El Cine

El Cine

lunes, 9 de septiembre de 2013

CHRISTIAN Y ANASTASIA 11 (1996celta) /UNA SEMANA PARA OLVIDAR


(Texto basado en la obra original Cincuenta sombras de Grey )





Leila

 
 
Tengo poco tiempo. Presiento que en cuanto Christian se entere se presentará aquí.  No me gusta la idea, pero he de hablar con ella. No entiendo lo que desea, ni porqué llega hasta mi . ¿ Y la otra chica, Susannah? No entiendo nada en absoluto.  Prescott está con ellas en la Sala de Reuniones y hacia allí me dirijo. 
 
- Gracias Prescott, puedes salir
- Pero señora...
-Quédate ahí fuera, por favor
 
 
Observo a los dos muchachas.  Leila está bien, muy bonita, con el pelo cuidado, brillante . Va bien vestida y no parece la misma chica que me intimidó en el apartamento. Susannah, aparentemente está normal. No puedo compararla porque acabo de conocerla. Trago saliva , insuflo aire a mis pulmones y me dispongo a atenderlas.  Se me hace muy duro guardar la calma ante estas dos mujeres que han sido sumisas de mi marido y han mantenido relaciones sexuales con él. Siento un nudo en el estómago y una punzada en el corazón.  Los celos asoman a mi cabeza, pero guardo, al menos lo procuro,  la compostura para que ellas no noten que estoy descolocada por la situación
 
- Y bien ¿ Leila ? que deseas de mi- la digo para iniciar la conversación, ya que el tiempo apremia antes de que llegue Christian
- Si señora, soy Leila y ella es Sussi, bueno Susannah. Mi amiga
 
¿ Cómo tendría que comportarme ante ellas, qué es lo correcto? ¿ estrechar su mano? No, me niego. Estas mujeres han estado con mi marido, y es algo difícilmente asumible
 
 
 
- El motivo de mi visita es darles las gracias a usted y a Christian por lo bien que se han portado conmigo, después de aquello.  No me han denunciado, y Christian me envió a una clínica en donde me han atendido muy bien, bajo la supervisión del doctor Flynn. Y también me está pagando unas clases de pintura, que es mi gran pasión. Ha sido muy bueno conmigo
- Bien, pero eso lo hubieras solucionado con una llamada de teléfono ¿ no crees?  Creo que vives al otro lado del país, y además  estás perdiendo clases
- Pero es que tenía que recoger de casa de Susannah algunas cosas que dejé cuando vine, ya sabe,  cuando...
- Si, si.  Ya recuerdo. Y ¿ te encuentras mejor?
- ¡ Desde luego ! Casi estoy bien. Veo a Christian que es muy feliz con usted. La dejó dormir en su cama, y sin embargo a nosotros no nos lo permitía.
 
Mi incomodidad  va en aumento. Intuyo que ha venido única y exclusivamente para ver a Christian. Sabe que en cuanto se enteré vendrá para protegerme, y seguro que él la sigue el juego
 
-¿ Puedo hacerle una confidencia?- me dice acercando su cara en mi dirección
 
Creo que está dando tiempo a que él llegue. ¡ Encima tengo que escuchar sus intimidades! ¿ No es suficiente ?.  Pero deseo averiguar más cosas mientras tenga tiempo, y con toda amabilidad hago que prosiga
- Claro, dime lo que quieras
- Solamente he querido a tres hombres en mi vida: mi marido, del que me divorcié, otro que falleció no hace mucho, y a...
- A Christian- me adelanto incapaz de aguantar más.
- Si señora a su marido.
 
La conversación queda interrumpida.  Fuera de la sala se observan movimientos, y de golpe se abre la puerta y como una tromba entra Christian con el rostro lívido, contraído y furioso.  Con una furia que nunca le había conocido.  Me mira con  esos ojos penetrantes de cuando algo no le gusta, e inmediatamente se dirige a Leila
 
 
 
- ¿ Puede saberse lo que haces aquí?- la dice duramente
- Christian- intervengo para frenarle un poco
- Anastasia, no intervengas. Esto no es cosa tuya
- Pero es que...- me interrumpo. Con su dedo índice me impone silencio
- Te he hecho una pregunta ¿ qué haces aquí? Te he prohibido que te acerques a mi mujer, y que no hables conmigo. Te dije muy claro que todo a través de Flynn... Por último ¿ qué haces aquí?
- Quería saber cómo estabas. Nunca quieres hablar conmigo... y tenía que darte las gracias por no denunciarme y ayudarme a ponerme bien
-Bueno... estoy bien,. me has visto y me has dado las gracias.  Ahora te vas de aquí inmediatamente. Daré orden de que alguien te lleve al aeropuerto
- Es que también he venido a recoger unas cosas de casa de Sussy
-¿ Has vivido en su casa? ¿ Sabía ella lo que estabas haciendo?
- Oh no, estaba de vacaciones. Quería decirte también que tengo el billete de regreso para mañana ¿ podría quedarme esta noche en Seattle?
 
Christian atempera algo su genio, pero sigue mostrándose frio con ella
 
- Ni un minuto más de mañana ¿ entendido?
- Si Christian, lo entiendo
- Bien pues ya puedes marcharte
 
Leila se levanta mirándole y le tiende una mano que él no recoge. a continuación se dirige a mi y me comenta en voz baja para que Christian no la oiga
 
- Este es el Christian que conozco, el que me gusta
 
A mi se me hiela la sangre en las venas. Me  causa una infinita tristeza. En la forma que ha sido tratada por él, tan fría y despectiva, con tanta dureza. Me doy cuenta de la faceta para mi desconocida del Christian controlador y amo.
 
Ya en la puerta se vuelve hacia Christian para mirarle.  El está detrás y da órdenes a Taylor de que la acompañe hasta la salida del edificio.  Después se dirige a Prescott y de mala manera la despide   Cierra la puerta y se pone frente a mi. Yo le reprocho su forma de actuar con ella y con la guardaespaldas que no ha hecho más que obedecerme.
 

 
 
- ¡ Cómo puedes haber sido tan insensible, tan duro y tan frio con esa pobre chica ! Y tan torpe... Desde un principio imaginé que lo que deseaba era verte, y sabía muy bien que en cuanto te enteraras vendrías aquí
¿ Es que no te conmueve siquiera un poco?
- No Anastasia. Te dije en una ocasión que no tenía corazón, y acabas de comprobarlo
- Pero esa chica sólo quería verte, nada más
- Pero ¿ qué te ocurre? ¿Ahora eres su abogado defensor?
-No puedo creer que no sientas el más mínimo interés por ella
- No Anastasia, no lo siento. La quiero lejos de ti. No a quién espió a mi mujer mientras dormía y luego la amenazó con una pistola
- Pero no me hizo nada, y podía haberlo hecho. Tuviste relaciones con ella, fue tu amante... ¿ No te queda nada de aquello?
-No. Eso pertenece al pasado y ya se acabó y no fue mi amante
- Me das miedo Christian. Me das mucho miedo, porque...
-¿  Por qué te doy miedo ?. Aclárame eso ahora
- Porque a ti te interesa
- No digas tonterías. No me interesa en lo más mínimo.  En el pasado esas chicas constituyeron un entretenimiento, pero eso acabó, pertenece a otra vida a la que no quiero regresar, a la que no regresaré nunca ¿ me entiendes?
- Pero le has dado la espalda con mucha facilidad, y yo pienso que algún día puede ocurrirme a mi. Que te canses y que te vayas y me dejes tan destrozada como la dejaste a ella
- ¿ Y de donde sacas esas conclusiones? No creo haberte dado motivos para ello. Se acabó la discusión vámonos a casa
- No puedo irme a casa. Es pronto y tengo trabajo
- A casa te digo
- No Christian. Estoy harta y muy cansada de tener constantemente esta discusión. Si pretendes que dirija esta empresa tengo que trabajar y tu no me dejas. No voy a ir contigo a casa en este momento. Saldré cuando sea hora, no antes
- Siempre me estás desafiando, siempre. Y me prometiste no volverlo hacer
- No te desafío, y no te lo prometí. Sólo te dije que procuraría no darte problemas. Pero tú me los das constantemente.
 
 
 
Inicia la estrategia que mejor sabe hacer, y es cambiar de ritmo cuando se le antoja.  Conoce a la perfección mis debilidades.  Como si fuera un depredador acercándose a su presa, viene hacia mi despacio, mirándome a los ojos con esa mirada suya especial. Pone su dedo índice sobre mis labios y sonriendo me dice
- También podemos quedarnos aquí. Cerramos la puerta y punto
- ¡ Christian ! - le digo alarmada- Aquí no, es mi lugar de trabajo y además acaba de estar tu sumisa hace un momento. Ya he soportado bastante. Os he visto a los dos cara a cara, he visto como te miraba, he recordado que la has bañado desnuda y que has tenido relaciones sexuales con ella. Todo eso me lo he tenido que tragar ahora, hace un momento..., y te aseguro que de lo que menos ganas tengo es de tener intimidad contigo, al menos ahora
- Todas esas cosas sin figuraciones tuyas.  Te he repetido que tú eres la única persona a la que quiero. Y QUE ELLA NO HA SIDO MI AMANTE. ¿ Estás celosa acaso?
- Si, si lo estoy ¿ qué pasa ? Todo esto me duele, y tu pareces no darte cuenta
 
Pienso que esta discusión no va a ninguna parte.  Recuerdo lo felices que hemos sido en Aspen, lo bien que estábamos ahora... " Llévame a casa", le digo al fin rendida. No puedo seguir discutiendo
 
Volvemos a casa y me toma de la mano.  Directamente me lleva al cuarto rojo.
 
 
 
Definitivamente el incidente de Leila, y nuestro disgusto,  ha quedado superado. Christian está como siempre y ya no se menciona el suceso.   En el cuarto rojo se superó así mismo.
 
A poco de llegar a la oficina, recibo un mensaje por la BlackBerry, de Christian
 
"  Nena, lo de anoche fue alucinante. Estoy deseando repetirlo. ¿ Qué puntuación le darías en tu lista de alucinantes del 1 al 10? "
- " Christian me estás distrayendo y tengo trabajo. Un trabajo que usted señor Grey me impidió hacer. Y si, .estoy de acuerdo con usted: fue alucinante. Le daría un 11. Y ahora déjame trabajar"
 
Christian tiene una reunión importante, con unos taiwaneses referente a una compra . Me anunció que tendría que viajar a Taiwán, en uno de estos días, pero estaría poco tiempo. No me gusta estar sin él, y recuerdo la noche de la invasión en mi casa de Hyde.  Posiblemente le ocupará todo el día y regresará tarde por la noche.
 
Me enfrasco en el trabajo.  Poco antes del medio día recibo una llamada. Me extraña, porque  no tengo ninguna cita prevista para la mañana, y Christian se comunica conmigo mediante la BlackBerry.  No obstante la atiendo
 
- Si ¿ dígame?
- ¿ Eres Ana?
- Si soy yo, quién me llama
- Soy José Rodríguez-
¡ Ah, señor Rodríguez ! ¿ cómo está?
- Ana, lamento tener que llamarte para darte esta noticia, pero Ray está grave
- ¿ Cómo, qué dice?
- Ibamos a pescar José,  tu padre y yo cuando un borracho se nos ha cruzado en la carretera y hemos resultado heridos.  El más grave es Ray. Le están operando ahora.  Ven pronto por favor. Le han trasladado a Portland en helicóptero por las heridas tan graves que tenía
- Voy inmediatamente para allá. Dígame en que hospital están
- En el grande. Aquí te esperamos.
 
Doy instrucciones a Hannah para que suspenda todas mis reuniones y que sigan con el trabajo de editorial que tenemos entre manos. A continuación llamo a Roach
- Roach soy Ana. Tengo que irme a Portland. Mi padre ha sufrido un accidente y está muy grave
- ¡ Vaya, Ana ! Ve enseguida y no te preocupes por nada. Nos las apañaremos. Ve tranquila
- Estaré en contacto con vosotros desde allí
- No te preocupes, Ocúpate de él nada mas. Y danos buenas noticias
 
Recojo mi bolso y mi chaqueta y bajo corriendo hasta la Recepción. Sawyer al verme viene hacia mi alarmado
 
 
 
- ¿ Qué pasa señora Grey?
- Nos vamos a Portland ahora mismo
- Tengo que decírselo a su marido
- No hay tiempo. Mi padre ha sufrido un accidente y está muy grave. Yo le aviso desde el coche
- Muy bien señora, vamos allá ¿ En qué hospital está?
- Me han dicho que en el grande. Supongo que será el universitario
- No sé preocupe. Sé cual es
 
Sawyer se incorpora al tráfico inmediatamente y pisa el acelerador al máximo permitido. Yo llamo a Christian
 
- ¿ Qué pasa nena?
- Christan, Ray ha tenido un accidente y está muy grave. Le están operando y yo salgo con Sawyer para allá. Le han llevado a Portland
- No te preocupes, todo saldrá bien.  En cuanto termine con estos señores me reúno contigo. Tranquila mi vida,
 
Cuando cuelgo me hago un ovillo en el asiento. Escondo la cabeza entre mis rodillas y me pongo a llorar desconsoladamente. " Papá, papá.  Por favor que no le pase nada, que no le pase nada".
 
Sawyer me mira por el retrovisor de vez en cuando.  Yo no ceso  de llorar. Tengo una angustia tremenda. Pienso en cuando era pequeña y jugaba conmigo, cuando me enseñaba a defenderme de los chicos que me pegasen, cuando hacíamos los deberes del colegio juntos. Pienso que no le he dicho suficientes veces que le quería, que fue mi estabilidad en un hogar en el que mi madre se divorciaba cada dos por tres. Siempre le consideré mi padre aunque no lleve su sangre. Al biológico no le conocí, murió siendo muy pequeña. Ray, Ray, papá. No te vayas. ..   Tengo frio.  Mi ropa es ligera, pero no es por ello, sino porque tengo el corazón congelado por la angustia
 
- Señora, ya hemos llegado. Voy a aparcar y después la busco
 
Entro rápidamente y pregunto en información sobre Ray, aún le están operando y no pueden decirme más. Me señalan el quirófano y no espero al ascensor que para en todos los pisos y tarda mucho.  Corro escaleras abajo, hasta el sótano.  Al entrar en la salita de espera veo a José, mi amigo del alma y a su padre
.
José tiene un gran moratón en la cara y algunos rasguños. Su padre por el contrario tiene un brazo y una pierna rotos, y algunas magulladuras en las costillas.  Les pregunto cómo ha ocurrido y me relatan el suceso.
 
- Ray iba en el asiento del copiloto y es el que sufrió todo el golpe de ese borracho indecente.
- Pero ustedes...
- No Ana, lo nuestro no tiene importancia- me dice el padre de José
- Nadie ha salido a informarnos ni nos dicen nada, y llevan más de dos horas operándole- me dice José preocupado
- A mi tampoco me han dicho nada en información.
 
 
 
Sawyer entra en ese momento y después de presentarse a los Rodríguez, nos ofrece si deseamos alguna cosa.  Mis amigos dicen que no y a mi me ofrece un té, que agradezco.  José me toma de las manos y me dice
 
- Ana estás helada- y me pone su chaqueta de cuero sobre los hombros. Sawyer llega con el te. Al menos está caliente., después se acomoda en un rincón para no molestar.  Ninguno hablamos y la angustia y la preocupación vuelven hacer mella en mi, y de nuevo vuelvo a llorar.  El tiempo pasa y nadie se asoma para decirnos nada.  Ya lleva más de cuatro horas en quirófano y mis nervios están a punto de desatarse.
 
Mentalmente llamo a Christian, le echo de menos. Tengo necesidad de refugiarme en sus brazos, de que él me hable, me consuele, le necesito.  A poco se abre la puerta y Christian entra rápidamente hasta donde yo estoy
 
- Ana, Ana. Lo siento mucho ¿ sabes algo ? Oh perdonen. José ¿ cómo estás?
- Christian , es mi padre
- Mucho gusto señor. ¿ Vosotros estáis bien, necesitáis algo?
- No Christian, gracias. Queremos saber qué está ocurriendo ahí dentro, nada más.
 
Christian me tiene abrazada y me aprieta contra su pecho, mientras escucha la narración del suceso de labios de José. El tiempo sigue pasando lento, sin noticias.  El único que guarda la compostura es Christian y pienso que me gustaría tener su autocontrol.
 
Por fin, al cabo de media hora de la llegada de mi marido, la puerta del quirófano se abre y un cirujano nos informa de la situación
 
- Bien el señor está muy grave. Ha sufrido hemorragia interna y por ese motivo  tuvimos problemas con  el corazón, pero pudimos cortar la hemorragia y estabilizarle. Tiene una pierna rota. Pero también sufre una inflamación en el cerebro, y eso es lo que más nos preocupa.  Está en estado de coma y hasta que no pasen unas horas, no podemos decirles más
- Y su diagnóstica ¿ cuál es ?-pregunta Christian
- Bueno..., si no baja la inflamación del cerebro...no es muy bueno. Pero le repito hay que esperar algunas horas a ver cómo reacciona.  Nosotros estaremos pendientes de él y haremos todo cuanto esté en nuestras manos. 
-¿ Puedo verle?- pregunto
- Si, pero durante unos minutos solamente. Le llevamos a la UCI y en media hora podrán verle, pero repito una visita muy corta.
- Gracias doctor- le dice Christian
 
Yo me refugio en Christian y escondo la cara en su pecho llorando desconsoladamente
 
 
 
- Christian, Christian, es mi padre...
- Lo sé nena, lo sé. Pero está vivo. El está sano y es fuerte, verás que aguanta. Ten esperanza cielo, ten esperanza
 
José y su padre están separados de nosotros, no quieren interrumpir.  Al fin cuando yo estoy más calmada, se despiden
 
- Ana, Christian, nosotros nos vamos. Mi padre tampoco se encuentra muy bien y quiero que descanse. Llámame si hay algo nuevo. Volveré esta noche para saber más.
- Si José no te preocupes. Estarás informado- ¡ Ah ! toma la chaqueta
- No,  no,  es necesario. Quédate con ella, tenías mucho frio
- Gracias José pero ya le pongo la mía. Gracias por haber estado con ella
- Christian, Ana es como una hermana para mi. Debía estar con ella.
 
Nos quedamos solos y Christian hace que me siente en su regazo. Refugio la cara en su cuello y él me besa la frente y limpia mis lágrimas. Taylor entra y después de informarse del estado de mi padre. Se despide para realizar unos encargos que le ha dado Christian. Que como siempre,  se hace cargo de todas las situaciones, controlándolas
 
- Ahora cuando veamos a Ray, vamos a comer, que seguro que no lo has hecho. Después nos vamos al hotel que ya tenemos reservado, descansas y esta noche volvemos a ver cómo está tu padre ¿ te parece?
 
Yo levanto mi cara y con los ojos llenos de lágrimas, me quedo mirando sus ojos llenos de ternura hacia mi.  Le acaricio la mejilla.
 
- ¡ Te he echado tanto de menos, Christian, te he necesitado tanto! Quería estar entre tus brazos, que me cuidaras, que me protegieras, que me quisieras, porque solo en tus brazos me siento segura. ¡ Te quiero tanto !
- Oh, Ana. No sé lo que daría porque no sintieras la angustia que estás sufriendo. Tu eres mi mundo y no puedes venirte abajo, porque si no,  qué voy hacer yo.
 
Entramos a ver a Ray. Me impresiona verle en ese estado, Como dormido, quieto. Tiene un apósito en el pecho que está tapado con una sábana. Le cojo una mano y la beso, y pronuncio su nombre en voz baja para que si puede, sepa que estoy allí.  No me había dado cuenta de lo que quería a aquel hombre y nunca se lo he dicho lo suficiente.  Las lágrimas se escapan nuevamente de mis ojos.  Christian permanece detrás de mi con las manos apoyadas en mis hombros y de vez en cuando me da un ligero apretón. Quiere transmitirme " Nena estoy aquí, no voy a dejarte nunca ". Y justo eso es lo que necesito en esos momentos.
 
En el restaurante del hotel Heathman nos disponemos a probar algún alimento. Yo no puedo evitar el acordarme de la primera vez que estuve en este hotel, en la habitación de Christian.  El también lo recuerda, y me sonríe sin decir nada
 
 

 
- ¿ Está usted riéndose de mi, señor Grey?
- Si, señora Grey. Recuerdo cierta espantosa noche
-¿ Espantosa? Yo creí que te había gustado
-¡ Fue  horrible ! - dice riendo- Habías vomitado encima de mi. te habías adueñado de mi cama... Pero ¿sabes? me pasé las horas viéndote dormir. Cuando te quité la ropa, acaricié tus piernas con la punta de mis dedos. No fue de una forma lasciva, sino porque sentía infinita ternura al verte tan indefensa. Entonces vi lo fabulosas que tienes las piernas, pero no te toqué, Ana, te respeté.
- Pero te apresuraste a quitarme la blusa
- Olías endemoniadamente a vomitado....
- No puedo comer más, Christian, perdóname no me pasa de la garganta
- Está bien, no comas más. Por hoy, claro
 
En la suite observo que encima de la cama hay unas grandes bolsas. Echo una mirada y compruebo que es ropa para ambos
 
- ¿ Siempre compra Taylor la ropa ? ¿ te las compraba para las sumisas también?
- Algunas veces si, otras me encargaba yo
- A mi me lo compró él aquella noche. Con hoy ya son dos. Seguro que se sabe a dedillo mi talla
 
Christian hace que me siente en sus rodillas
 
- Nena, ahora un baño y después descansas hasta la hora de ir a ver a Ryan
- No Christian, un baño no
- ¿ Por qué ? el baño  es lo que mas te gusta
- Hoy prefiero una ducha.  Tengo muy reciente lo de Leila y me viene a la cabeza que la bañaste. No quiero un baño como el de ella. Hoy no
- ¡ Ah !, ya... Ana, no le des más vueltas.  No significó nada. Sólo era una persona enferma.
 
Nos duchamos los dos. El agua caliente y la presencia de mi marido, era un bálsamo para mi angustia. Calmaba mi ansiedad y era lo que necesitaba:   tenerle a mi lado.  Me secó como si fuera una niña pequeña y me puso una de sus camisetas.  Me mete en la cama y me tapa dándome un beso en la frente. Reconfortada por él y por la ducha calentita, no tardo en dormirme
 
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario