Vacaciones en el infierno
FICHA TÉCNICA:
Dirección: Adrian Grunberg
Guión: Adrian Grunberg, Mel Gibson
Producción: Vicki Christianson
Música: Antonio Pinto
Dirección de fotografía: Benoît Debie
Efectos especiales: Raul Luna
Diseño de Producción: Bernardo Trujillo
FICHA ARTÍSTICA:
Driver: Mel Gibson
Chico: Kevin Hernandez
Javi: Daniel Giménez Cacho
Madre del chico: Dolores Heredia
Hombre del consulado: Peter Gerety
Carnal: Roberto Sosa
Caracas: Jesús Ochoa
Argumento:
Tras un accidentado atraco, Driver
consigue escapar traspasando frenéticamente la frontera con México,
pero cae en las manos de unos policías corruptos que, aparte de quedarse
con su botín, le envían a una peculiar y peligrosa cárcel conocida como
“El pueblito”. Allí debe sobrevivir mientras va comprendiendo que la
única manera de hacerlo es aliarse con un chaval que se conoce todos los
secretos de la prisión. Pero poco a poco, irá descubriendo que la
decadencia de ese lugar esconde en realidad secretos más oscuros, así
que tendrá que jugar todas sus cartas si quiere escapar y recuperar su
dinero.
Adrian Grunberg se estrena en la
dirección con un film de acción y humor negro que es puro espectáculo. Y
había sido ayudante de dirección de multitud de películas, incluyendo
Apocalypto, de Mel Gibson. De Gibson, sin embargo, no hace falta decir
demasiado, desde luego es uno de los nombres más populares de la
industria y el mismo se produce sus propios films, como es el caso. Pero
a diferencia de las películas que dirige (Apocalypto, La pasión, Braveheart),
los films en los que actúa suelen centrarse más en el entretenimiento:
lejanos quedan ya los tiempos de cintas en las que participó como Gallipoli o El año que vivimos peligrosamente, ambas de Peter Weir. Lo suyo es la acción, el thriller y el drama.
Y de esos tres aspectos andamos sobrados
en el film que nos ocupa. Hay que tener en cuenta que “El pueblito” el
lugar donde se desarrolla la historia, está basado (literalmente), en
una cárcel que existió en México hasta que fue desmantelada militarmente
en el 2002, donde se formó un ecosistema criminal de lo más
sorprendente, regida por castas y privilegios, donde guardas armados
convivían con cuerpos de seguridad formados por internos armados con
subfusiles y donde se generó un cartel de la droga que operaba dentro y
fuera de los muros de la prisión. Triste destino para un proyecto
pionero que tan solo buscó en sus orígenes lograr una cárcel más humana
que permitiera a los internos convivir con sus familias. No por nada el
lugar fue conocido como “La universidad del crimen”. Eso sí, la
recreación del lugar merece un aplauso para los departamentos artísticos
de la película.
Así que hay que tener en cuenta que el
film protagonizado por Gibson, pese a la crudeza de alguna de sus
imágenes, ha optado por la autocensura, el humor negro y la acción. Así
que los que esperen encontrarse con algo parecido a Ciudad de Dios (2002), o Tropa de élite
(2007), mejor que sigan buscando. Esto es entretenimiento, al fin y al
cabo, una de esas donde el héroe (americano) es un anti-héroe con un
pasado turbio, y no pueden faltar gags que a más de uno le hará recordar
aquellas sagas de culto como Mad Max o Arma Letal. Estamos
ante un film que recupera en esencia el espíritu de aquellas y que al
menos resulta una mezcla de géneros impactante, y por mucho que algunas
de sus subtramas resulten predecibles, al menos nos acerca una realidad
que suele permanecer oculta, eso sí, de una manera bastante alejada de
la realidad, pero algo es algo.
Mira Mel Gibson con sus películas grasientas de héroe pasado de fecha pero aún así tensas, vibrantes y divertidas c omo Apocalypto o su reciente Vacaciones en Infierno. Sea pues, Mel, a pesar de tus 'fachasitudes', una copa elevada por ti....
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