Dirección: Bart Layton
Guión: Bart Layton
Producción: Dimitri Doganis
Fotografía: Erik A. Wilson, Lynda Hall
Montaje: Andrew Hulme
FICHA ARTÍSTICA:
Freferic Bourdin: Adam O’Brian
Carey Gibson: Anna Ruben
Nancy Fisher: Cathy Dresbach
Charlie Parker: Alan Teichman
Trabajador social: Iván Villanueva
Jueza: María Jesús Hoyos
Argumento:
En junio de 1994, Nicholas Barclay, un niño tejano de 13 años, desapareció sin dejar rastro. Tres años después, se reciben noticias sorprendentes sobre el caso: el chico, que ha sido hallado en España, afirma que ha sido torturado por sus secuestradores. Tras la inicial alegría de la familia al recuperarlo, se plantea un problema inexplicable: ¿cómo es posible que el hijo rubio de los Barclay sea ahora moreno?
El impostor es, probablemente, una de las películas más originales que he visto en bastante tiempo. Y es que no recuerdo haber visto nunca un falso documental basado en una historia real, la cual para colmo es de esas historias en las que la realidad supera de largo la ficción de cualquier tipo.
Presentado como cualquier documental, a base de entrevistas con los protagonistas de la historia y recreaciones de los hechos según estos van siendo narrados por los actores, estamos ante una película fascinante desde el punto de vista cinematográfico – el ver cómo la trama de thriller se va desenvolviendo a base de especulaciones que se van convirtiendo en verdades engancha de principio a fin -, pero también humano, ya que explora comportamientos que se nos presentan como enfermizos pero que tienen todos bases más mundanas de lo que cabría esperar – desde la usurpación de la identidad de una persona, hasta la aceptación de el usurpador por la familia del desaparecido-.
Entretenida a rabiar, con buen ritmo, buena presentación y unas actuaciones tan realistas que casi nos hacen pensar que estamos ante un documental real, estamos ante una de las películas más interesantes del año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario