suave sol mediterráneo,  voy quedándome dormida lentamente, suavemente.  En mis sueños vuelvo hasta la cabina del avión en donde pasamos nuestra primera noche de casados. Vuelvo a vivir el inicio de aquella maravillosa noche. Christian me colmaba de caricias,  de besos sensuales. No dejaba ningún poro de mi piel sin recibir una caricia o un beso.  Sus palabras eran embriagadoras.  Repetía constantemente "eres mi esposa, esposa mía"...

- ¿ Qué demonios crees que estás haciendo?

Una alterada voz de Christian me despierta bruscamente. No sé a qué se refiere, estaba durmiendo plácidamente soñando con mi erótica primera noche de casada

- ¿ A qué te refieres? estaba dormida

Entonces me doy cuenta de que el rostro de él está crispado, mientras sostiene la parte de arriba de mi biquini.  Lo había dejado en su hamaca mientras él se bañaba.  Le había insinuado hacer topless, tan frecuente en algunas playas europeas. A mi solicitud dijo tajante

- No se te ocurra, ¿ me oyes ? ni se te ocurra
- Pero Christian aquí no choca. Todas las mujeres lo hacen
- Pero la mía no. Nadie va a ver lo que es mío.

Miro al rostro de Christian y compruebo que tiene un enfado monumental. Me tiende  el sujetador de mala manera y me dice

- Póntelo.

Me cubro con los brazos, mientras trato rápidamente de ponérmelo

- Te aseguro que no lo he hecho a posta. Estaba boca abajo y he debido darme la vuelta sin darme cuenta
-¡ Menuda ración de vista se habrá dado Taylor y el otro! y no te digo nada si hay algún paparazzi. Te habrá sacado una foto desnuda
-Perdona Christian, de verdad que ha sido una torpeza por mi parte, pero debí quedarme dormida y me giré, sin darme cuenta de que me lo había quitado.


Pide la cuenta. Está furioso

- Nos vamos
- ¿ Ahora ?
- Si ahora - se pone las gafas de sol para ocultar su furia, coge el libro que estaba leyendo y la BlacBerry y,  comienza a andar. Lamento profundamente el incidente. Todas las mujeres de la playa están en topless. Yo era la única que tenía biquini completo.  me sentía ridícula. Pero esto naturalmente no se lo digo

- Dame eso lo meto en mi bolsa. No te enfades , por favor - le digo alargando un brazo para que me de el libro y la BlackBerry
- No es necesario que cargues con mis cosas. Y si,  estoy furioso. Nunca haces caso de lo que te digo. Me crispas Anastasia

¡Oh, oh ! me ha llamado Anastasia.  Llegamos a la puerta que da entrada al vestíbulo del hotel.  Allí está Taylor vestido con pantalón corto y su semblante denota que tampoco a él le ha gustado mi broma. Hay otros dos guardaespaldas que han vigilado la playa; son dos hermanos gemelos, idénticos.

Atravesamos el vestíbulo del hotel hasta el coche

- ¿ Dónde vamos ? - le pregunto tímidamente
- Vamos al barco- me lo dice sin siquiera mirarme

Son las primeras horas de la tarde y el sol cae fuerte. Nos encaminamos hacia el embarcadero en donde han quedado amarradas la moto de agua y la lancha del barco que ha alquilado Christian para nuestro viaje, y que no sé si lo ha llegado a comprar.
Doy la mochila a Taylor que me mira impasible como Christian.  Me tiende el chaleco salvavidas de obligado cumplimiento. Me extraña de que sólo yo lo lleve, pero no digo nada. Christian revisa si está bien abrochado y aprieta más la correa central.  Sigue sin apenas mirarme, y por supuesto no me habla

Se sube a la moto y me tiende la mano para que yo suba detrás

- Agárrate fuerte- me dice- y yo me abrazo a él acariciando su espalda con mi nariz y recordando cuando no hace mucho, esa caricia me estaba prohibida.

Separa con el pie la moto del muelle y la pone en marcha. Los guardaespaldas irán en la lancha hasta la embarcación que nos aguarda anclada en el muelle de yates.

- Prepárate- me avisa

Pisa fuerte y la moto sale disparada a toda velocidad. La lancha con Taylor va a nuestro lado, pero pronto les dejamos atrás,  ante su disgusto. Taylor cabecea.  Me abrazo aún más fuerte a la espalda de Christian y le beso tratando de suavizar las cosas. Vamos en dirección a alta mar. Allí da un giro y volvemos hacia el yate nuevamente.  Damos unas vueltas alrededor del barco, y compruebo que Christian se siente feliz, libre, sin preocupaciones. Eso, junto con volar, es lo que más le gusta

¿ Te gusta ?- me pregunta
-¡ Es increíble !
-¿ Otra vez?
- Si, por favor. Es fabuloso - Y doy un gritito que le hace sonreír. Me ha perdonado, es lo que pienso.





Hemos regresado al yate y nos sentamos en cubierta. Christian apenas habla.

- Te ha cogido el sol. No te has dado suficiente crema.  Este sol es más fuerte que el nuestro, hay que tener cuidado. Tienes la piel muy blanca- me dice todavía con resentimiento- ¿ Quieres algo de beber ?
- ¿ Voy a necesitar una bebida ?- le pregunto
- ¿Por qué lo dices? ¿ crees que voy a castigarte?

Se acerca el camarero y le pide dos Gin-tonic, con aceitunas y almendras

- ¿ Quieres castigarme ?
- Desde luego que si
-¿ Qué vas hacerme?
- Ya lo pensaré mientras tomamos los aperitivos ¿ Deseas que te castigue?
- No sé...,  depende
- ¿ Depende, de qué ?
- De si me vas hacer daño
- Anastasia nunca voy hacerte daño.  Eres mi esposa, no mi sumisa. Pero no vuelvas hacerlo en público. La prensa amarilla está por todos lados, y tenemos familia. ¿ No querrás verte desnuda en las páginas de las revistas del corazón ¿verdad?. Acuérdate cuando se anunció nuestro compromiso, lo mal que lo pasaste con los periodistas.




El camarero nos sirve la bebida y los aperitivos. Christian me acerca una de las copas, y levantándola, me dice

- Salud, señora Grey
-Salud, señor Grey- y me llevo la copa a los labios

Christian está mirándome con esa mirada profunda, y no se muy bien cuáles son sus pensamientos. Yo entablo una conversación intrascendente  tratando de romper el hielo que se ha creado entre nosotros

- El dueño de este yate , debe ser muy rico.¿ Qué nacionalidad tiene?- la verdad es que lo digo por decir, porque no me interesa en absoluto
- Es inglés, y si es muy, muy rico
- Como tú- le digo y le sonrío
- Si, como nosotros - me responde

Esa contestación me descoloca. Sé que está enfadado, pero sin embargo, siempre que tiene oportunidad me recuerda de que soy su esposa, y que formo parte de su vida. Yo no me doy por aludida y sigo

- La verdad es que debe ser difícil acostumbrarse a vivir de la nada a tener tanta opulencia.
-Te acostumbrarás
- No lo digo por mi. No creo que me acostumbre nunca . Pienso que para tomarlo con naturalidad, debes nacer ya en la riqueza y no adquirirla
- Yo no nací rico, y sin embargo lo tengo asumido con naturalidad
-Pero creciste en una familia adinerada

Taylor hace acto de presencia portando la BlackBerry de Christian

- Señor Grey, le llaman. Creo que es Rose

Rose, la segunda secretaria. Me levanto. Le dejo que hable de sus asuntos y yo doy un paseo por cubierta. Me acodo en la borda. Me encanta que el aire y los rayos del sol, me den en el rostro.  Recuerdo la discusión que tuvieron Christian y su padre referente a los acuerdos prematrimoniales.  Me dijo que Carrick trataba de protegerme a mi, y no a Christian ¿ por qué ? ¿ Sería por si se alejaba de mi ?  Sé que fue un disgusto para él, e incluso se molestó con su madre, por no haber ocultado a Carrick lo sucedido la noche de su cumpleaños.

Cuando me doy cuenta, Christian está a mi lado. Trae consigo las dos copas de Gin-tonic



- Bebe -, me dice mientras me tiende la bebida y él se lleva unas almendras a la boca.

En su mirada hay un fuego extraño. Conozco esa mirada y tiemblo ante lo que vendrá.  Sonríe maliciosamente, y me dice

- Quiero que tú seas mi aperitivo

Deposita ambas copas en la barandilla de la borda, y tomándome de la mano, nos dirigimos a nuestro camarote. Me pongo nerviosa.  Recuerdo que me ha anunciado un castigo por mi atrevimiento en la playa, y sólo de pensarlo me siento inquieta ¿ Qué me hará?

Antes de entrar en el camarote, me advierte

- No vayas al baño

¿ Por qué me dice eso, que va hacerme? ¡ Noo ! era algo infranqueable. El mismo lo puso en el contrato entre las cosas prohibidas

- Ana, no es lo que piensas

¿ Por qué extraña razón, siempre sabe lo que pienso?  Me mira, sonríe y me cede el paso. Una vez dentro se quita la ropa. También a él se le ha pegado el sol y su piel está ahora de un color dorado espléndido.  Se dirige al mueble  y de él extrae dos juegos de esposas. Me las enseña al tiempo que me advierte que deberé estarme quieta y no tirar de ellas, porque me dañará la piel.  Las esposas me dan miedo, y recelo.  Cuando ve que miro hacia el cierre de las mismas, abre su mano y me muestra una llave.  Al tiempo me dice "tranquila". Yo le pregunto intrigada porqué me ha dicho que no fuera al baño



- No tengas miedo, nena. No voy hacerte daño, no te va a doler nada. Pero sí va a ser muy intenso, tremendamente intenso.

Se acerca a mi. Acaricia mi mejilla con su dedo pulgar y después me besa ligeramente en los labios. Me mira directamente a los ojos, y me pregunta



- ¿ Quieres jugar?
-Si, Christian
- Muy bien- dice, mientras me besa en la frente más intensamente. Vamos a necesitar una palabra de seguridad
-Christian dijiste que no ibas hacerme daño
- Y no lo haré, pero créeme, necesitarás una palabra de seguridad. No sirve "para", porque puedes decirla en cualquier momento. Piensa en otra

Yo me quedo pensando. La cabeza me da vueltas ante la perspectiva de lo que se avecina. No se me ocurre ninguna. Todavía no sé por qué dije eso, pero lo solté sin pensar "pirulí"

-¿ Pirulí ?, está bien. Que sea pirulí - y se rie- Voy a darte una lección ¿ lo sabes ?
- Si Christian. Pero ya pedí perdón

El no hace caso de mi respuesta y prosigue

- ¿ Cuál es la palabra de seguridad ?, Ana recuérdala. Sabes que si no puedes aguantar, podemos dejarlo inmediatamente. No te vas a poder mover , y te voy a poner un antifaz.   No es para dañarte, recuérdalo, sino para que el placer que sientas sea intenso, muy intenso.

Me quita la parte de arriba del biquini y me lleva hasta la  cama. Me esposa cada tobillo a cada brazo, y....,  me toma.

  Es de una intensidad nunca sentida, agotadora, pero no pronuncio la palabra, no la necesito. Recorre mi cuerpo besándome, con unos besos muy especiales. Principalmente por el escote y el pecho. Yo me siento flotar

- ¿ Por qué me desafias? me dice y yo no sé qué contestarle. Sólo le suplico, pero él sigue mortificándome- Dímelo ¿ por qué?
- Porque puedo, porque te quiero, Christian. ¡ No lo sé !



Entonces él me abraza y me besa.  Al fin el erótico castigo, ha finalizado, y yo me desplomo totalmente agotada. Me quita el antifaz y me besa suavemente.  Me acaricia y me estrecha contra él.

- Me vuelves loco. Me pones hecho una furia cuando me desafías, pero haces que me sienta vivo. Te quiero,  señora Grey.

Muy bien señor Grey, esos son sus embriagadores, eróticos y sensuales castigos.  Puedo soportarlos

Abre las esposas y me deja libre. A continuación con inmensa ternura, masajea mis tobillos y mis muñecas, que efectivamente se han marcado por mis intentos de moverme. A continuación me reclina en la cama y me deja descansar.

 
Una imperiosa molestia en la vejiga hace que me despierte.  A mi lado está Christian con su portátil.  Adormilada todavía y un poco "fuera de órbita" por lo vivido, abro un ojo y le pregunto



- ¿ He dormido mucho?
- Mas o menos una hora ¿ Estás bien ?
- ¡ Oh si ! y ¿sabes? Tengo que desafiarte más a menudo- y me rio
-Señora Grey, es usted insaciable- y él también se rie
-¿ Nos movemos? - le digo al sentir el movimiento del yate
- He pensado que hoy podíamos quedarnos aquí, puesto que ya hemos ido a la ópera, etc. Para ello vamos rumbo a Cannes, pero ¿ qué te parece si cenamos en cubierta ?

Yo asiento, me levanto y echo por mis hombros una bata. Me he quedado algo fría con mi siesta, o quizá la brisa marina.  Una vez hecha mi necesidad fisiológica, mientras me lavo las manos me miro en el espejo y observo cómo he cambiado, no parezco la misma persona. Mi cabello con un buen corte, manicura en manos y pies, un cutis perfecto y...

- ¡ Santo cielo ! ¿ qué me ha hecho ?  Me quito la bata y veo que en mi escote, pecho y brazos hay unas marcas de chupetones. Por el resto del cuerpo también las tengo, pero én esta parte están más remarcadas. ¡ Claro , eso eran los besos tan especiales ! ¿ Cómo se ha atrevido hacerme esto ?

Estoy furiosa. Me cepillo el cabello con rabia y salgo hasta donde está Christian

- ¿ Cómo te has atrevido hacerme esto ? No soy una adolescente y tu tampoco lo eres. Me has marcado indecentemente ¿ por qué ?

Estoy tan furiosa que lanzo el cepillo del pelo que tengo en la mano hacia Christian, que tiene que protegerse con un brazo para que no le alcance en su cabeza.

- Andate con cuidado, Grey. Mi padre también me enseñó lanzamiento y tengo buena puntería

- Ya lo veo-dice riendo- Perdona nena
-Ya no me podré poner ni un bañador, ni un escote, nada... Tendré que ir como una monja por un castigo tonto de un chico tonto
-- Así ni te volverás a quitar la parte de arriba del biquini
- No debías haberme dejado las marcas, al menos tantas. Creo que me regañaste por haberlo hecho y quedó claro que no se repetiría
- Ana, ten paciencia conmigo. Lo siento. Pero no estoy acostumbrado a estas cosas. Todo esto es nuevo para mi. Perdóname, cielo, no volverá a ocurrir. Lo siento, de verdad

De repente toda mi furia se desvanece al recordar las palabras de Flynn el día de nuestra entrevista " Christian no ha tenido adolescencia, pasó de la niñez a la madurez de un tirón. No fue fácil, pero tiene que vivir esa etapa aunque sea tardía. Démosle un voto de confianza"


- Tengo mucho que aprender ¿ eh, nena?
- Los dos tenemos que aprender  Christian. Los dos

Hunde su nariz en mi pelo. Yo le rodeo con mis brazos y él me estrecha fuerte en un abrazo. Nos besamos y me dice

- No te enfades conmigo, Ana. ¿ Me perdonas?
- ¿ Y tú me perdonas también?

Asentimos los dos y volvemos a  abrazarnos.

- ¿ Tienes hambre ?
- Pues claro, con tanta actividad... tengo mucha hambre. Pero me da pereza vestirme para ir al comedor.
- Podemos cenar en cubierta. Con el chándal vas bien. Además el barco todavía es nuestro durante una semana más. Podemos hacer lo que queramos.

Y el camarero nos sirve un menú muy francés, muy chic.  Nosotros olvidadas nuestras diferencias, somos rotundamente felices.








jueves, 29 de agosto de 2013

CHRISTIAN GRFEY- Christian y Anastasia 14 (1996celta / MIA OFICIALMENTE

( Texto basado en la obra original Cincuenta sombras de Grey )

Un hombre con un traje raído, se escondía agazapado cerca de la mansión de los Grey. Tenía una botella de whisky metida en una bolsa de papel marrón, fumaba compulsivamente y de vez en cuando bebía, tragos largos que paladeaba.  Oculto entre unos setos, no era visible para nadie y de esta forma observaba sin dificultad el movimiento de entradas y salidas en la casa..

- Salió mal lo del helicóptero, pero no te vas a salir con la tuya. ¿ Cómo imaginar que pilotaba tan bien ?   Te crees muy listo porque  tuviste tu oportunidad, que debió ser para mi. Creíste que habías acabado conmigo por haber tocado a tu putita, pero no tienes ni idea de lo que hiciste.  Tengo talento de sobra, pero nunca tuve oportunidad de demostrarlo. Tu a una universidad de las mejores, yo a una estatal.  No obstante conseguí mi objetivo. Obtuve una beca en Princetown...,  hasta que tu te cruzaste en mi camino. Siempre tú, maldito Grey. Sé muchas cosas de ti. - una risa sarcástica sacude el cuerpo sucio y desgarbado de aquel hombre


 Ambos somos de Detroit, yo de los bajos fondos, pero  pude hacer mi carrera, bastante brillante por cierto, y pude entrar en la editorial, y ahora... tú lo has fastidiado todo.  Estoy en la calle y dudo mucho de que algún editor requiera mi trabajo.  Pero no creas que he terminado contigo.  Lo volveré a intentar.  Mil veces si es necesario. Tu disfrutas de todo: dinero, posición, familia y una bella mujer que sin duda va contigo por el dinero, Bien, pues todo eso se te va a terminar, te lo aseguro Christian Grey.

Con un gesto de dolor cambia de postura

-Joder... aún me duelen las costillas de las patadas que me dio el guardaespaldas. Ja, ja, ja, dijo que me mataría si me volvía a meter con Ana.  ¡Está buena la putita!   También a ella le llegará su hora.

Continúa su vigilancia, pero nada parece ocurrir en la casa fuera de lo normal. Tan sólo ha salido una mijer rubia, bastante alterada, se ha metido en su coche y se ha largado.  En el interior, por lo que puede ver desde su escondite, se lo pasan bien.  Hay risas, cantan y bailan; se están divirtiendo

- Y mientras yo aquí hasta sabe cuándo- vuelve a beber y tira el cigarrillo ya apagado.


 Seguimos tumbados en el suelo del pabellón del embarcadero. Yo reclino mi cabeza sobre el pecho de Christian. Estamos rodeados por flores y corazones. Nos hemos prometido, y después de ponerme el anillo, me ha hecho el amor suave, dulce, lento, espléndidamente sensual, y totalmente vainilla.  Permanecemos en silencio enlazadas nuestras manos y nuestros cuerpos.  Ha sido un total frenesí, del que hemos de recuperarnos.  Christian acaricia mi rostro y yo permanezco con los ojos cerrados.  Quiero que este momento no acabe nunca.




- Mírame, nena, mírame. ¿ Eres feliz ?
- Christian, nunca lo he sido tanto. Te quiero, te quiero muchísimo
- Cielo, tus palabras me desconcentran cada vez que me lo dices. Yo también te quiero, Ana, más de lo que te imaginas

Me mira con la mirada más dulce que he visto nunca. Una luminosa sonrisa ocupa su rostro y me pregunta:

- ¿ Por qué no nos casamos mañana ?
- Christian ¿ cómo ?
- En Las Vegas. Cogemos el avión y nos plantamos allí y en media hora nos hemos convertido en marido y mujer, que es lo que estoy deseando, que seas mia
- ¡ Pero si ya lo soy !
- Pero de esta forma será oficial
- Quieres decir, que casándonos no tengo escapatoria
- Exacto, nena


- Pero si no voy a ir a ninguna parte. Nunca me marcharé.  No me parece buena idea. Nuestras familias no lo aceptarán
- ¿ Qué clase de boda quieres, con mucha gente, sólo con la familia, en los ecos de sociedad? ¿ qué quieres Ana?
- Christian, no deseo una boda suntuosa. Sólo la familia y los amigos más allegados, nada más.
- Hecho una boda sencilla. Ya tenemos cómo, Ahora ¿ dónde?
- En casa de tus padres estaría muy bien, pero creo que primero hay que contar con ellos. Quizá sea un problema organizar todo
- No nena, mi madre estará encantada. Además se le da muy bien  organizar eventos. De acuerdo ya sabemos dónde. Ahora falta cuándo, y ha de ser rápido. La doy como mucho un mes máximo. Estoy impaciente porque seas mía. Déjalo todo en mis manos

Llegamos tarde a casa. ha sido un día de lo más excitante. Muchas situaciones diversas y a cada cuál más intensa.  Por unos momentos, nos sentamos en el salón, frente al gran ventanal viendo las impresionantes vistas de Seattle.

Al cabo de unos momentos, Christian me toma de la mano y me dice

- Vamos a la cama, Ana. Ha sito un día muy especial, y estoy agotado. Necesito relajarme
- Y ¿ qué clase de relajamiento necesita señor Grey?
- Señorita Steel, usted lo sabe de sobra.

Abrazados y felices nos encaminamos al dormitorio, que como cada noche es una explosión de amor antes de dormirnos.

"Mami, mami, despierta, despierta.  Mami está tumbada a mi lado dormida. La toco y está muy fría. La tapo con mi mantita y yo me tumbo a su lado en la alfombra verde, sucia y,  acaricio su cabello.  Algunas veces sentada en el borde la cama, deja que la peine su larga y preciosa cabellera negra.  Al cabo de un rato vuelvo a despertarla: mami, mami, despierta,  tengo hambre y mucha sed.  Ella sigue sin escucharme, dormida. Acerco una silla y voy hasta la pila y bebo agua. Busco en la nevera algo de comer. Encuentro una sustancia extraña y meto un dedo y me lo llevo a la boca, sabe mal y no me gusta.  Veo un paquete de guisantes congelados, lo abro y cojo un puñado y me los como. Están fríos.  Al cabo de un rato me duele la tripa y tengo ganas de vomitar. Vomito.  Tengo dos coches y juego con ellos. Estoy cansado y me duermo al lado de mami, que sigue dormida.  De repente unos golpes me despiertan:


Mami, mami, despierta.  El hombre malo ha vuelto. Me acurruco en un rincón y cuando entra me increpa ¿ qué coño ocurre aquí? quítate de el medio imbécil. Yo corro a meterme debajo de la cama. Da una patada a mami y ella no se mueve. Da media vuelta y sale de la casa echando la llave.  Yo espero escondido. Se hace de noche y me quedo dormido.  La tripa me duele y tengo hambre.  Unas voces y muchos ruidos, me despiertan.  No es la voz del hombre malo, es una voz de mujer . Dice ¡ Dios mio ! y empieza a buscar algo.  Creo que es a un niño.  Yo me encojo más en mi escondite.  Ella se agacha y me ve.  Alarga su brazo para cogerme. No quiero que me toque, no me toque, y empiezo a patalear y lloro y doy patadas para que comprendan que no hablo y no quiero que me toquen.  Pasa un buen rato y entre ella y otro hombre, consiguen sacarme del escondite. " Pobrecito", dice la mujer y me acaricia. Me da un vaso de leche calentita y lo bebo de un trago. Después me envuelve en una manta de muchos colores y me saca a un coche.  Empiezo a llorar, quiero estar con mami, mami ven a por mi.  Miro por la ventanilla del coche y veo que a mami la sacan en una camilla totalmente tapada. ¡ Tenia tanto frio ! "

- Christian, Christian, despierta amor, despierta

 Anastasia mueve con fuerza los hombros de Christian tratando de despertarle, pero él sigue convulsionando y por sus mejillas corren las lágrimas. Anastasia está asustada, no consigue que reaccione.  Se abraza a él y juntan sus llantos.  Le besa,  le abraza, mueve con fuerza sus hombros, hasta que por fin Christian lentamente va despertando

- Christian, es una pesadilla. Cálmate amor mío, ya ha pasado
- Ana, Ana. No me dejes, no te marches
- No voy a ir a ningún sitio. No me marcharé nunca, Christian. No voy a dejarte, por favor serénate

- Ana, lo he visto tan claro, lo he vuelto a vivir. Nunca lo había visto tan real
- Dime qué has soñado, cuéntamelo Christian, cuéntamelo. Alíviate de tanta carga emocional, amor mío
-Me veía de pequeño, junto a mi madre biológica. la llamaba y no se movía. La tapaba con mi manta. Tenía un hambre atroz y no había nada que comer.  Luego llegaron unos policías y me llevaron de allí y ya no vi más a mi madre. ¡ Oh Ana , qué terrible !
- Si cielo. Nadie tiene derecho a vivir algo semejante. Pero te has liberado, lo has visto y ahora sabemos de dónde proceden algunas de tus Sombras.  La protección, el afán por la comida, la elección de las chicas todas iguales... todo Christian tiene su origen en esas vivencias.  Pero ya han pasado, ya están fuera,  amor mío. Descansa
- Ana, tu eres mi talismán, mi mundo, mi todo. No me dejes nunca
- No mi vida,  nunca, nunca te dejaré.


Pude calmarle a base de caricias y besos.  Conseguí que volviera a dormirse. Abrazado a mi,  y con su mano enlazada a la mía,  acariciando el anillo de compromiso.

Una semana más tarde, nos reunimos todos en casa de los padres de Christian. Hacía un día precioso para hacer una barbacoa en el jardín. También estaban Kate y Ethan.
Teníamos una conversación intrascendente sobre nuestras preferencias culinarias, en perfecta armonía.  Christian leía distraídamente un periódico financiero. Entra Mia llevando una revista en la que a primera plana decía:

" El soltero más codiciado, uno de los hombres más importantes de Seattle, se acaba de comprometer en matrimonio. Le ha "cazado" una señorita residente en la localidad. Desconocemos su identidad, pero habrá que ver lo que dice cuando tenga que firmar el acuerdo prematrimonial"




Christian interrumpe su lectura y fulmina con la mirada a su hermana que se queda sin saber qué decir. Yo me quedo perpleja. No tenía ni idea de esos acuerdos. no digo nada.  Carrick se aproxima hasta donde estamos y dirigiéndose a mi, dice

- Ana, no es por ti. Pero creo conveniente que deberiais hacerlo
- Desde luego señor Carrick, lo que decidan. No es la primera vez que firmo un contrato, aunque no de estas características, claro.

Christian me mira con gesto furioso y contrariado. Mirando a su padre dice tajantemente

- He dicho que no. No voy hacer ningún acuerdo prematrimonial. Y no quiero seguir hablando de esto. Por favor padre, dejémoslo ya
- Creo que eso debierais discutirlo en privado- dice Grace- Así que venga, venid para adentro y dejémosles solos para que hablen
- Christian, de verdad que no me importa. Deben pensar que deseo tu dinero. Ellos tratan de protegerte
- Pero a mi si. No voy hacer ningún acuerdo. Ana ya una vez te fuiste y conocí el amargo sabor de tu ausencia. Si decides abandonarme, llévate todo lo que quieras, porque sin ti a mi lado nada tiene valor. Tú eres mi mundo. Principio y fin de mi vida. Ahora olvidemos el tema. No quiero volver hablar más nunca,  de ello

Y como si fuera la cosa más natural del mundo, me toma de la mano se levanta y entra buscando a su madre

- Mamá ¿ te importaría que nos casáramos aquí ?
- Naturalmente que no hijo mío. Estaré encantada

Los siguientes días fueron de compras compulsivas. A Christian todo se le hacía poco, y acompañados por el asesor de imagen, me hizo un ajuar en el que no faltaba ningún detalle. Yo estaba escandalizada por el importe de las facturas, y constantemente trataba de frenar su exagerado gasto.

- Puedo permitírmelo señorita Steel- respondía a mi protesta con una sonrisa feliz.

A nuestro enlace acudieron nuestros respectivos padres, y fue Ray quién me llevo hasta el altar.  Mi madre muy emocionada se abrazaba al brazo de Bob.  Grace y Carrick, estaban radiantes, exultantes de felicidad. Kate, Mia, Elliot y Ethan fueron  nuestros acompañantes y testigos.  Fue una ceremonia preciosa e inolvidable

- Puedes besar a la novia- dijo el reverendo Walsh




Christian se inclinó sobre mi y tomando mi cara entre sus manos, me besó dulcemente, me abrazó y me dijo:

- Ana, ya eres mía. Para cuidarte, protegerte y amarte. Ahora todo lo mío será tuyo, y así será hasta el fin de nuestros días. Te quiero, te quiero pequeña.

No pude evitar que los ojos se me llenasen de lágrimas, pero ésta vez era de felicidad.  Abrimos el baile y Christian, nervioso me decía

- Vamos a irnos pronto.  Estoy impaciente porque nos quedemos solor
-Christian, ten paciencia. Hemos de atenderlos
-Pero es nuestra fiesta. Haremos lo que queramos.  Un ratito y ya, ¡ Ah ! no permitas que nadie te quite el vestido. Ese es un placer que es mio
- Christian, Christian... te quiero

Grace me llamó a un parte y abrazándome me dijo
- Nunca te agradeceré bastante lo que has hecho por mi hijo. Le veo tan feliz, tan enamorado... Gracias Ana.  Me alegro enormemente que formes parte de mi familia. Te habrás dado cuenta que siento debilidad por él y lo orgullosa que me siento de ver hasta dónde ha llegado, y lo que ahora es... gracias a ti.  ¿ Cómo no me di cuenta antes?
- Grace, Grace... no te atormentes. ¡ Claro que si lo hubieras sabido lo hubieras evitado !, pero esa mujer es una bruja y él era muy joven.  No te atormentes, piensa que ahora es feliz. Piensa solamente en eso.

- ¿ De qué habéis hablado? - me pregunta Christian mientras me acerca una copa de champán
- ¡ Oh ! cosas de mujeres.  Ya sabes...
- No, no lo sé.  Nunca me he casado- dice riéndose
- Me ha dado la bienvenida a la familia.  Carrick también ha hablado conmigo en el mismo sentido. Me encuentro muy satisfecha por tener una nueva familia.
- Ve preparándote, nos vamos en cinco minutos. Despídete de tu madre y de Ray. Yo lo haré de los mios, pero vámonos ya.

Salimos a hurtadillas huyendo de los abuelos de Christian que se han pasado la noche demostrándonos lo que nos querían.  Nuestros amigos han organizado una pasarela por la que tenemos que pasar . Hacen una especie de arco con sus brazos y nosotros vamos en dirección a nuestro coche pasando por debajo.  Al llegar al vehículo, Christian abre la puerta para ayudarme a entrar con lo complicado del traje.

- Espera Christian, tengo que tirar el ramo



Me vuelvo y lanzo mi precioso ramo en tonos rosas y blancos al aire. Los hábiles brazos de Mia lo recoge y comienza a dar saltitos contenta.  Taylor, que será nuestro chófer me dice muy emocionado " Enhorabuena, señora Grey "

Escucho por primera vez mi nuevo apellido y unas cosquillas en el estómago que hacen sonreir.

Ya dentro del coche, Christian me toma la mano y mirándome dulcemente, comienza a acariciar mis nudillos. Nuevamente ha adivinado mi estado de ánimo y sabe que estoy muy nerviosa. Nerviosa por todo: porque nos hemos casado, porque la fiesta ha sido un éxito, porque hemos estado rodeados por las personas que nos importan, y porque vamos camino de nuestra luna de miel.  El viaje lo ha organizado Christian y estoy muy intrigada por saber dónde va a llevarme.

- ¿ Dónde vamos Christian?
- Al aeropuerto

Taylor condice el coche hacia la terminal y para al pie mismo del avión. ¡ Cómo no el avión particular de Christian !  Taylor abre la puerta de Christian, sale y se dirige hacia mi lado. Me ayuda a salir y cuando estoy de pie, me toma en sus brazos y me conduce hasta la escalerilla y la sube conmigo.  Me deposita en el suelo al entrar en el avión

- ¡ Christian ! ¿ qué vas hacer?- le digo cuando me toma en brazos
- Todos los recién casados toman a sus esposas en brazos para pasar por primera vez la puerta de su hogar. Bien, pues éste es uno de nuestros hogares. Eso es lo que hago- Yo me abrazo a su cuello y le beso en la mejilla total, absolutamente feliz.

En la puerta están la azafata y Stephan, que ya conozco desde el día del planeador.  Christian me coge por la cintura y le pregunta cosas técnicas referente al tiempo, si el aire está a nuestro favor, etc. Todo está en orden, parece ser



Christian , me coge de la mano y me muestra todas las dependencias del avión: la cabina, la cocina, nuestra cabina y el baño anexo a ella.  La cabina nupcial está decorada en tonos blancos, dorados y marrones. Es de madera noble y de exquisito gusto, es  bastante amplia para ser en un avión.  El cuarto de baño está también decorado en tonos blancos, de mármol.

- Vamos nena, tenemos que sentarnos. Vamos a despegar enseguida.

Nos sentamos y abrochamos los cinturones. Christian sabe que los despegues y aterrizajes son terroríficos para mi.  Me toma de la mano me la aprieta y masajea mis nudillos para tranquilizarme, mientas me mira sonriendo.  Yo a la expectativa hasta que el avión, toma la altura requerida.  Stephan  comentó a nuestra llegada que en Boston habría turbulencias, y eso me tenía desorientada.  Pregunto a Christian

- ¿ Dónde vamos ? ¿ Qué dijo Stephan de Shannon?  Es Irlanda ¿ verdad ?
- Si cielo, pero sólo a repostar ¿ por qué ?
- Pensé que iríamos a Nueva York, al Caribe, no sé. Pero a Irlanda...
- No vamos a Irlanda nada más que para repostar. Vamos a Londres, nena
- ¡ A Londres !
- Siempre decías que era lo que más deseabas
- ¡ Christian ! - le digo abrazándole y besándole-.  Siempre he deseado conocer la tierra de mis autores preferidos. Gracias amor, gracias
-Después iremos a Paris, y después a  Mónaco, a la Costa Azul.

Estrecho fuertemente su brazo y apoyo mi cabeza en su hombro. El me mira feliz comprobando el entusiasmo que siento por la luna de miel que él ha organizado con todo su amor.



La azafata nos ha preparado  como cena un auténtico banquete de bodas, exquisito del que no falta ningún detalle.  Yo no tengo mucho apetito, es un día muy intenso, de nervios y felicidad.  Pero he de comer para complacer a Christian y porque según le veo, nervioso, excitado, presiento que va a ser una noche muy, muy especial.

- ¿ Qué desean como postres? - nos dice la azafata
- Christian, yo no puedo comer más- él se ríe porque sabe que he comido a la fuerza
- No queremos postre, no nos cabe nada más, Muchas gracias- le dice amablemente a la azafata que parece derretirse ante la mirada de Christian

Una vez que se aleja, me dice quedamente

- Mi postre serás tú, nena. Ven




Me toma de la mano y me conduce hacia nuestra cabina.  De nuevo me toma en brazos y entramos riendo

- ¿ Va a ser así cada vez que entremos en algún sitio? - le pregunto divertida
- Siempre que entremos casados en algún sitio por vez primera, Ana. Quiero que todo el mundo sepa que eres mi mujer




Como había deseado durante todo el día, él fue quién me quitó el vestido de desposada, comenzando a cada momento una sinfonía de amor y caricias, de total entrega a mi. Lentamente deshizo mi peinado dejando el cabello suelto que me caía sobre la espalda. Lo fue peinando despacio con sus dedos " qué cabello tan hermoso tienes, nena"

Yo reclamé también mi parte. El me había desnudado, pero permanecía vestido

- Christian, quiero desnudar a mi marido
- Soy todo tuyo - me dijo levantando los brazos para que hiciera lo que quisiera.

Desabroché lentamente los botones de la camisa y a cada uno daba un ligero beso sobre su pecho. Ya no se tensaba, ya no rehuía. Al finalizar me dijo " espera ". Se quitó los gemelos, mi regalo de boda, que tenía las iniciales C y A, Los besó y los guardó. ""Ahora ya puedes seguir ". La noche fue difícilmente olvidable. Pasión, frenesí, deseo, sensualidad, y amor, mucho, mucho ,amor ,  por parte de los dos. A través de la ventanilla vimos las primeras luces del día. Permanecimos abrazados, con nuestras manos enlazadas. Christian acariciaba constantemente mi anillo de casada, besaba mi frente, me colmaba de amor de una amor puro y de total entrega. "Corazones y flores para ti siempre, Ana.  Mi Ana"





- Todo el mundo elige un hotel para pasar su noche de bodas. Ja, ja, ja,  nosotros a  diez mil pies de altura.- Y prosiguió acariciándome y mirándome con infinita ternura, como si fuera la primera vez que lo hacía- ¡ Eres mia, eres mia. Para siempre, Ana, principio y fin de mi vida. Te quiero princesa.


LAS FRASES DE CHRISTIAN GREY:

 
 
MUSICA DE CHRISTIAN PARA ANASTASIA:
The first time ever I saw your face