Dirección: Tom Hooper
Guion: William Nicholson, Alain Boublil, Claude-Michel Schönberg, Herbert Kretzmer; basado en la producción teatral de Cameron Mackintosh y del musical original de Alain Boublil, Claude-Michel Schönberg
Producción: Tim Bevan, Eric Fellner, Debra Hayward, Cameron Mackintosh
Música: Claude-Michel Schönberg
Letras: Herbert Kretzmer
Dirección musical: Stephen Brooker
Dirección de fotografía: Danny Cohen
Montaje: Melanie Ann Oliver, Chris Dickens
Sonido directo: Simon Hayes
Diseño de vestuario: Paco Delgado
FICHA ARTÍSTICA
Jean Valjean: Hugh Jackman
Javert: Russell Crowe
Fantine: Anne Hathaway
Cosette: Amanda Seyfried
Marius: Eddie Redmayne
Madame Thénardier: Helena Bonham Carter
Monsieur Thénardier: Sacha Baron Cohen
Éponine: Samantha Barks
Enjolras: Aaron Tveit
Gavroche: Daniel Huttleston
Cosette niña: Isabelle Allen
Éponine niña: Natalya Wallace
Argumento:
Los Miserables transcurre en la Francia
del siglo XIX y cuenta una emotiva historia de sueños rotos, amor no
correspondido, pasión, sacrificio y redención: una prueba atemporal de
la fuerza del espíritu humano. Jean Valjean, un exconvicto al que
persigue durante décadas el despiadado policía Javert después de
incumplir la libertad condicional. Cuando Valjean acepta cuidar a
Cosette, la joven hija de Fantine, sus vidas cambiarán para siempre.
Los Miserables se ha convertido en un
clásico de la literatura y del teatro, y ahora, que da el salto a la
gran pantalla, parece que se queda un poco corta, pero eso sí, tiene la
grandiosidad que se puede esperar y el lujo de que los actores han
rodado cantando, nada de añadir luego en postptroducción, riguroso
directo y eso ya le da a la película un aire especial y al reparto un
mérito.
Quizá los momentos más emotivos son
aquellos en los que cantan Anne Hathaway y Samantha Barks, que repite
papel con Eponine ya que ella es la encargada de darle vida en el
escenario teatral. Lamentablemente, por muy bien que canten, la historia
de amor entre Cosette y Marius no convence demasiado, aunque como
contrapunto tenemos a la pareja formada por Bonham Carter-Baron Cohen,
con muchos aires Burtonianos, algo que no está mal porque le da el toque
cómico y frescura a la historia pero que no deja de ser chocante dada
la época en la que se desarrolla la historia.
Este film lo que está claro es que sólo es apto para apasionados del musical, dado que al menos en la versión original, no hay nada dialogado, sino que todo tiene su entonación y canturreo, y sobre todo, aquellos que dispongan de tiempo para pasar dos horas y media pegados a la butaca, si eres fan de Los Miserables, posiblemente llorando a moco tendido casi toda la cinta.
Es una pena que Tom Hooper después de ganar el Oscar no haya demostrado aquí su valía como director, y sobre todo el montaje, que en ocasiones le deja a uno un poco pasmado con ciertos cambios y el culo torcido de un ángulo de cámara a otro. Es lo que tiene hacer películas tan largas, que a base de cortar luego hay saltos que no se pueden disimular.
Sea como fuere, el reparto demuestra que tiene voz para rato -quién iba a decir que Russell Crowe tenía ese vozarrón-, y aunque esta adaptación no entre dentro de los clásicos como las representaciones teatrales o la novela, no deja de ser un caramelo para todos los fans tanto del género como de la historia.
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